Por: Fernando E. Alvarado.
INTRODUCCIÓN.
Asistir a la iglesia no indica que seas salvo. Haberte bautizado, tampoco. Ser hijo de creyentes no te da un pasaporte al cielo. ¿Entonces cómo puedes saber si de verdad eres salvo? La respuesta reside en una palabra teológica bastante olvidada en nuestros días: la regeneración o nuevo nacimiento. Pero, ¿Qué significa ser un cristiano nacido de nuevo? Juan 3:1-21 responde a esta pregunta de forma inequívoca. En dicho pasaje, el Señor Jesucristo está hablando con Nicodemo, un fariseo prominente y miembro del Sanedrín (el consejo gobernante de los judíos), quién había venido a Jesús de noche para hacerle algunas preguntas: «Una noche, un fariseo llamado Nicodemo, que era líder de los judíos, fue a visitar a Jesús y le dijo: —Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, pues nadie podría hacer los milagros que tú haces si Dios no estuviera con él. Jesús le dijo: —Te aseguro que si una persona no nace de nuevo[a] no podrá ver el reino de Dios. Nicodemo le preguntó: —¿Cómo puede volver a nacer alguien que ya es viejo? ¿Acaso puede entrar otra vez en el vientre de su madre? Jesús le respondió: —Te aseguro que si uno no nace del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Todos nacen de padres humanos; pero los hijos de Dios sólo nacen del Espíritu. No te sorprendas si te digo que hay que nacer de nuevo. El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su sonido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así también sucede con todos los que nacen del Espíritu. Nicodemo volvió a preguntarle: —¿Cómo puede suceder esto? Jesús le contestó: —Tú eres un maestro famoso en Israel, y ¿no lo sabes? Te aseguro que nosotros sabemos lo que decimos, porque lo hemos visto; pero ustedes no creen lo que les decimos. Si no me creen cuando les hablo de las cosas de este mundo, ¿cómo me creerán si les hablo de las cosas del cielo? Nadie ha subido al cielo, sino solamente el que bajó de allí, es decir, yo, el Hijo del hombre. Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, y del mismo modo yo, el Hijo del hombre, tengo que ser levantado en alto, para que todo el que crea en mí tenga vida eterna. Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no me envió a este mundo para condenar a la gente, sino para salvarla. El que cree en mí, que soy el Hijo de Dios, no será condenado por Dios. Pero el que no cree ya ha sido condenado, precisamente por no haber creído en el Hijo único de Dios. Y así es como Dios juzga: yo he venido al mundo, y soy la luz que brilla en la oscuridad, pero como la gente hacía lo malo prefirió más la oscuridad que la luz. Todos los que hacen lo malo odian la luz, y no se acercan a ella, para que no se descubra lo que están haciendo. Pero los que prefieren la verdad sí se acercan a la luz, pues quieren que los demás sepan que obedecen todos los mandamientos de Dios.» (Juan 3:1-21, TLA).
¿QUÉ ES NACER DE NUEVO?
La frase «nacido de nuevo» empleada en este pasaje literalmente significa «nacido de arriba». Nicodemo tenía una necesidad verdadera. Él necesitaba un cambio de corazón, una transformación espiritual. El nuevo nacimiento, el nacer de nuevo, es un acto de Dios por el cual la vida eterna es impartida a la persona que cree (2 Corintios 5:17; Tito 3:5; 1 Pedro 1:3; 1 Juan 2:29; 3:9; 4:7; 2:1-4, 18). Juan 1:12-13 nos indica también que la expresión «nacer de nuevo» transmite igualmente la idea de «volverse hijo de Dios» al confiar en el nombre de Jesucristo. Cuando uno ha nacido de nuevo, ha sido renovado espiritualmente, y ahora es hijo de Dios por el derecho de este nuevo nacimiento. Así pues, confiar en Jesucristo, en Aquél quien pagó el castigo del pecado al morir en la cruz, es lo que significa «nacer de nuevo» espiritualmente. Sin embargo, además de la metáfora del nuevo nacimiento empleada por Juan en su Evangelio, las Escrituras completan la descripción de lo que es la regeneración al utilizar dos imágenes más para referirse a esta obra sobrenatural de la gracia:
(1.- En sus epístolas, Pablo describe la regeneración como una nueva creación: «Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!» (2 Corintios 5:17, NVI); «Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación.» (Gálatas 6:15, NVI); «Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.» (Efesios 2:10, NVI).
