Quienes usan la vida de Cirilo para desprestigiar el uso del término Theotókos parecen desconocer la historia, olvidando que no fue Cirilo quien acuñó dicho término o formuló la doctrina. Muchos Padres de la Iglesia primitiva utilizaron el título de Madre de Dios para referirse a María por lo menos desde el siglo III.
Categoría: Herejías Cristológicas
¿Christotókos o Theotókos? | Otra vuelta de tuerca al asunto
El Concilio de Éfeso de 431 le otorgó a María el título de Theotokos (en griego antiguo, Θεοτόκος, en latín, Deīpara o Deī genetrix), que significa Madre de Dios (literalmente, 'la que dio a luz a uno que era Dios'). Su equivalente en español, vía latín, es Deípara.[1] El título le fue concedido solemnemente a María en el Concilio de Éfeso de 431 al ser proclamado el dogma cristológico. El significado teológico en ese momento fue enfatizar que el hijo de María, Jesús, era completamente Dios, y también completamente humano, tal y como había sido afirmado en el Concilio de Nicea I de 325, y que sus dos naturalezas (humana y divina) estaban unidas y eran inseparables en una sola persona.
La fórmula bautismal | ¿Trinitaria o en el nombre de Jesús solo?
Hay un mundo que se pierde en el pecado y los cristianos somos llamados a alcanzarlo. Sin embargo, algunos grupos de la línea 'Sólo Jesús' (pentecostales unicitarios), prefieren trabajar y hacer proselitismo entre los miembros de otras iglesias cristianas, difundiendo así su herejía destructiva y causando división en las iglesias. Tal actitud no sólo es sectaria, sino también digna de reprensión. Ellos afirman ser poseedores exclusivos de la verdad y consideran que los demás cristianos estamos en error. El bautismo en el Nombre de Jesús suele ser la punta de lanza en sus argumentos sectarios. Pero bautizar en el nombre de Jesús es sólo uno de los muchos errores de los pentecostales unicitarios. Ellos tampoco creen en la Trinidad y, como es de esperarse, no bautizan en el triple nombre ordenado por Jesús en Mateo 28:19 sino “en el nombre de Jesús solo”, extrayendo algunos textos fuera de su contexto.
El Cristo desfigurado: Un estudio de las principales herejías cristológicas
Nuestra definición de herejía va más allá de cualquier contradicción al dogma de una religión o de un concilio eclesiástico. Para los cristianos evangélicos, la autoridad y suficiencia de la Biblia es incuestionable. Creemos firmemente que las Escrituras, tanto el Antiguo Testamento como el Nuevo Testamento, son verbalmente inspiradas por Dios y son la revelación de Dios al hombre, la regla infalible e inapelable de fe y conducta (2 Timoteo 3:15-17; 1 Tesalonicenses 2:13; 2 Pedro 1:21). Por tal motivo, cualquier desviación de las enseñanzas de las Sagradas Escrituras y la sana doctrina en ellas contenida, es considerada una herejía.
Heterodoxia Reformada | ¿Es Jesucristo el arcángel Miguel?
No nos extraña cuando las sectas enseñan doctrinas extrañas como esta, las cuales se apartan de la ortodoxia cristiana. La herejía está en su naturaleza. Pero ¿Qué pensarías si Calvino, Spurgeon o cualquier otro famoso teólogo protestante (y particularmente reformado) enseñara algo así? Muchos quizá negarían que ellos enseñaron tal cosa y otros quizá argumentarían que sus comentarios han sido sacados de contexto y que sólo deseamos calumniarlos, pero eso no cierto ¡Ellos sí enseñaron tal cosa! Los primeros eruditos protestantes, incluido Lutero, Calvino y otros, identificaron a Miguel con el Cristo pre-encarnado. Incluso el pintoresco Charles Haddon Spurgeon afirmó que Jesús es Miguel "el único arcángel", el "ángel líder” y "Príncipe o líder de la hueste" celestial. Otros teólogos protestantes fueron aún más lejos.
Herejías cristológicas antiguas y modernas
Las herejías no nos deben escandalizar ni desalentarnos. Al contrario, nos invitan a afianzar y a afirmar mejor nuestra fe, para seguir dando razones de ella a quienes nos pidan. La Providencia de Dios ha sabido y sabrá siempre llevar la historia de la Iglesia a feliz término, recorriendo los senderos que a Él le parezcan más apropiados para manifestar su Sabiduría y su Misericordia con todos nosotros. Las herejías nunca podrán vencer a la Iglesia, pues el Señor Jesucristo ha prometido que Él edificaría su “iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18). Al mismo tiempo, la existencia de herejías en nuestra época nos hace vigilar, porque nadie está seguro de no caer. De esto mismo nos exhorta Pablo: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Corintios 10: 12).