Las personas que difunden rumores sobre los demás deben tener cuidado con lo que dice la Biblia acerca de la calumnia. Después de enumerar los pecados cometidos por varios pecadores, incluidos los calumniadores, Pablo concluye que “ellos conocen el justo decreto de Dios de que los que practican tales cosas merecen la muerte” (1:32). La calumnia proviene del mal en el corazón (Marcos 7:22). Nadie requiere que te guste la teología o la práctica de todo lo que otra persona cree o hace, pero la tergiversación es una violación básica de la ética.
Categoría: Cesacionismo
La Historia del Misionero al que Dios le permitió hablar en lenguas para evitar que los caníbales se lo comieran
Hace muchos años, el reverendo Henry B. Garlock (1897-1985), quien fue misionero de las Asambleas de Dios durante mucho tiempo, fue enviado en 1922 a una misión peligrosa en África. Lo que ahí vivió es hoy una experiencia de fe y del poder de Dios obrando en el cumplimiento de la Gran Comisión y de la necesidad del poder del Espíritu Santo para lograrlo.
Mujeres, don de lenguas y cesacionismo
¿Cesacionismo y desprecio hacia las mujeres? ¿Por qué no me extraña que ambas cosas vayan de la mano? Como lo dije unas líneas atrás, he oído numerosos argumentos en contra del hablar en lenguas, pero pocos tan ridículos y sin sentido como este. Lo curioso de este argumento es más bien la fuente, ya que no estamos hablando de un simple creyente con opiniones extrañas, sino de un erudito cesacionista, el Dr. Lehman Strauss, quien además de ser un reconocido pastor bautista, fue profesor del Instituto Bíblico de Filadelfia y autor publicado con más de una docena de libros. Pareciera más bien que, ante los prejuicios, incluso la Biblia y sus enseñanzas quedan relegadas a un segundo plano, pues cuando ya decidimos qué creer, nada nos hará desistir por muy absurdos que sean nuestros argumentos.
¿Ha sustituido la predicación y la enseñanza al don de profecía en la iglesia de hoy?
En una iglesia verdaderamente bíblica, ni la incredulidad cesacionista (con su negación del don de profecía, lenguas, interpretación de lenguas, etc.) ni los excesos, falsa profecía y abuso de autoridad (bajo pretexto de ser “profetas del Señor” o “hablar en nombre de Dios”) tienen lugar. Los profetas y la profecía estarán presentes, tal como lo estuvieron en la iglesia neotestamentaria, pues somos un cuerpo en Cristo con aquellos que conformaron la iglesia primitiva. Creemos en la sucesión eclesiástica. Somos la continuidad orgánica del Cuerpo de Cristo que nació en Pentecostés. El mismo Espíritu Santo que vino para morar en aquellos creyentes (la Iglesia) y darles poder permanece para morar en nosotros (la misma Iglesia) y darnos poder ahora. La ausencia de profecía, lenguas, interpretación de lenguas, o cualquier otro don carismático en nuestras congregaciones, no es señal o evidencia de una iglesia sana, bíblica u ordenada, sino todo lo contrario. El mismo Espíritu de orden es el mismo Espíritu del fervor y del poder carismático. Si esto falta, quizá sea necesario reevaluar la salud doctrinal y espiritual de nuestra congregación.
Continuismo, dones proféticos y sola scriptura | ¿Se oponen entre sí?
Los cristianos (y particularmente nosotros, los pentecostales y carismáticos) debemos ser muy cautelosos con aquellos que afirman tener un "nuevo" mensaje de parte de Dios. Sin duda creemos en la vigencia actual de todos los dones, incluso el de profecía. Pero esto no significa que seamos incautos. Lejos de afirmar que el don profético ha cesado, o deba cesar porque ya tenemos las Escrituras, Pablo escribe a los Tesalonicenses: "No apaguéis al Espíritu. No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especie de mal" (1 Tesalonicenses 5:19-22). La estrecha conexión entre "no menospreciéis las profecías" (versículo 20) y "examinadlo todo" (versículo 21) da a entender que las profecías se encuentran naturalmente incluidas en la expresión "todo" del versículo 21. Las profecías (en especial) deben ser "examinadas" y de ese análisis procederán algunas cosas que sean "buenas”, pero no todo lo que se nos diga, aún presentándosenos como una expresión profética, necesariamente lo será.
