Historia de la Iglesia, Reforma Protestante, Religión y Política

Historias oscuras de la Reforma

Desde el lado evangélico y protestante se van a exaltar los grandes logros [de la Reforma] que se consiguieron a partir de que aquel monje agustino clavara sus 95 tesis en la puerta de la iglesia del palacio de Wittenberg. Se realizarán conferencias, se escribirán algunos libros y muchos artículos, y la gran mayoría arrinconarán los graves errores que también se dieron en esta Reforma. En algunos casos fueron tan dramáticos que obviarlos parece más un acto de mala voluntad que de “olvido”.

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Idolatría política en la iglesia cristiana

Como cristianos reconocemos que ningún partido o figura política merece nuestra total lealtad, pues la Palabra de Dios nos manda: “No confiéis en príncipes, ni en hijo de hombre en quien no hay salvación.” (Salmo 146:3, LBLA), y “es mejor refugiarse en el Señor que confiar en príncipes.” (Salmo 118:9, LBLA). Confiar en partidos políticos y figuras políticas no solo es ingenuo, sino torpe. Pues escrito está: “No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” (Romanos 3:10-18). Ni siquiera los políticos que se dicen cristianos merecen nuestra total obediencia o ciega confianza, pues “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque.” (Eclesiastés 7:20, LBLA).

Gobiernos Humanos, Religión y Política

La alianza con el Estado, el mayor peligro para la Iglesia

Contrario a lo que muchos piensan, la mayor amenaza para la vitalidad del cristianismo no es la persecución, con su constante amenaza de muerte y sufrimiento. En el siglo II, Tertuliano, uno de los padres de la iglesia, llegó a la sorprendente conclusión de que “la sangre de los mártires es la semilla de la iglesia”. Y Tertuliano estaba en lo correcto. Sorprendentemente, los contextos de discriminación contra los cristianos no suelen tener el efecto de debilitar el cristianismo; en algunos casos, la persecución incluso fortalece a la iglesia. Esto se debe a que la persecución religiosa no permite que los cristianos se vuelvan complacientes. Por supuesto, en algunos casos la persecución de los cristianos ha hecho mucho daño al cristianismo, como ocurrió en el siglo VII en el Norte de África, en el siglo XVII en Japón, en el siglo XX en Albania y actualmente en Irak. No obstante, en muchos otros contextos de discriminación y persecución (salvo por la violencia genocida) la iglesia ha desafiado las probabilidades, no solo sobreviviendo, sino en algunos casos incluso prosperando. En estos entornos los creyentes vuelven a la fe como fuente de fortaleza, y esta devoción atrae a los de fuera.