(2.- Además, a través de todo el capítulo 6 de Romanos, Pablo, nuevamente, describe la regeneración como una resurrección: «Nosotros ya no tenemos nada que ver con el pecado, así que ya no podemos seguir pecando. Ustedes bien saben que, por medio del bautismo, nos hemos unido a Cristo en su muerte. Al ser bautizados, morimos y somos sepultados con él; pero morimos para nacer a una vida totalmente diferente. Eso mismo pasó con Jesús, cuando Dios el Padre lo resucitó con gran poder. Si al bautizarnos participamos en la muerte de Cristo, también participaremos de su nueva vida.» (Romanos 6:2-5).
¿POR QUÉ NECESITO NACER DE NUEVO?
A pesar de todo lo anteriormente dicho, quizá alguien todavía se pregunte: «¿Por qué necesito nacer de nuevo?». A esto Jesús responde: «Te aseguro que si una persona no nace de nuevo no podrá ver el reino de Dios.» (Juan 3:3, TLA). El apóstol Pablo en Efesios 2:1 dice, «Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados…». A los Romanos en Romanos 3:23, el apóstol escribió, «Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios». (Romanos 3:23). Los pecadores están espiritualmente «muertos»; cuando reciben vida espiritual a través de la fe en Cristo, la biblia lo compara con un nuevo nacimiento. Sólo aquellos que han nacido de nuevo tienen sus pecados perdonados y tienen una relación con Dios. Esa es la razón por la cual necesitamos nacer de nuevo. ¡Solo aquellos que nazcan de nuevo son salvos de toda condenación!
EVIDENCIAS DEL NUEVO NACIMIENTO.
Si solo los nacidos de nuevo serán salvos, ¿Cómo sé entonces que he nacido de nuevo? La palabra de Dios nos dice que por sus frutos se conoce el árbol (Mateo 7:15-20, 3:8-10). El nacido de nuevo ha de demostrar por sus frutos (su obras) que es hijo de Dios. Jesús dijo: “Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió. ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis. ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.” (Juan 8:42-47). Jesús deja en claro que ser hijo de Dios no se basa en la pertenencia a un grupo étnico o religioso. Nuestra filiación con Dios se determina por medio de pruebas concretas. Por eso, el apóstol Juan da al menos once pruebas de que una persona ha nacido de nuevo.
1.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS GUARDAN SUS MANDAMIENTOS:
«¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos. El que afirma: «Lo conozco», pero no obedece sus mandamientos, es un mentiroso y no tiene la verdad.» (1Juan 2:3-4, NVI).
«El que obedece sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.» (1Juan 3:24, NVI)
2.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS, ANDAN COMO CRISTO ANDUVO.
“En cambio, el amor de Dios se manifiesta plenamente en la vida del que obedece su palabra. De este modo sabemos que estamos unidos a él: 6 el que afirma que permanece en él debe vivir como él vivió.” (1Juan 2:5-6, NVI)
3.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS NO ABORRECEN A LOS DEMÁS, SINO QUE LOS AMAN.
“El que afirma que está en la luz, pero odia a su hermano, todavía está en la oscuridad.” (1 Juan 2:9, NVI)
“Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a nuestros hermanos. El que no ama permanece en la muerte.” (1 Juan 3:14, NVI)
“Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de él y lo conoce. El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.” (1 Juan 4:7-8, NVI)
“Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto.” (1 Juan 4:20, NVI)
4.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS NO AMAN AL MUNDO.
“No amen al mundo ni nada de lo que hay en él. Si alguien ama al mundo, no tiene el amor del Padre.” (1 Juan 2:15, NVI)
5.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS CONFIESAN AL HIJO Y LO RECIBEN (LO TIENEN)
“Todo el que niega al Hijo no tiene al Padre; el que reconoce al Hijo tiene también al Padre.” (1 Juan 2:23, NVI)
“Si alguien reconoce que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.” (1 Juan 4:15, NVI)
“El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.” (1 Juan 5:12, NVI)
6.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS PRACTICAN LA JUSTICIA.