Por qué no deberías menospreciar el don de lenguas
La práctica balsfema e irrespetuosa de menospreciar los dones espírituales, y particularmente el don de lenguas (emblema y distintivo del pentecostalismo), se ha extendido no solo en iglesias tradicionalmente cesacionistas, sino incluso en muchas iglesias que se denominan pentecostales (a veces solo de nombre), pero que han asimilado la pobre pneumatología reformada. No es de extrañar que el ejercicio de este don haya disminuido en muchas iglesias que se dicen pentecostales o carismáticas. Y no porque Dios así lo quiero o porque tal don no sea necesario, sino por nuestra propia incredulidad o ignorancia sobre el mismo. ¿Por qué deberíamos revalorizar la experiencia conocida como glosolalia?
¿Necesitamos la unción del Espíritu?
“Tenemos estudios teológicos, tenemos programas y ministerios de todo tipo, tenemos métodos innovadores y tenemos dinero ¡Tenemos más que cualquier otra generación de cristianos en la historia de la iglesia! ¿por qué necesitamos la unción?” — Dudo que un verdadero cristiano se atreva a decirlo en voz alta. Y sin embargo, es lo que muchos, incluso pentecostales, hacemos en la práctica o pensamos en nuestro foro interno.
Escándalos, falta de santidad y mal testimonio en círculos pentecostales y carismáticos | Un pretexto cesacionista para justificar su incredulidad
Sin duda la santidad en el estilo de vida debería ser la meta de todo cristiano (Hebreos 12:14). En eso estamos de acuerdo. Cuando la santidad deja de ser el distintivo de un ministro o líder pentecostal, quienes los observan tienden a decepcionarse o cuestionar las validez de las manifestaciones carismáticas, juzgando la autenticidad de estas por la conducta de quienes dicen creer en ellas o ejercen algún don carismático. El comportamiento pecaminoso es inaceptable en el Cuerpo de Cristo, y particularmente entre sus ministros. Sin duda, Dios traerá a juicio a quienes den mal testimonio o sirvan de tropiezo para otros (Marcos 9:42; Lucas 17:2). Sin embargo, esperar perfección en santidad de aquellos que han recibido algún don espiritual no es bíblico. Y menos bíblico aún es negar la validez de los dones espirituales en nuestra tiempo por causa de la imperfección, errores morales o incluso pecados graves de aquellos que los poseen.
El pentecostalismo como movimiento de reforma y renovación en el protestantismo
¿Qué tienen que ver las iglesias pentecostales con la Reforma Protestante? Mucho. El pentecostalismo es hijo del movimiento de santidad y este a su vez del metodismo, iglesia nacida a partir de la iglesia Anglicana, una de las 4 ramas principales de la Reforma. ¿Somos los pentecostales verdaderamente protestantes? Sí. Lo somos. El pentecostalismo surgió como un movimiento de renovación dentro del cristianismo protestante. Pero no nos quedamos estancados en los paradigmas y limitaciones de la Reforma del siglo XVI. En opinión de muchos expertos en movimientos religiosos, el pentecostalismo puede incluso considerarse una cuarta rama del cristianismo juntamente con el catolicismo, la iglesia ortodoxa y el protestantismo.
Excesos en el Movimiento Pentecostal y Carismático: ¿Una razón para rechazar la vigencia de los dones?
La forma en que el Espíritu de Dios actúa en medio de su pueblo no siempre encaja con nuestros prejuicios o ideas al respecto. Esto, sin embargo, no significa que Dios no sea el autor de tales expresiones espirituales.