Por Fernando E. Alvarado
Con la avalancha de noticias que informan sobre casos de escándalos y abusos cometidos por pastores evangélicos, pensé que era necesario equilibrar esto mostrando cómo los pastores ( y también pastoras, pues muchas fieles mujeres también ejercen valientemente este ministerio) son ocasionalmente abusados y maltratados por las ovejas (miembros de la iglesia). Quiero ser claro: este hecho no justifica ningún comportamiento escandaloso por parte de los líderes espirituales, ni pretendo justificar las fallas morales o el abuso pastoral, sin embargo, siempre vale la pena ver los dos lados de la historia.

No tengo duda de que la mayoría de los pastores son sinceros seguidores de Cristo que han pagado un precio enorme y sufrido mucho mientras cumplían con su llamado sagrado. Satanás, el acusador de los hermanos, apuntará principalmente a los errores y fallas de los pastores porque sabe que cuando el pastor es herido, las ovejas se dispersarán (Zacarías 13:7).
Basado en mi propia experiencia como pastor y en casos que he podido atestiguar o han llegado a mi conocimiento (No me estoy refiriendo a ningún pastor o iglesia en particular, sino que estoy hablando de manera genérica), podría decirse que los pastores a menudo son juzgados (y hasta sufren abuso de sus propias congregaciones) de una o de las siguientes maneras:
I.- Los pastores son criticados por tomarse un tiempo libre para irse de vacaciones. Esa es la razón por la que muchos pastores y sus familias incluso sienten temor, culpa o vergüenza de compartir algo relacionado con sus vidas personales, sobre todo en redes sociales. Evidentemente, algunas personas piensan que los pastores son sobrehumanos y nunca necesitan un descanso del trabajo y el ministerio. Esto, en mi opinión, es una forma de maltrato al pastor.
II.- Aunque la mayoría de pastores no vivimos con lujos o grandes cosas en lo que a bienes materiales se refiere, a menudo se critica a los pastores por tener cosas bonitas, un buen auto, buena ropa, buenos relojes, etc. ¡Algunas personas tienen un espíritu religioso y esperan que los pastores hagan un voto de pobreza! Además, la mayoría de la gente no conoce la historia de fondo de cómo y por qué los pastores tienen cosas buenas y los acusan de vivir bien a costa de los diezmos y ofrendas de su iglesia (¡Qué bendición es ser un pastor bivocacional y que nadie me pueda acusar de ello!).

Es cierto que hay pastores de alto perfil que reciben una compensación excesiva y/o viven estilos de vida lujosos (aunque gran parte de sus ingresos pueden ser de sus trabajos seculares o negocios legítimos no relacionados con la iglesia). Sin embargo, y es más que una simple opinión personal (pues hablo de lo que veo a diario), la gran mayoría de los pastores sinceros están mal pagados. Es una forma de abuso acusar a un pastor de malversar los fondos de la iglesia porque tiene cosas bonitas sin conocer la historia de fondo. ¡Es una falacia creer que todo lo que tenemos lo hemos obtenido de vuestros diezmos! Muchos de nosotros nos esforzamos al igual que cualquier otro ser humano por ganarnos el pan de cada día con el sudor de nuestra frente tanto en el trabajo ministerial como en profesiones seculares! Hay congregaciones aún más injustas que, no solo no proveen para el sostén de sus ministros ¡sino que también les prohíben trabajar secularmente y los obligan a vivir en la miseria!
III.- Los pastores enfrentan violaciones constantes de los límites privados y personales. No puedo recordar con qué frecuencia los pastores me han dicho que sus vacaciones fueron interrumpidas y/o el tiempo familiar personal interrumpido porque alguien tenía una necesidad y deseaba oración, consejo o consuelo. Cuando las personas en una congregación no respetan el tiempo familiar personal de su pastor, es una forma de abuso del pastor.
IV.- La emergencia de todos tiene que ser su emergencia. La mayoría de los pastores finalmente aprenden que cuando una persona inmadura en su iglesia está sufriendo, entran en modo de autoconservación y esperan que su emergencia sea la emergencia del pastor. Esperan que el pastor deje todo y venga en su ayuda, independientemente de las circunstancias de la vida y la familia de su pastor. Cuando esto sucede continuamente, es una forma de abuso del pastor.
V.- Los pastores enfrentan chismes y calumnias con respecto a las decisiones de liderazgo. Cada pastor ha tenido personas en su congregación que calumnian y cuestionan las decisiones sin comprender el contexto o investigar la razón detrás de sus elecciones. Cuando la cultura de una iglesia desarrolla un espíritu crítico hacia su pastor y liderazgo, esta es una forma de abuso del pastor.
VI.- Los pastores experimentan una traición constante. La traición es quizás la parte más desafiante del trabajo de un pastor. Todos los pastores que conozco han sido traicionados por personas que pensaban que les eran leales pero los abandonaron sin previo aviso ni explicación. A menudo, se sienten utilizados por personas de la congregación que se vuelven contra ellos si no obtienen lo que quieren. Puede ser una forma abierta de traición, como un socio cercano que se separa de la iglesia o un amigo que deja la iglesia sin una razón legítima. Cuando esto sucede, puede ser una forma de abuso del pastor.

