Para muchos debatir se ha vuelto el nuevo deporte evangélico. Autoproclamarse “apologista cristiano” está de moda, aunque no sepas ni jota de Biblia, historia eclesiástica, credos y confesiones históricas. Ese deseo insaciable de demostrar que se tiene la razón, de lucirse en redes, de parecer inteligente y así satisfacer un frágil ego no tiene fin. Como si Cristo hubiese dicho: “Id por todo el mundo y ganad debates, humillando a tu adversario y haciendo enemigos por todas las naciones. El que ganare el debate y derribare los argumentos de su adversario será salvo”.
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El día en que los católicos nos recordaron como ser cristianos
Cuando los protestantes norteamericanos acusan a los evangélicos en Latinoamérica de no enseñar un Evangelio Completo, o cuando afirman que Latinoamérica necesita ser re-evangelizada porque los latinos hemos hecho mal las cosas y necesitamos que los anglosajones nos enseñen como ser cristianos, no puedo evitar ver la hipocresía detrás de sus palabras. Pareciera que ni siquiera son conscientes que hay algo que se pudre, como una llaga maloliente y supurante, en el corazón del evangelicalismo norteamericano. Jamás pensé ver el día en que los católicos nos enseñaran a los evangélicos lo que significa ser fiel a los principios y defender la fe. ¡Ahora lo he visto!
Una respuesta al Islam|Falacias Argumentativas
En el cristianismo, la Biblia es considerada el “Libro de los libros”; más no es Dios hecho Libro. Sin embargo, los 66 libros que la componen nos permiten conocer a quien, en el cristianismo, es la Revelación Suprema de Dios: Jesús de Nazaret, Dios hecho hombre. Jesús es el carácter central en la Biblia – en realidad todo el libro es acerca de Él. El Antiguo Testamento predijo Su venida y preparó el escenario para Su entrada al mundo. El Nuevo Testamento describe Su venida y Su obra para traer salvación a nuestro mundo pecador.
¿Contiene la Biblia errores y contradicciones?
La Biblia es perfecta, la Biblia es infalible. Aunque la respuesta a tus dudas no siempre sea obvia, no hay por qué dudar de la Palabra de Dios. En vez de eso, ¿Por qué mejor no dudas de tus dudas? Pues como bien lo dijera Pablo: “Antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, y venzas cuando fueres juzgado.” (Romanos 3:4)
Herejías | El Evangelio de la Prosperidad
La teología de prosperidad, a veces llamada evangelio de la prosperidad, es una creencia religiosa compartida por algunos cristianos, quienes sostienen que la bendición financiera y el bienestar físico son siempre la voluntad de Dios para con ellos, y que la fe, el discurso positivo y las donaciones a causas religiosas aumentarán la riqueza material propia. En pocas palabras, este egocéntrico «evangelio de la prosperidad» enseña que Dios quiere que los creyentes estén físicamente sanos, sean materialmente ricos y personalmente felices. Los maestros del evangelio de la prosperidad animan a sus seguidores a orar e incluso a demandar a Dios un florecimiento material.
Herejías | La Nueva Reforma Apostólica
La Nueva Reforma Apostólica (NRA) es uno de los movimientos más grandes, más amplios y más poderosos dentro del cristianismo de hoy, pero vuela en gran parte bajo el radar. Incluso los involucrados a menudo no entienden el movimiento en la medida en que incluso puede negar que son parte de ella. Esta confusión se debe al hecho de que NRA no tiene membresía oficial o incluso liderazgo. Más bien, la NRA es una coalición de cristianos, organizaciones e iglesias pentecostales y carismáticos que están unidos por un entendimiento particular e interpretación de ciertas partes de la Escritura. Manifiestan un total desprecio por las opiniones contrarias, las que más bien les resultan “evidencias” de su autenticidad como genuinos representantes del “nuevo mover de Dios” en la iglesia contemporánea. Proponen con agresividad sus modelos de Igle-crecimiento y sus novedosas interpretaciones de antiguas doctrinas del cristianismo histórico. Sostienen que la autoridad bíblica (la Palabra escrita) tiene que estar siempre supeditada a la autoridad de la viva y “dinámica”, Palabra de Dios dada a conocer por la presente actividad del Espíritu mismo. La subordinación de la Escritura a la autoridad del Espíritu Santo, también se ilustra por la aceptación en este movimiento de la validez del don de profecía en la vida de la iglesia contemporánea. De acuerdo con los seguidores de este movimiento, Dios habla hoy con tanta autoridad, como hablaba a los autores bíblicos. Este es un entendimiento existencial de la Palabra de Dios. De acuerdo con esto, sus seguidores creen que el canon bíblico no está cerrado, de modo que la Palabra de Dios escrita no es la autoridad final. Ellos creen que Dios da hoy a la iglesia revelación adicional y que esta nueva revelación es tan autoritativa o aún más autoritativa que la Biblia misma. En este sentido, no están muy lejos de sectas como los mormones, los seguidores de Moon, la Ciencia Cristiana o cualquier otro grupo heterodoxo que añade su propia revelación a la Palabra de Dios.
Carta abierta a un fanático de Calvino
No quiero sonar agresivo, pero quiero ser totalmente honesto contigo: ¡Estoy cansado, aburrido, y harto de los calvinistas de Facebook! Pero ¡Alto! Antes de que te molestes, déjame continuar; hablo de los calvinistas orgullosos, los faltos de gracia, los que no sirven en una iglesia, los casi sectarios y que, en algunos casos, hasta hablan con groserías. Sí, esos calvinistas que tienen páginas de Facebook dedicadas a propagar la teología reformada por sobre todas las cosas, aquellos que viven para ganar “likes” a costa de aplastar la fe de otros. Calvino seguro se sentiría hastiado también al ver lo que sucede en las redes sociales usando su nombre. Pero en realidad, que importa Calvino, ¿Qué pensará Jesús de todo esto? Al final, se trata de sus discípulos que se despedazan unos a otros por un sistema teológico. Todo esto a pesar de que Él dijera un día: “en esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuvieres amor los unos por los otros” (Juan 13:35). Tal vez, esto sólo evidencia que algunos calvinistas son discípulos de Calvino, antes de ser discípulos de Jesús.