No podemos ignorar que la imagen de Dios en el hombre no fue totalmente destruida por la caída, sino que permanece en cierta medida. Y ser hecho a imagen de Dios incluye la capacidad de responder a la verdad espiritual. Esto es evidente si se considera el hecho de que la Biblia responsabiliza a las personas ante Dios (Romanos 1:19-28; Hechos 17:30). Así pues, la frase "muertos en vuestros delitos y pecados" (Efesios 2:1) no implica una incapacidad total, sino más bien una separación total de Dios a nivel espiritual. La parábola del hijo pródigo, donde a pesar de ser llamado "muerto", el hijo pudo arrepentirse (Lucas 15:17-24), ilustra perfectamente este punto.
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Simul Iustus Et Peccator | Imputados con la justicia de Cristo, declarados legalmente justos y en relación de pacto (II)
La expresión 𝙎𝙞𝙢𝙪𝙡 𝙄𝙪𝙨𝙩𝙪𝙨 𝙚𝙩 𝙋𝙚𝙘𝙘𝙖𝙩𝙤𝙧 no solo nos recuerda que los cristianos seguimos siendo capaces de pecar y que, en efecto, pecamos a diario. 𝙎𝙞𝙢𝙪𝙡 𝙄𝙪𝙨𝙩𝙪𝙨 𝙚𝙩 𝙋𝙚𝙘𝙘𝙖𝙩𝙤𝙧 proclama también, y de forma radical, que el cristiano ha sido justificado ante Dios. Afirmar que hemos sido justificados es una declaración de que el perdón, la vida y la salvación nos pertenecen por gracia mediante la fe por causa de Cristo solamente.
Bautizados «en Cristo» y bautizados «en el Espíritu Santo» ¿Son la misma cosa?
El ser “bautizados en Cristo” (regeneración) y el ser “bautizados en Espíritu Santo y fuego” (la experiencia pentecostal) no son la misma cosa. Ambas son reales pero distintas. Todos los salvos hemos sido bautizados en Cristo, pero no todos los salvos han sido bautizados con el Espíritu Santo. ¿Por qué no admitir, entonces, lo evidente? Porque hacerlo es darle la razón a los pentecostales y eso es algo que muchos no están dispuestos a hacer. Les es preferible elaborar todo tipo de explicaciones y malabares exegéticos antes que admitir lo que el texto bíblico dice clara y llanamente.
La llenura del Espíritu, el todo de la vida cristiana
Muchos cristianos creen erróneamente que el Espíritu Santo mejora la vida cristiana. Tal razonamiento, aunque no es del todo erróneo, falla en considerar una verdad aún mayor: El Espíritu Santo no solo “mejora” la vida cristiana ¡El Espíritu Santo hace posible la vida cristiana! Sin el Espíritu, ni siquiera podemos acercarnos a vivir la vida a la que Dios nos ha llamado.
Miserables alcanzados por su gracia
Al ser humano le cuesta entender que no tiene que hacer nada, que todo ha sido ya realizado, únicamente debe acudir al lado de su Padre. Esta compresión hace que la persona cambie, es una gracia que transforma, el ser humano ya no es el mismo. ¡Así de bello e incomprensible es el Evangelio de la Gracia!
¿En qué consiste el «Bautismo de fuego» del cual habló Juan el Bautista?
Juan el Bautista proclamó que Jesucristo vendría y bautizaría “en Espíritu Santo y fuego” (Mateo 3:11). Pero ¿A qué se refería con eso? ¿Es el bautismo de fuego algo que deberíamos desear o evitar? Existen dos formas opuestas de interpretar este texto, una sustentada por los pentecostales y otra por el sector evangélico cesacionista.
La llenura santificante del Espíritu Santo
El bautismo en el Espíritu Santo es una inmersión en Aquel que es el Espíritu Santo—la más frecuente designación para Él en el Nuevo Testamento—por lo tanto experiencia debe de alguna manera relacionarse con la santidad personal. La persona bautizada en el Espíritu debe entender que además de los dones espirituales, la experiencia Pentecostal debe producir fruto espiritual.
¿Qué ocurre primero? ¿La fe o la regeneración?
¿Qué ocurre primero? ¿La fe o la regeneración? ¿Somos salvos porque creemos, o llegamos a creer porque ya somos salvos? ¿La regeneración precede a la fe, o es al revés? El auge de ciertos movimientos neo-calvinistas en nuestro tiempo ha traído consigo una oleada de artículos respecto a la doctrina de la regeneración, afirmando que esta precede a la fe; es decir, que somos regenerados antes de creer. Esto ha generado mucha confusión al respecto.
Dios completará la obra que inició en ti
Filipenses 1:6 resulta esperanzador porque lleva consigo la obra pasada, presente y futura de Dios en nosotros y para nosotros por lo que Jesús ha hecho en la cruz. Jamás debemos olvidar que es por Jesús, y solo por Jesús que Dios efectúa esta gran obra en nosotros. Mi amado hermano: Si tienes problemas de algún tipo, dudas de tu salvación, o no estás seguro de tu crecimiento, tan solo deja que el Señor le hable a tu corazón pasando tiempo con Él en oración y leyendo Su palabra. Él usa estas cosas para "perfeccionar" el trabajo que ha comenzado en ti. Recuerda que el Señor nunca te dejará ni te abandonará. Él no puede ser infiel y su amor por ti no puede fallar. ¡No estás estancado! ¡Dios no te ha abandonado en este proceso! ¡Él te está perfeccionando!
Y tú, ¿Has nacido de nuevo?
Aquel que ha nacido de nuevo cree en el Cristo crucificado y resucitado como fuente de su eterna salvación (1 Juan 5:1). Se ha arrepentido del pecado y ahora quiere vivir para la gloria de Dios. Pero eso no es todo. Aquel que ha nacido de nuevo tiene una nueva disposición en el corazón. Una persona renacida simplemente no puede seguir viviendo como antes porque el eje de su ser ha sido revolucionado. No podrá vivir en paz con sus ídolos. ¡Imposible! Empieza a odiar las cosas que antes amaba y comienza a amar las cosas que antes odiaba (1 Juan 3:9). Hay un cambio radical en sus afectos y deseos. Si este cambio no se ha dado, es probable que no haya nuevo nacimiento. Dicho cambio de vida irá acompañado por una manifestación continua del fruto del Espíritu Santo en la vida del regenerado. Esto no quiere decir que el nacido de nuevo ya no falle, pero sí significa que la vida del creyente se caracterizará por “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23). O como lo expresa Juan, “Saben también que todo el que hace justicia es nacido de El” (1 Juan 2:29).