Una de las herramientas que Dios ha dado a la iglesia para que sea fortalecida y se desarrolle en un ambiente normal, es el regalo de los dones espirituales; ya que éstos permiten que cada hermano ocupe el lugar que Dios le ha asignado en medio del Cuerpo de Cristo, y aporte conforme el Espíritu le guíe, de tal manera que juntos, cada uno en el lugar y ejerciendo el don que haya recibido de Dios, podamos llevar a cabo el plan y propósito de Dios para este tiempo.
Categoría: Devocional
Tres cosas que no debes olvidar esta Navidad
En estas fechas es fácil olvidar lo que se celebra. El hedonismo y el consumismo pueden nublar nuestra mente de aquello que realmente importa: la gloria de Dios, el amor al prójimo y tu testimonio cristiano.
¿De qué trata la Navidad?
La Navidad trata de la venida de Cristo a este mundo. Trata del Hijo de Dios, quien existía desde la eternidad con el Padre, como “el resplandor de la gloria de Dios, la fiel imagen de lo que Él es” (He. 1:3 NVI).
Del pesebre al Calvario
La encarnación de Jesús comenzó en el vientre de María, pero no terminó allí. Multitudes se preparan para celebrar la Navidad en diversas formas. Sí, la Navidad es rememorar el pesebre y que en él reposó el Verbo humanado, pero es más, mucho más, que la humilde cuna y el recién nacido puesto en ella. Si nada más nos quedamos con la escena del bebé descansando en brazos de María y no reflexionamos en la vida y ministerio de Jesús, estaremos mutilando la que Colosenses refiere como la plenitud de Dios humanada: “Porque a Dios le agradó habitar en él con toda su plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que derramó en la cruz” (1:19-20). Es decir, se hace imprescindible, si en verdad queremos comprender el significado integral de la Navidad, visualizar el pesebre a la luz de la cruz y viceversa.
Invitados a celebrar
La Biblia nos invita a celebrar el nacimiento de Cristo. ¡Los ángeles mismos lo celebraron con un canto! “Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace” (Luc. 2:14). Cuando Jesucristo nació, el cielo festejó. Los ángeles lo hicieron con un canto, y siendo que los ángeles son mensajeros de Dios, y que solamente hacen lo que Dios les manda, podemos inferir que Dios también celebró el nacimiento de su Hijo.
Just Thinking | Se busca un nuevo David
Esa misma fe y ese mismo Dios, por medio de quién los antiguos héroes de la fe "conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros." (Hebreos 11:33-34, NVI) sigue aún vigente y presente en nuestra época. El Dios de Israel es el mismo. La pregunta es: ¿Con cuántos 'David' cuenta el pueblo de Dios en nuestra época? ¿Eres uno de ellos? ¡Pues levántate y vence el desprecio, la negación y la derrota en el nombre de Jesús!
Tibieza espiritual
La tibieza no llega a la frialdad de aquel que rechaza al Señor y el mensaje del evangelio. Está claro que el tibio no rechaza al Señor. Él está a mitad de camino. Tiene un poco de los dos. Un poco del frío y otro poco del calor. Tiene momentos de emoción, pero esta no llega a ser el calor suficiente para producir la energía para realizar el trabajo. Participa de una reunión donde escucha sobre la importancia de la oración. Sale decidido a apagar ese televisor y clamar con todo su corazón. Pero lo que pronto se apaga no es el televisor, sino su calor.
Just Thinking | Esperar en Dios
¿Esperar en Dios? ¿Aceptar su voluntad aunque no sea de mi agrado? ¿Qué hago cuando Dios me pone en un lugar y en una situación en la que no quiero estar? Debemos tener claro lo siguiente: La meta de Dios no es nuestra comodidad. Tampoco complacer cada uno de nuestros caprichos infantiles. Si te han dicho que lo único que Dios quiere es que estés sano todo el tiempo, que seas rico, feliz y próspero, y que si lo sigues a Él todos tus sueños de prosperidad se harán realidad, ¡Te han mentido! ¡Compraste una imitación barata del Evangelio! A Dios no le interesa tanto tu prosperidad material como sí le interesa conformarte a la imagen de Cristo.
Misma tormenta, pero distinto barco…
Estamos en el mismo mar y enfrentando la misma tormenta, sí. Pero unos la enfrentan en yate, otros en lancha, otros en salvavidas y otros a duras penas continúan nadando con todas sus fuerzas. Cada cual que navegue su ruta con respeto y dignidad.
¡Cuán grande es Él!
¿Has meditado alguna vez en la grandeza del Señor? Descubrir su grandeza no es difícil, basta con elevar nuestra vista al cielo y ver su gloria en todo lo creado. Desde la más grande de las galaxias hasta la más pequeña de las bacterias, todo nos grita la grandeza de nuestro Dios.