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Pentecostalismo Reformado: ¿Caballo de Troya o pentecostalismo «trans»?

Pero más allá de las etiquetas, estas diferencias teológicas no solo tienen ramificaciones en el ámbito doctrinal, sino también en la vida diaria de los creyentes. Para los seguidores de la teología reformada, la confianza en la predestinación puede llevar a una profunda seguridad en la salvación (confianza desmedida que afecta la ortopraxis), pero también puede plantear interrogantes sobre la justicia de Dios (no nos extraña que muchos excalvinistas sean hoy ateos, agnósticos o simplemente resentidos con Dios) y, eventualmente, quienes eligen quedarse y meditan bien el asunto, pueden incluso caer en la desesperación al no saber con plena seguridad que son parte de los escogidos (he visto numerosos casos de calvinistas con crisis depresivas, ansiedad, temor a la muerte y hasta tendencia al suicidio por las contradicciones que su doctrina de la predestinación les crea mentalmente). Mientras tanto, para los pentecostales, el énfasis en la libertad de elección puede (y a menudo lo hace) fomentar un compromiso activo con la evangelización y un sentido de responsabilidad personal en la fe. Esto explica en parte por qué el pentecostalismo ha crecido tanto por su énfasis en el evangelismo y las misiones, mientras que el calvinismo crece a base de proselitismo intra-protestante (robando miembros de otras iglesias)

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El don de Dios en Efesios 2:8-9 | ¿La fe, o la salvación por gracia a través de la fe?

Se dice que la fe es un don de Dios y, en cierta forma, eso es cierto. Pero ¿qué queremos decir con eso? ¿significa, acaso, que el hombre no participa en el proceso de ejercer la fe y arrepentirse para ser salvo? En los Evangelios encontramos repetidas veces el mandato de pedirle al Señor que nos ayude en nuestra falta de fe (Mc. 9:24), que nos aumente la fe (Luc. 17:5), porque Jesús, que es el inicio de nuestra fe, es también el que la lleva a cumplimiento, según la Carta a los Hebreos (12:2). Quien pide la fe la obtiene, porque el deseo de fe es ya un acto de fe. La fe es un don de Dios por cuanto su otorgamiento, su crecimiento, su principio y su fin radican en el Señor, no en el hombre. El hombre cree, pero Dios es la causa y motor de su fe.

Cesacionismo, Continuismo, Distintivos del Pentecostalismo, Pentecostalismo, Pentecostalismo Clásico

Cesacionismo, un homenaje a la muerte y a la distancia de Dios.

¡Pareciera que honrar a los profetas y apóstoles muertos es más fácil que aceptar la posibilidad del mover de Dios a través de sus siervos hoy! Esto no debería sorprendernos. Al igual que los fariseos de antaño, el cesacionista moderno prefiere hacer un barato y ostentioso homenaje a los profetas muertos y a las manifestaciones distantes del Espíritu antes que reconocer aquellas que pasan frente a sus narices.

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La salvación no se pierde ¡Es imposible perderla!

“¿La salvación se pierde o no? En un sentido sí y en otro sentido no. El problema de la pregunta es que se habla como si la salvación se tuviera, se poseyera, como si fuera propia o como si se tuviera algún derecho sobre ella. La salvación no se gana, no se obtiene, no se posee. No es de uno, es de otro [“La salvación es del Señor.” – Salmo 3:8, LBLA]. Uno es solo un invitado, participa de ella y la goza. Simplemente sé parte de la fiesta.”

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Gracia previniente: ¿Una herejía reciente inventada por los arminianos? – ¡No según la Ortodoxia y los Padres de la Iglesia!

¿Es la gracia previniente una "herejía arminiana"? Muchos calvinistas no dudarían en afirmar que sí. Lo que ignoran, al parecer, es que dicha doctrina no es exclusivamente arminiana y que, lo que en efecto fue declarado herejía, no fue la doctrina de la gracia previniente, sino la doctrina calvinista de la predestinación y, por qué no decirlo, el calvinismo en sí.

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Ni calvinista, ni arminiana ni barthiana, solo Eliana | Eliana Valzura

"Existe una teología opresiva, sistemas completos —rígidos e inamovibles— de los cuales muchos cristianos están buscando salir para vivir un cristianismo más libre —que no significa “más descomprometido”— y más liberador, conforme al Goel que decimos seguir. Como soy una optimista consuetudinaria, me inclino por esta última opción."

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Sinergismo ¿Le roba la gloria a Dios?

Una de las acusaciones más comunes en contra de los arminianos por parte de los calvinistas, es que una visión sinérgica de la fe (en oposición al monergismo) 'le roba la gloria a Dios'. "Está centrada en el hombre", dicen, "¡y le da al hombre espacio para jactarse de salvarse a sí mismo!" Pero, ¿resiste esta lógica la prueba de las Escrituras? Echemos un vistazo a otro aspecto importante de la salvación: la santificación.

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Ni calvinista, ni arminiano ¿Por qué no un poco de ambos? | ¿𝐸𝑠 𝑝𝑜𝑠𝑖𝑏𝑙𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑡𝑖𝑏𝑖𝑙𝑖𝑧𝑎𝑟 𝑎𝑚𝑏𝑜𝑠 𝑠𝑖𝑠𝑡𝑒𝑚𝑎𝑠?

Hoy en día se nos habla de tres formas básicas (sin duda hay más) de calvinismo. hipercalvinismo, calvinismo ortodoxo y neocalvinismo. Todas estas formas son incompatibles con la teología arminiana, así como con la teología patrística pre-agustiniana y con las claras afirmaciones de las Escrituras.

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Gracia irresistible: Títeres en manos de un Dios con favoritismos

El calvinismo insiste en que Dios decidió salvar a los elegidos imponiendo su gracia irresistiblemente sobre ellos, mientras que predestinó al resto de la humanidad al tormento eterno. ¿Es esto justicia? ¿Es esto amor? Y si así lo fuera, ¡Qué clase más absurda de amor! ¿No es esto más bien un acto de crueldad, parcialidad e injusticia abominable a nuestra conciencia? Ciertamente que sí; pues la doctrina calvinista convierte al Dios de la Biblia en un ser maligno y cruel, no muy diferente de los dioses paganos. Sin embargo, la Biblia dice que el Dios verdadero extiende "sus misericordias sobre todas sus obras" (Salmo 145:9) y que desea que "todos los hombres sean salvos" (1 Timoteo 2:4). Si tal arbitrariedad choca con nuestro sentido de justicia, amor y misericordia, ¿Cómo podríamos pensar que Dios es menos misericordioso, amoroso y justo que nosotros? Jesús dijo: “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:11-13).

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Las Raíces Reformadas del Pentecostalismo

Al explorar las raíces de la teología pentecostal, el artículo sostiene que es una simplificación excesiva entender el pentecostalismo como una extensión lineal del movimiento de avivamiento wesleyano de santidad del siglo XIX. Junto a otras influencias, como el fundamentalismo y la teología de Keswick, se argumenta que el movimiento pentecostal moderno tiene una deuda considerable con la tradición reformada. Este punto de vista se fundamenta invocando la teología de Juan Calvino, Theodore Frelinghuysen, Jonathan Edwards, Edward Irving, Charles G. Finney y Abraham Kuyper. Sin embargo, un tema central con respecto a la teología reformada sigue siendo el cesacionismo, un punto de vista que se debate en este artículo siguiendo los trabajos de Jon Ruthven.