VII.- Se espera que los pastores den sin recibir nada a cambio. La mayoría de los pastores derraman constantemente sus vidas y energía en sus iglesias s: Predican, enseñan, oran por la gente y dan consejos piadosos. Muchos pastores están agotados, estresados y tratando de “apagar incendios” espirituales y emocionales propios y ajenos. A pesar de esto, la mayoría de las personas dan por sentado que el pastor “puede solo”, y muy pocas personas se toman el tiempo para orar por ellos, bendecirlos y apoyarles cuando son ellos los que necesitan ayuda. Esta es una forma sutil de abuso de pastor.
VIII.- Se espera que trabajen horas insanas. Muchos pastores trabajan de 12 a 14 horas todos los días sin tener un día libre completo. A veces esto es culpa del pastor por no honrar un “sábado personal”, pero a menudo se debe a la presión que sienten para cumplir con las intensas demandas del ministerio. Cuando una congregación espera que su pastor trabaje de 60 a 80 horas por semana, es abuso de pastor.
IX.- Muchos pastores no reciben beneficios de jubilación. La mayoría de los pastores fundadores de iglesias no denominacionales no tienen a nadie que se asegure que ellos reciban los beneficios de jubilación. He oído hablar de innumerables pastores que no tienen nada ahorrado en sus últimos años, lo que los obliga a trabajar mucho más allá de su mejor momento. Cuando una iglesia financieramente establecida no provee para la jubilación de su pastor fundador, puede ser una forma de abuso de pastor.
X.- Muchos pastores son usados por su influencia y carecen de verdaderos amigos. Muchos pastores se sienten solos y carecen de verdaderos amigos en su iglesia. A menudo, no saben en quién confiar porque muchas personas desean usarlos para su beneficio. Cuando pocas personas están dispuestas a cultivar una verdadera amistad con su pastor, puede ser una forma corporativa de objetivar a su pastor. Esto es abuso.
XI.- Se espera que los pastores sean expertos en todo, así como teólogos. Se espera que muchos pastores tengan todas las respuestas relacionadas con los desafíos espirituales, maritales, financieros, la administración de la iglesia, los desafíos particulares de las personas y la estrategia. Además de esto, se espera que sean teólogos que den mensajes semanales profundos. ¡Con razón tantos pastores se queman y dejan el ministerio! Cuando una congregación espera demasiado de su pastor, puede ser una señal de abuso del pastor.
Sí, sé que es fácil señalar a los pastores abusivos, pero ¿Es tu iglesia abusiva con su pastor? O más específicamente, ¿Eres tú un miembro que abusa y maltrata de su pastor? Personalmente, creo que esta lista se queda corta. Hay muchas otras formas en que los pastores y sus familias suelen ser abusados por sus congregaciones (como esos diáconos abusivos que se toman la libertad de castigar físicamente a los hijos del pastor), pero eso lo dejaremos para otra ocasión…

Le doy gracias a Dios por haberme formado en una congregación en la que a los líderes se les daba un salario junto con otras prestaciones y no se veía mal o entendía mal, sencillamente era parte del deber de la iglesia hacia ellos.
Me da tristeza ver hoy día que muchos maltratan a los pastores por las cosas materiales, los sueldos o vacaciones que debieran recibir, siendo que son seres humanos con familias qué sostener y sustento y abrigo qué suplir y no seres angelicales por encima de cualquier necesidad básica humana.
Prefiero la prosperidad dentro de la iglesia a fin de que los líderes tengan suficiente para su sostenimiento.
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