El descenso de Cristo a los "infiernos" (o Hades, el lugar de los muertos en la tradición judía) es un evento teológico central en la fe cristiana, afirmado en el Credo de los Apóstoles. Este acto, que ocurrió entre la crucifixión y la resurrección, no fue una derrota, sino una conquista gloriosa que combina la proclamación de salvación y juicio, la liberación de los justos antiguos, la derrota del diablo y la universalidad de la redención. Basado en pasajes bíblicos como 1 Pedro 3:18-20, 1 Pedro 4:6, Judas 6, Génesis 6:1-4, Efesios 4:8-10, Hebreos 2:14-15 y Apocalipsis 1:18, este evento demuestra la autoridad de Cristo sobre la muerte, el diablo y toda la creación. Estos pasajes se entrelazan para formar una narrativa coherente, que bien podemos denominar “el Saqueo del Infierno”.
Etiqueta: Juan Calvino
El pretexto de la «American Religion» como forma de crítica al pentecostalismo clásico
En el ámbito teológico contemporáneo, el pentecostalismo clásico, particularmente en su vertiente evidencialista, ha sido objeto de críticas recurrentes bajo el pretexto de ser un producto de la llamada "American Religion". Este término, popularizado por Harold Bloom en su obra The American Religion: The Emergence of the Post-Christian Nation (1992), describe una forma de religiosidad caracterizada por el individualismo, el pragmatismo y la búsqueda de experiencias espirituales intensas, típica de la cultura estadounidense. Sin embargo, lo que muchos críticos no parecen reconocer es que el movimiento que hoy busca reformar—o, en términos más crudos, "infectar"—al pentecostalismo, es decir, el nuevo calvinismo, es en sí mismo un producto de esa misma "American Religion" que tanto denuncian. Sobra decir que las críticas al pentecostalismo clásico bajo este pretexto no solo son selectivas, sino también hipócritas, ya que el nuevo calvinismo, lejos de ser una alternativa "pura" o "universal", es igualmente un fenómeno profundamente estadounidense.
El caso del metodismo calvinista: ¿Pretexto para crear un pentecostalismo reformado?
El metodismo, como movimiento religioso, surgió en el siglo XVIII en el contexto de la Inglaterra anglicana, liderado principalmente por John Wesley y, en menor medida, por su hermano Charles Wesley y George Whitefield. Sin embargo, dentro del metodismo existieron corrientes teológicas divergentes, particularmente en lo que respecta a la soteriología. Mientras que John Wesley abrazó una soteriología arminiana, George Whitefield defendió una perspectiva calvinista. Esta aparente convivencia entre dos corrientes distintas dentro del metodismo, ha dado lugar al fantaseo, en ciertos círculos pentecostales (comprometidos más bien con el calvinismo que con su propia identidad pentecostal), a la promoción de la quimera teológica que denominan “pentecostalismo reformado”
La crisis del pentecostalismo institucional y la vigencia de la pentecostalidad: Una crítica desde la esperanza
El pentecostalismo, como movimiento espiritual y eclesial, ha sido una de las fuerzas más dinámicas y transformadoras en el cristianismo global desde su surgimiento a principios del siglo XX. Sin embargo, en las últimas décadas, el pentecostalismo institucional ha enfrentado una crisis profunda en numerosos países, marcada por desafíos internos y externos que han debilitado su estructura y testimonio. Esta crisis no es meramente organizacional; toca la esencia misma de lo que significa ser pentecostal. No obstante, es crucial distinguir entre la crisis de la institucionalidad y la vigencia de la pentecostalidad, pues mientras la primera puede estar en declive, la segunda permanece como un testimonio vivo del poder del Espíritu Santo.
Mitos reformados: ¿Ser calvinista es la única forma de ser protestante? ¿Ser arminiano es ser católico?