“Si reconocen que Jesucristo es justo, reconozcan también que todo el que practica la justicia ha nacido de él.” (1 Juan 2:29, NVI)
7.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS NO PRACTICAN EL PECADO.
“Todo el que permanece en él no practica el pecado. Todo el que practica el pecado no lo ha visto ni lo ha conocido.” (1 Juan 3:6, NVI)
“Ninguno que haya nacido de Dios practica el pecado, porque la semilla de Dios permanece en él; no puede practicar el pecado, porque ha nacido de Dios. Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su hermano.” (1 Juan 3:9-10, NVI)
“Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo.” (1 Juan 5:18, NVI)
8.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS TIENEN EL ESPÍRITU DE DIOS.
“El que obedece sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él. ¿Cómo sabemos que él permanece en nosotros? Por el Espíritu que nos dio.” (1 Juan 3:24, NVI)
“¿Cómo sabemos que permanecemos en él, y que él permanece en nosotros? Porque nos ha dado de su Espíritu.” (1 Juan 4:13, NVI)
9.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS ESCUCHAN LA PALABRA CON SUMISIÓN.
“Nosotros somos de Dios, y todo el que conoce a Dios nos escucha; pero el que no es de Dios no nos escucha. Así distinguimos entre el Espíritu de la verdad y el espíritu del engaño.” (1 Juan 4:6, NVI)
10.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS CREEN QUE JESÚS ES EL CRISTO.
“Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre ama también a sus hijos.” (1 Juan 5:1, NVI)
11.- LOS QUE HAN NACIDO DE DIOS VENCEN AL MUNDO.
“porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe.” (1 Juan 5:4, NVI)
CONCLUSIÓN.
Aquel que ha nacido de nuevo cree en el Cristo crucificado y resucitado como fuente de su eterna salvación (1 Juan 5:1). Se ha arrepentido del pecado y ahora quiere vivir para la gloria de Dios. Pero eso no es todo. Aquel que ha nacido de nuevo tiene una nueva disposición en el corazón. Una persona renacida simplemente no puede seguir viviendo como antes porque el eje de su ser ha sido revolucionado. No podrá vivir en paz con sus ídolos. ¡Imposible! Empieza a odiar las cosas que antes amaba y comienza a amar las cosas que antes odiaba (1 Juan 3:9). Hay un cambio radical en sus afectos y deseos. Si este cambio no se ha dado, es probable que no haya nuevo nacimiento. Dicho cambio de vida irá acompañado por una manifestación continua del fruto del Espíritu Santo en la vida del regenerado. Esto no quiere decir que el nacido de nuevo ya no falle, pero sí significa que la vida del creyente se caracterizará por “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23). O como lo expresa Juan, “Saben también que todo el que hace justicia es nacido de El” (1 Juan 2:29).
El nacido de nuevo experimenta también un profundo amor hacia Dios y el pueblo de Dios. Para citar a Juan de nuevo: “Todo el que ama es nacido de Dios y conoce a Dios” (1 Juan 4:7). En cada generación hay burladores que se congregan en la iglesia con el fin de sembrar discordia, odio, y amargura en la casa de Dios. Pero el que es nacido del Señor procura velar por el bienestar de las ovejas de Cristo. Otro efecto del nuevo nacimiento es una pasión indomable por la Palabra del Señor. Jesús nos asegura que: “Mis ovejas oyen mi voz” (Juan 10:27). De modo que una clara señal de que alguien ha nacido de nuevo es esta pasión por la sana doctrina, la Palabra de Dios. Ante todo esto, te pregunto hoy: ¿de verdad has nacido de nuevo? ¿Te has convertido? ¿Hay una nueva disposición en tu corazón? ¿Se ve el fruto del Espíritu en tu vida? ¿Hay amor hacia Dios y hacia los hermanos en tu alma? ¿Deseas la Palabra más que tu alimento diario?