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Del lado calvinista los esfuerzos por desvincular su teología y culpar a otros (particularmente arminianos y pentecostales) por el surgimiento de este falso Evangelio de la Prosperidad ha llegado a niveles desesperantes. Incluso al uso de falacias, medias verdades y distorsión de la historia.

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El Evangelio de la Prosperidad y sus raíces calvinistas

A lo largo de las últimas dos décadas, casi todos los pensadores y predicadores cristianos han tenido algo importante que decir sobre la Teología de la prosperidad. En el ideario de muchos protestantes, católicos y hasta personas sin religión, el mal llamado Evangelio de la prosperidad tiende a equipararse con el pentecostalismo, como si este hubiera dado vida al primero. Nada, sin embargo, está más lejos de la realidad que esto. De hecho, el Evangelio de la Prosperidad no solo puede verse en ciertos grupos pentecostales, sino que ha permeado casi cada denominación evangélica hasta la fecha. Pero, si no fueron los pentecostales los que inventaron esta herejía, entonces ¿De dónde surgió? ¿Cómo se originaron las ideas que dieron vida al Evangelio de la Prosperidad? La verdadera respuesta a esta pregunta quizá sorprenderá a muchos.

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Just Thinking | El show evangélico

El estilo de predicación triunfalista y motivacional, caracterizado por la predicación extrema y sensacionalista está entrando en crisis. Buena parte de esta predicación es espectáculo puro y simple, lleno de extravagancias, desaciertos y hasta escándalos de sus protagonistas. Hoy en día abundan los predicadores y predicadoras que, con un estilo excitante y posesivo, emplean el tiempo de sus exposiciones para crear escenarios idealizados donde todo es maravilloso y factible, y los asistentes se convierten en seres indetenibles y súper poderosos en cuanto al logro de sus deseos y aspiraciones. Sí, hablo de la no solo ridícula sino también herética Teología de la Prosperidad, de los promotores de la Confesión Positiva con su ya gastado y fallido "declárelo, decrételo, arrebátelo" y todas esas demencias. Todo sin que haya lugar para considerar otras realidades propias de la vida. Pero hablo también de aquellos que se paran frente a una congregación creyendo que pueden alimentar al rebaño del Señor con puros chistes, ideas motivadoras y payasadas, pero sin el verdadero mensaje del Evangelio. Eso sería cómo alimentar a un niño con puros dulces y golosinas y aún así esperar que se desarrolle como un adulto sano y fuerte.

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¿Declaraciones proféticas de año nuevo?

La fe cristiana legítima cree que viene algo grande; pero ese algo grande no es ambiguo ni enigmático sino cien por ciento concreto y determinado, esto es, la venida del Señor Jesucristo. ¡Cristo viene! ¿Qué cosa más grandiosa podrías pedir? Él es la esperanza del alma creyente. Por eso, cuando alguien sube al púlpito prometiendo otra cosa que no sea la venida de Cristo (por ejemplo, un nuevo automóvil, que te ganes la lotería, un ascenso en el trabajo, una novia hermosa y sexy, felicidad, dinero, éxito ministerial, autoridad apostólica, influencia socio-política o cualquier otra cosa vaga e incierta) siempre termina santificando la avaricia, el materialismo y la codicia en nombre de la fe. En otras palabras, es teología de la prosperidad. Un evangelio barato y perverso, ajeno totalmente a la Palabra de Dios.

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La repugnante práctica del «vómito santo»

En algunas iglesias, principalmente neopentecostales, suele enseñarse la aberrante y asquerosa práctica del “vómito santo” que, según sus simpatizantes, es producida por obra del Espíritu Santo. Dicha práctica consiste en que la persona es tomada por el “Espíritu”, el cual le produce náuseas y posteriormente el vómito. En muchas iglesias, los afectados por este fenómeno de pronto se ponen de pie en medio de la congregación y comienzan a vomitar como señal de liberación o “toque espiritual”, atribuyendo tal acto al poder de Dios. Si bien es cierto que la Biblia menciona la palabra “vómito”, nunca lo presenta como una manifestación del Espíritu Santo. La Biblia habla de la tierra vomitando a sus moradores a causa del pecado (Levítico 18:24-28). Habla del perro que vuelve a su vómito (2 Pedro 2:17-22). También nos relata que a Jonás lo vomitó el gran pez (Jonás 2:10). Y en Apocalipsis el Señor afirma que vomitará a los tibios (Apocalipsis 3:16). Nunca el vómito es presentado en la Biblia como señal o manifestación de la presencia del Espíritu Santo. Tampoco es usada como símbolo de liberación espiritual.