Defender el calvinismo como la única expresión “pura” del protestantismo, y hacerlo bajo la premisa de que está completamente desvinculado de la tradición católica, es tan irónico como hipócrita. Los mismos que condenan el catolicismo como un “vástago de Roma” parecen olvidar que en el templo de su teología reformada hay numerosos altares simbólicos dedicados a San Agustín. Se niegan a admitir que, de todos los padres de la Iglesia, el pensamiento de Agustín es el que más influye en su sistema doctrinal, como si cerrar los ojos ante esto pudiera convertirlo en un “protestante honorario.” Tal vez deberían aceptar que, por más que pretendan erigirse como los verdaderos campeones de la fe, su teología reformada descansa, paradójicamente, sobre cimientos que ni siquiera ellos se atreven a cuestionar.
El fuego que no se apaga: La defensa del continuismo en un mundo que niega lo sobrenatural
El cesacionismo —la creencia de que los dones milagrosos del Espíritu Santo cesaron con la muerte de los apóstoles o con el cierre del canon bíblico— ha penetrado en muchas iglesias pentecostales, al punto de que hoy nos encontramos con pentecostales que, en la práctica, se han convertido en cesacionistas. Esto es un fenómeno peligroso y contradictorio que requiere una respuesta clara y contundente. En el panorama teológico actual, es fundamental que como cristianos comprometidos con la verdad bíblica, y particularmente como pentecostales, presentemos una sólida defensa del continuismo.
La expiación limitada, una herejía destructora
Hay doctrinas que nadie se atreve a llamar herejía pero que, ciertamente, lo son. La expiación limitada es una de esas doctrinas. Dicha enseñanza sostiene que Cristo murió solo por los elegidos, es decir, por aquellos que Dios predestinó para ser salvos, y no por toda la humanidad. Pero ¿Por qué deberíamos considerar dicha enseñanza como una herejía? Hay por lo menos 3 razones principales: (1) es antibíblica; (2) es cruel e injusta y (3) es diabólica en sus consecuencias.
La Expiación Ilimitada en el arminianismo: Un Dios de amor para todos
La doctrina de la expiación ilimitada, central en el pensamiento arminiano, sostiene que la muerte de Cristo en la cruz fue suficiente y eficaz para todos los seres humanos, no solo para un grupo selecto. Esta postura subraya el amor de Dios y su deseo de salvación para toda la humanidad. La Remonstrancia de 1610, un documento clave para la tradición arminiana, sostiene firmemente la doctrina de la expiación ilimitada, en clara oposición a la enseñanza calvinista de la expiación limitada. El segundo artículo de la Remonstrancia establece que Cristo murió por todos los seres humanos, lo que implica que la oferta de salvación es universal, aunque condicionada a la fe. Esta enseñanza refleja la creencia de que el sacrificio de Cristo fue hecho por toda la humanidad, pero solo aquellos que creen y perseveran en la fe recibirán los beneficios de esa redención.
Los 5 puntos del arminianismo: Una teología de la gracia y la libertad humana
Cuando nos acercamos al arminianismo, descubrimos un enfoque teológico profundamente centrado en el amor de Dios por toda la humanidad y en la dignidad del ser humano como partícipe en la salvación. En respuesta al calvinismo y su doctrina de la predestinación absoluta, Jacobo Arminio y sus seguidores desarrollaron lo que hoy conocemos como los "Cinco Puntos del Arminianismo". Estos puntos, también llamados los "Cinco Artículos de la Remonstrancia", ofrecen una visión bíblica y equilibrada de cómo opera la gracia de Dios y cómo el ser humano responde a esa gracia. Hoy te invito a conocer cada uno de los 5 puntos del arminianismo: ¡Las verdaderas doctrinas de la gracia!
Jacobo Arminio: El pastor y teólogo neerlandés que transformó la historia del pensamiento cristiano
En la vida de Jacobo Arminio, encontramos a un hombre que, con una profunda devoción y una mente aguda, dejó una marca indeleble en la historia del cristianismo. Su obra y ministerio nos invitan a reflexionar sobre las implicaciones del libre albedrío y la gracia divina, temas que marcaron su pensamiento y el desarrollo del arminianismo. Para comprender su legado, es esencial sumergirnos en los momentos más significativos de su vida y el impacto que sus ideas siguen teniendo hoy en día.