Con la avalancha de noticias que informan sobre casos de escándalos y abusos cometidos por pastores evangélicos, pensé que era necesario equilibrar esto mostrando cómo los pastores ( y también pastoras, pues muchas fieles mujeres también ejercen valientemente este ministerio) son ocasionalmente abusados y maltratados por las ovejas (miembros de la iglesia). Quiero ser claro: este hecho no justifica ningún comportamiento escandaloso por parte de los líderes espirituales, ni pretendo justificar las fallas morales o el abuso pastoral, sin embargo, siempre vale la pena ver los dos lados de la historia.
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¿Por qué soy pastor evangélico?
"Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe." (Hebreos 13:7), y nos recuerda también que "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar." (1 Timoteo 5:17).
Nuestras esposas | La Ezer Negued en nuestra vida y ministerio
Al ver Dios a Adán solo, varón sin hembra, su juicio es claro: eso no es bueno. Es la primera y única cosa que Dios destaca como necesitada de perfección en una creación en todo lo demás perfecta y buena: "Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él." (Génesis 2:18). ¡Y así surgió la mujer! "Ayuda idónea" (en hebreo: ézer négued) le llamamos. Pero "ayuda idónea" no traduce adecuadamente el término original hebreo ‘ezer négued'.
Marie Dentière, la igualitaria, primer teóloga de la Reforma
La historia de la Reforma está dominada por personajes como Martín Lutero (1483-1546), Juan Calvino (1509-1564), Philipp Melanchthon (1497-1560), Ulrico Zwinglio (1484-1531), Guillaume Farel (1489-1565) y John Knox (1514-1572), entre otros. Estos, “los hombres de la Reforma” suelen llevarse el crédito por impulsar el movimiento político, religioso y social conocido como la Reforma Protestante. La labor de las mujeres, por otro lado, ha sido ignorada e incluso denigrada por los “Padres del Protestantismo”.
¿Divos evangélicos, o siervos de Cristo?
Al enseñar, al hablar o escribir, al ejercer cualquiera de mis dones, debo tener presente que lo hago para servir a otros, como lo hizo Cristo. De hecho, Él mismo dijo que vino para servir, no para ser servido (Marcos 10:45). Cristo vino a servirnos con su muerte, con su sacrificio. Entender que nuestros dones son para servir a los demás, y actuar de esa manera, es una decisión transformadora. Guardará nuestro corazón del orgullo y de creer que estamos aquí para alcanzar renombre, ser famosos, o convertirnos en alguna clase de superestrellas, divas (o divos) de la farándula evangélica.
Dios, por favor ¡llama a otro!
Argumentar con Dios es la respuesta normal del ser humano frente al llamado, pero él no desiste de su propósito para nuestra vida. Podemos ver esto claramente en el llamado de moisés. Moisés llevaba cuarenta años viviendo en el desierto. La vida de lujo y privilegios disfrutada en Egipto había quedado en el olvido. Ahora no era más que un simple pastor nómada, sin ambiciones ni sueños. No obstante, el Señor lo había seleccionado para que cumpliera una delicada tarea: volver a Egipto para que pidiera al hombre más poderoso de la tierra, el faraón, que dejara volver al pueblo de Israel a su tierra de origen. Para comunicarle este mensaje el Señor se le apareció en una zarza que ardía sin consumirse.
Pastores que aman las misiones
Una de las tareas del pastor es llevar a la iglesia a experimentar la voluntad de Dios; por lo tanto los creyentes maduros, conscientes de su responsabilidad de ser útiles en la obra, deben estar viviendo en el centro de la voluntad de Dios. La pregunta es: ¿Cuantos creyentes están interesados en saber la voluntad de Dios para servirlo mejor? Al detectar a esta clase de creyentes el pastor debe ayudarlos a entregar todo, para que puedan experimentar la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
La práctica del diezmo en el cristianismo
Diezmar es un asunto con el que muchos cristianos luchan y que muchos inconversos critican. Esto se debe a que en muchas iglesias se pone demasiado énfasis en diezmar. Al mismo tiempo, otras iglesias insisten en que el diezmo no está vigente en nuestra época; esto ha llevado a que muchos cristianos (incluso dentro de iglesias en las cuales se enseña el diezmo) rehúsen someterse a las exhortaciones de sus líderes acerca de hacer ofrendas al Señor o diezmar. Así, aunque ofrendar y dar de nuestros bienes para la obra de Dios está destinado a ser un gozo y una bendición, a veces no es el caso en la iglesia de hoy. Pero ¿qué enseña la Biblia al respecto? ¿en qué consistía el diezmo en la antigüedad? ¿estamos los cristianos obligados a pagar el diezmo? Dejemos que la Biblia hable por sí misma sobre este tema.
El autocuidado pastoral
Pastor, no te descuides de ti mismo. No bajes la guardia, ¡Sé fuerte! Tus ovejas te necesitan. La forma de ejercer nuestro ministerio ha cambiado, de eso no hay duda. ¡Y quizá nunca vuelva a ser igual que antes! Lo que no ha cambiado, ni cambiará, es nuestra responsabilidad de compartir la Palabra de Dios.
Pastoreando en tiempos de cuarentena
La medida del amor de un pastor por Dios está directamente relacionada con su cuidado deliberado por las ovejas de Cristo. Eso es lo que el Señor le dijo a Pedro después de que Pedro afirmó su amor por Cristo. El Señor dijo: "pastorea mis ovejas" (Juan 21:16). Entonces, ¿cómo puede un pastor amar a Cristo? Amando la iglesia de Cristo. Pastoreándola... aún en tiempos de pandemia.