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¿QUÉ ES EL PENTECOSTALISMO?

El pentecostalismo es, ante todo, una experiencia, un movimiento religioso, una vivencia espiritual y no una denominación u organización religiosa. Y si bien existen comunidades religiosas autodenominadas “pentecostales”, el pentecostalismo es algo mucho más amplio que el conjunto de iglesias pentecostales.

Se suele ubicar bajo el término de “pentecostal” a todos aquellos movimientos e iglesias que sostienen la vuelta –vivencial- al cristianismo primitivo apostólico (Hechos 2), buscando “ser llenos” del Espíritu Santo, lo que les lleva a dar testimonio de Cristo “con poder”, entusiasmo y celo misionero arrollador, al igual que los primeros cristianos, “conquistando las naciones para Cristo”, y confiados en la inminente y victoriosa segunda venida de Jesús. El énfasis en los carismas (fe, lenguas, profecía, sanidad, liberación de demonios) y el celo misionero entusiasta, son algunas de sus notas sobresalientes.

En tan solo 100 años de existencia, el pentecostalismo se ha transformado en el movimiento cristiano de mayor y más rápido crecimiento de toda la historia. Habiendo surgido en la primera década del siglo XX con unas pocas comunidades, ya en 1970 totalizaban 73 millones, para llegar en 1989 a 352 millones en todo el mundo, y hoy se habla de más de 500 millones. En varios países tiene una tasa de crecimiento del 10% anual, mientras que las iglesias protestantes históricas corren el riesgo de desaparecer o quedar reducidas a ínfimas minorías. Sin lugar a dudas la mayoría cristiana evangélica en América es pentecostal.

¿QUÉ ES EL ARMINIANISMO?

El arminianismo es una doctrina teológica cristiana que sustenta la salvación en la cooperación del hombre con la gracia divina a través de la fe. Frente al concepto calvinista de predestinación (o “elección”) incondicional, el arminianismo enseña que la predestinación se ha basado en la presciencia de Dios, quien tiene el conocimiento previo de quién creerá y quién no creerá en Cristo; la voluntad del hombre, por asistencia divina, es hecha libre para creer o rechazar a Cristo. El arminianismo puede resumirse en 5 puntos:

(1.- Libre albedrío o habilidad humana. Aunque la naturaleza humana fue totalmente afectada por la caída, sin embargo, Dios en su gracia capacita la voluntad del pecador para que libremente se arrepienta y crea, o rehúse hacerlo. Cada pecador, capacitado por la gracia de Dios, tiene libertad para creer o rehusar creer, y su destino eterno depende de cómo use dicha libertad. La libertad con la que Dios capacita al hombre caído consiste en poder escoger libremente entre el bien y el mal en la esfera de lo espiritual. El pecador puede cooperar con el Espíritu de Dios y ser regenerado o resistir la gracia de Dios y perderse para siempre. El pecador necesita la asistencia del Espíritu Santo, pero no tiene que ser regenerado por el Espíritu antes de que pueda creer, ya que la fe es un don de Dios que el hombre puede recibir o rechazar libremente, y precede al nuevo nacimiento. La fe es un don de Dios; y el hombre lo puede recibir y ejercer para vida eterna, o rechazarlo para condenación.

(2.- Elección condicional. Dios escogió para salvación, antes de la fundación del mundo, a todas aquellas personas que, asistidas por su gracia habilitadora, creen en Cristo. Esto se debe al hecho de que Dios vio de antemano que dichos individuos habrían de responder positivamente a su llamado, arrepintiéndose y creyendo en Cristo. Dios escogió sólo a aquellos que él vio de antemano que voluntariamente creerían en el evangelio, asistidos por su gracia resistible.

(3.- Redención universal o expiación general. La obra redentora de Cristo brinda a todos los hombres la oportunidad de ser salvos, y garantizó la salvación de todos los que habían creído y preservado hasta la muerte de Cristo, y también garantizó la salvación de todos los que habrían de creer y perseverar después de la muerte de Cristo. A pesar de que Cristo murió por todos los hombres, sólo los que creen en él son salvados. Su muerte es suficiente para la salvación de todos los hombres, pero sólo eficaz en los que creen.

(4.- El Espíritu Santo puede ser resistido eficazmente. Él Espíritu Santo convence de pecado al mundo, y hace todo lo que se ha determinado para traer a cada pecador a la salvación. El llamado del Espíritu, sin embargo, puede ser resistido, ya que el hombre es hecho libre por la gracia de Dios. El Espíritu no regenera al pecador hasta que éste cree; la fe (que es un don de Dios que el hombre puede recibir o rechazar libremente) precede al nuevo nacimiento. Dios ha determinado que su llamado, a través del Espíritu Santo, pueda ser libre y voluntariamente aceptado o resistido. El Espíritu Santo obra eficazmente trayendo a Cristo sólo a aquellos que no le resisten. El Espíritu no imparte vida hasta que el pecador responde, arrepintiéndose y creyendo voluntariamente en Cristo. Dios, por tanto, ha determinado que Su gracia no actúe de forma irresistible; sino que la misma puede ser resistida por el hombre.

(5.- El caer de la gracia o el perder la salvación. Los arminianos creemos que el ser humano, una vez salvo, puede perder la salvación y perderse eternamente por no perseverar en la fe.

¡Te invitamos a conocer un poco más de cerca las doctrinas y prácticas del pentecostalismo arminano!