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Herejías | El Evangelio de la Prosperidad

La teología de prosperidad, a veces llamada evangelio de la prosperidad, es una creencia religiosa compartida por algunos cristianos, quienes sostienen que la bendición financiera y el bienestar físico son siempre la voluntad de Dios para con ellos, y que la fe, el discurso positivo y las donaciones a causas religiosas aumentarán la riqueza material propia. En pocas palabras, este egocéntrico «evangelio de la prosperidad» enseña que Dios quiere que los creyentes estén físicamente sanos, sean materialmente ricos y personalmente felices. Los maestros del evangelio de la prosperidad animan a sus seguidores a orar e incluso a demandar a Dios un florecimiento material.

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Herejías | La Nueva Reforma Apostólica

La Nueva Reforma Apostólica (NRA) es uno de los movimientos más grandes, más amplios y más poderosos dentro del cristianismo de hoy, pero vuela en gran parte bajo el radar. Incluso los involucrados a menudo no entienden el movimiento en la medida en que incluso puede negar que son parte de ella. Esta confusión se debe al hecho de que NRA no tiene membresía oficial o incluso liderazgo. Más bien, la NRA es una coalición de cristianos, organizaciones e iglesias pentecostales y carismáticos que están unidos por un entendimiento particular e interpretación de ciertas partes de la Escritura. Manifiestan un total desprecio por las opiniones contrarias, las que más bien les resultan “evidencias” de su autenticidad como genuinos representantes del “nuevo mover de Dios” en la iglesia contemporánea. Proponen con agresividad sus modelos de Igle-crecimiento y sus novedosas interpretaciones de antiguas doctrinas del cristianismo histórico. Sostienen que la autoridad bíblica (la Palabra escrita) tiene que estar siempre supeditada a la autoridad de la viva y “dinámica”, Palabra de Dios dada a conocer por la presente actividad del Espíritu mismo. La subordinación de la Escritura a la autoridad del Espíritu Santo, también se ilustra por la aceptación en este movimiento de la validez del don de profecía en la vida de la iglesia contemporánea. De acuerdo con los seguidores de este movimiento, Dios habla hoy con tanta autoridad, como hablaba a los autores bíblicos. Este es un entendimiento existencial de la Palabra de Dios. De acuerdo con esto, sus seguidores creen que el canon bíblico no está cerrado, de modo que la Palabra de Dios escrita no es la autoridad final. Ellos creen que Dios da hoy a la iglesia revelación adicional y que esta nueva revelación es tan autoritativa o aún más autoritativa que la Biblia misma. En este sentido, no están muy lejos de sectas como los mormones, los seguidores de Moon, la Ciencia Cristiana o cualquier otro grupo heterodoxo que añade su propia revelación a la Palabra de Dios.

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El comercio de la fe y las nuevas indulgencias

Expresiones como “Llame y créale a Dios”, “siembre y coseche”, “No razones, cree solamente”, ¡Atrévete a pactar en este día!”, “Bendice al Señor con tus primicias y todo tu año será bendito” y otras frases semejantes se oyen por todos lados en el ambiente evangélico, tanto en nuestras congregaciones como en los medios de comunicación religiosos. Esto recalca el espíritu mercantilista que reina en muchas iglesias de nuestra época y ha sido motivo de descrédito para el cristianismo en general. La condición actual de algunos líderes religiosos e iglesias modernas dista mucho de ser la voluntad de Aquel que, en un arranque de cólera santa, expulsó a los mercaderes que profanaban con su avaricia la casa de su Padre (Marcos 11:15-17).