A medida que nuestra sociedad cae más profundamente en el abismo del pecado, uno pensaría que los cristianos (ministros y laicos en general) se levantarían y seguirían la súplica de Pablo: "Manténganse despiertos y firmes en la fe. Tengan mucho valor y firmeza." (1 Corintios 16:13, DHH). Pero, lamentablemente, parece que muchos están huyendo de la batalla y no hacia ella.
Categoría: Cristianismo
Theotokos | ¿Es correcto decir que María es la Madre de Dios?
El Concilio de Éfeso (431) le dio a María el título en griego Theotokos, que literalmente quiere decir “la que dio a luz a Dios”. Al tomarla de manera menos literal quiere decir “madre de Dios”. Este título fue ratificado en el Concilio de Calcedonia (451)… ¿Pero qué quiere decir realmente este título? En los tiempos en que se llevó a cabo el Concilio de Éfeso, Theotokos se refería a que María era la madre de Dios, pero no en el sentido de que Jesús hubiera recibido Su naturaleza divina por parte de María. Simplemente significaba que María, siendo la madre de Jesús, era la madre de Dios en ese sentido—Jesús es Dios y María es Su madre, hablando de Su naturaleza humana. No había ninguna confusión en Éfeso o en Calcedonia en cuanto a sacar de esa frase alguna noción de deidad en María. Simplemente articulaba el hecho de que María era la madre terrenal de Aquel que es Dios encarnado. El historiador Jaroslav Pelikan nos ha dado una muy buena traducción de Theotokos, una que encapsula muy bien su significado histórico: “aquella que da a luz a Aquel que es Dios”. Con esta definición, históricamente nunca ha habido una objeción oficial de los protestantes ante el título “madre de Dios”. Obviamente, este título puede significar mucho más hoy en día de lo que significaba en Éfeso o en Calcedonia, pero las palabras en sí mismas, propiamente calificadas y definidas, no son causa de controversia.
El Dios deformado del nuevo calvinismo
El Dios de la Biblia es un Dios de amor, un Dios que no ama solamente a los que le aman, sino también a los pródigos y rebeldes. Un Dios que no teme concederle a sus criaturas el regalo de la libertad para elegirlo voluntariamente y sin compulsión alguna.
Fuga de cerebros pentecostales jóvenes | ¿Quién tiene la culpa?
Mi amado hermano pastor o líder de jóvenes: Por favor, escucha el corazón de los adolescentes. No tengas miedo de abordar los temas que ellos necesitan escuchar, incluso si son difíciles o no populares, incluso si van en contra de la cultura, e incluso si parece que ellos mismos no quieren escucharlos. No temas “rebajarte” a escucharlos y enseñarles. Déjate cuestionar, resuelve sus dudas. Mantén tu autoridad pero no la impongas. Deja que Dios te respalde. Prepárate, instrúyete, no te quedes en la ignorancia. Un pastor debería ser un erudito. Es mi oración que Dios te guíe, ilumine y empodere con Su Espíritu mientras conduces a estos preciosos jóvenes hasta Su presencia. Mientras no logremos ese equilibrio, mientras no nos reformemos a nosotros mismos, seguiremos siendo la guardería de las sectas, la sala cuna de donde las iglesias neocalvinistas que hoy se dicen “reformadas” extraerán a sus nuevos miembros, futuros líderes y pastores. No, los pentecostales no nacimos para eso. No somos la pecera de donde otros extraerán sus peces. Nacimos para ser la cuna de grandes hombres y mujeres de Dios que impactarán las naciones.
Idolatría política en la iglesia cristiana
Como cristianos reconocemos que ningún partido o figura política merece nuestra total lealtad, pues la Palabra de Dios nos manda: “No confiéis en príncipes, ni en hijo de hombre en quien no hay salvación.” (Salmo 146:3, LBLA), y “es mejor refugiarse en el Señor que confiar en príncipes.” (Salmo 118:9, LBLA). Confiar en partidos políticos y figuras políticas no solo es ingenuo, sino torpe. Pues escrito está: “No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” (Romanos 3:10-18). Ni siquiera los políticos que se dicen cristianos merecen nuestra total obediencia o ciega confianza, pues “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque.” (Eclesiastés 7:20, LBLA).
