Al ver Dios a Adán solo, varón sin hembra, su juicio es claro: eso no es bueno. Es la primera y única cosa que Dios destaca como necesitada de perfección en una creación en todo lo demás perfecta y buena: "Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él." (Génesis 2:18). ¡Y así surgió la mujer! "Ayuda idónea" (en hebreo: ézer négued) le llamamos. Pero "ayuda idónea" no traduce adecuadamente el término original hebreo ‘ezer négued'.
Categoría: Masculinidad
El problema de las Nuevas Masculinidades
Aunque los cristianos aplaudimos la inclusión de la mujer, su igualdad de derechos y su participación en la iglesia, por otro lado constatamos una desvirilización del hombre, tanto en su función de padre — al debilitarse su decir como representante de la ley —como en la forma de abordar al otro sexo. De igual modo sucede con los semblantes, pues asistimos a una feminización de los atuendos y de los cuidados de sí. El ser hombre ha perdido su atractivo y se constata que la masculinidad se coloca a la defensiva ante la protesta de las mujeres. Los hombres responden de diversas maneras, por ejemplo por la vía fundamentalista (machismo) o por la de la identificación, siendo la más habitual la de su maternización.