¿Qué haría Jesús con los migrantes? Esta es quizá la pregunta que avergüenza a aquellos que, llamándose cristianos, se vuelven cómplices del abuso, la deshumanización de los inmigrantes, la violación de los derechos humanos, o que, cuando sus falsos mesías así lo piden, ignoran el principio bíblico del amor al prójimo.
Categoría: Biblia, Política y Economía
Diversas perspectivas sobre la inerrancia bíblica
La inerrancia bíblica, entendida como la veracidad absoluta de las Escrituras en todo lo que afirman, ha sido un tema central en la teología cristiana, despertando debates profundos y apasionados entre diversas tradiciones y corrientes teológicas. Este concepto, que refleja la confianza en que la Biblia es completamente confiable por ser inspirada por Dios, no solo define el entendimiento de la autoridad bíblica, sino que también impacta directamente la vida, la práctica y la espiritualidad del creyente.
Palabra perfecta: Cómo los Padres de la Iglesia entendieron la inerrancia de las Escrituras
El concepto de la inerrancia de las Escrituras, entendido como la creencia de que la Biblia es completamente verdadera y libre de error en todo lo que enseña, es un desarrollo teológico relativamente reciente en la historia del cristianismo. Aunque los primeros cristianos y los padres de la Iglesia tenían una alta estima por las Escrituras, la formulación sistemática de la inerrancia surgió en respuesta a los desafíos intelectuales de la modernidad.
El Reino de Dios: Más allá de los sistemas políticos y económicos
La historia de la humanidad ha estado marcada por la búsqueda de sistemas políticos y económicos que aseguren justicia, equidad y prosperidad. Sin embargo, desde una perspectiva bíblica, y particularmente de nuestra comprensión pentecostal del Reino de Dios, entendemos que ningún sistema terrenal, ya sea de izquierda o de derecha, representa el Reino de Dios ni puede equipararse a su perfección y propósito. La búsqueda de similitudes entre los sistemas de este mundo y el Reino de Dios no solo es errónea, sino que desvía al cristiano de la verdadera esencia de su fe y misión en la tierra.
Cuando la denuncia profética se convierte en partidismo evangélico
"Exhorto, pues, ante todo que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad." (1 Timoteo 2:1-2, LBLA)
Uso de símbolos judíos en iglesias cristianas: La bandera del Estado de Israel
La iglesia tiene un mandato global, no etnocentrista. El etnocentrismo se manifiesta cuando un grupo considera su cultura y símbolos como superiores o más legítimos que los de otros. Al adoptar símbolos judíos y presentarlos como fundamentales para la fe cristiana, algunas iglesias pueden estar sugiriendo que la cultura judía es intrínsecamente más cercana a Dios. Esta percepción puede ser problemática y excluyente para los creyentes de otras culturas, quienes podrían sentir que su herencia cultural es menos valorada o incluso rechazada dentro de su comunidad religiosa.
Pon la mira en las verdades del cielo
"Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios." (Colosenses 3:1-3, NTV)
Arminianismo e inerrancia bíblica: ¿Son incompatibles?
Los arminianos (y particularmente los pentecostales) creemos que la Biblia no es invención humana. Creemos que el Dios personal de la creación, la redención y la consumación, quería de tal manera comunicarse con su pueblo que eligió darse a conocer a través de la Biblia. Él supervisó la trasmisión escrita de esa actividad reveladora de una manera tan poderosa que podemos confiar en ella plenamente. Esto, sin embargo, en ninguna manera si hizo anulando el albedrío, la voluntad o la personalidad de los escribas humanos.
Idolatría política en la iglesia cristiana
Como cristianos reconocemos que ningún partido o figura política merece nuestra total lealtad, pues la Palabra de Dios nos manda: “No confiéis en príncipes, ni en hijo de hombre en quien no hay salvación.” (Salmo 146:3, LBLA), y “es mejor refugiarse en el Señor que confiar en príncipes.” (Salmo 118:9, LBLA). Confiar en partidos políticos y figuras políticas no solo es ingenuo, sino torpe. Pues escrito está: “No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se apresuran para derramar sangre; quebranto y desventura hay en sus caminos; y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos.” (Romanos 3:10-18). Ni siquiera los políticos que se dicen cristianos merecen nuestra total obediencia o ciega confianza, pues “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca peque.” (Eclesiastés 7:20, LBLA).
A propósito de Palestina
El sufrimiento de los cristianos de Palestina debería ser suficiente para hacer reflexionar a aquellos sectores cristianos que, por una cuestión de racismo, islamofobia o simple ignorancia, siguen defendiendo lo indefendible. Lastimosamente no es así. Pareciera que los evangélicos hemos olvidado que los palestinos valen lo mismo a la vista de Dios que los judíos y merecen igual amor, compasión, misericordia y oración de parte de la Iglesia. No solo orando por Israel agradas a Dios, "porque con Dios no hay favoritismos" (Romanos 2:11). Tampoco eres mejor cristiano porque desees la desaparición de Palestina, pues "Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia" (Hechos 10:34-35).