Israel, Palestina y el derecho divino sobre la Tierra Santa
¿Con quién deberían alinearse los cristianos en el conflicto judeo-palestino? ¿A favor de Israel, o de Palestina? La verdad es: Con ninguno (y con ambos a la vez). ¿Tiene Israel un derecho divino sobre el territorio que ocupa actualmente? Ese es un tema complejo que te invito a estudiar en este artículo.
A propósito de Palestina
El sufrimiento de los cristianos de Palestina debería ser suficiente para hacer reflexionar a aquellos sectores cristianos que, por una cuestión de racismo, islamofobia o simple ignorancia, siguen defendiendo lo indefendible. Lastimosamente no es así. Pareciera que los evangélicos hemos olvidado que los palestinos valen lo mismo a la vista de Dios que los judíos y merecen igual amor, compasión, misericordia y oración de parte de la Iglesia. No solo orando por Israel agradas a Dios, "porque con Dios no hay favoritismos" (Romanos 2:11). Tampoco eres mejor cristiano porque desees la desaparición de Palestina, pues "Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia" (Hechos 10:34-35).
Ni machismo, ni feminismo ¡Igualdad Bíblica!
La cultura latina (junto con muchas otras) nos enseña que los hombres debemos ser machistas. En otras regiones del mundo, en donde el feminismo y la ideología de género han logrado enquistarse en el corazón mismo de la cultura, la masculinidad ha sido trastocada y la hombría anulada en favor de la mujer. La batalla de los sexos se pelea ahora en terreno sagrado, enfrentando a hombres y mujeres por el dominio de la fe y el ascenso a posiciones de liderazgo en la iglesia. De acuerdo con Jesús esta es la cultura propia del mundo: “Jesús los llamó y les dijo: —Como ustedes saben, los gobernantes de las naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad.” (Mateo 20:25, NVI), más no la cultura del Evangelio: “Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor.” (Mateo 20:26, NVI). La cultura del Evangelio es que (hombre y mujer) somos iguales. En la cultura del Evangelio no hay cabida para ser machistas (ni feministas). ¿Qué opción nos queda entonces? El igualitarismo bíblico.
Jacobo Arminio, el teólogo reformado
¿Sabías que Jacobo Arminio vivió y murió considerándose a sí mismo un fiel reformado? Jacobo Arminio es el más conocido fundador de la escuela “anticalvinista” en la teología protestante reformada, de tal modo que su nombre dio origen al arminianismo como denominación que representaba su ideología, aunque al principio sus seguidores eran llamados “remonstrants”, debido al célebre documento de cinco puntos en el que disentían con Calvino, llamado Remonstratioe (1560).
La iglesia nunca cerró
Como todos, deseo volver a la normalidad de nuestras congregaciones pero ¿a qué precio? ¿Estamos preparados para atender a las ovejas sin exponerlas? Abrir solo por abrir no tiene sentido. Necesitamos prepararnos adecuadamente. Al corto de vista y de recuerdo, con escasa capacidad de aprendizaje y nula sabiduría, la Biblia le llama necio. En algunas traducciones más actuales, directamente se le llama tonto. ¿Estaremos siendo nosotros necios y tontos? Y es que el necio no solo es aquel que dice en su corazón “No hay Dios” (Salmo 53:1), sino también aquel que, aún estando plenamente consciente de la existencia de un Ser Superior cree que lo que hace está bien y no escucha el consejo de nadie (Proverbios 12:15). Defiende su postura desde la agresividad, porque la razón y la legitimidad le han abandonado (Proverbios 12:16) y su diversión está en hacer necedades (Proverbios 10:23). Sin embargo no suele querer ver que su final viene asociado a su mucha necedad y que él mismo prepara el camino de su destrucción (Proverbios 5:23). Hoy cierro esta reflexión con palabras más directas aún de parte del propio Salomón, que son más relevantes que nunca para nosotros en estos días que vivimos: “¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, y los burladores se deleitarán en hacer burla, y los necios aborrecerán el conocimiento?” (Proverbios 1:22). Ciertamente, es como para hacernos pensar.