Si bien la guerra espiritual es una realidad siempre presente en la vida del cristiano, la verdad misma de la guerra espiritual ha sido distorsionada a niveles antibíblicos por ciertos grupos neopentecostales. Una especie de esquizofrenia espiritual parece haberse apoderado de muchos creyentes. La obsesión por los demonios y su obrar es el pan de cada día en muchas iglesias, las cuales invierten más tiempo en la cacería de demonios que en la adoración a Dios, la búsqueda de la llenura del Espíritu Santo, la formación del carácter cristiano y el conocimiento bíblico y teológico de sus miembros. ¡La era de los caza fantasmas evangélicos ha llegado! Como si de médiums espiritistas se tratase, estos cazadores de demonios presumen de sus habilidades extrasensoriales y tergiversan el verdadero don de discernimiento de espíritus, convirtiéndolo en una amalgama de ideas espiritistas, métodos humanos, visiones extrañas y creencias de origen pagano.
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Atar y Desatar: Otro intento fallido de ser como dioses (y torcer las Escrituras)
Hoy en día es muy común escuchar frases como: “Yo anulo, yo ato, yo cancelo, yo no recibo, yo desato, etc” como si fuesen una especie de conjuro o unas palabras mágicas, no conforme con esto, todas estas expresiones están en su gran mayoría asociadas a bendiciones materiales, logros, éxitos, conquistas, finanzas, otros la usan en momentos de pruebas, tribulaciones o enfermedad, para atar al diablo, los demonios y cualquier otra cosa que se les ocurra. ¿Hay base bíblica para tal práctica? Ciertamente en la Biblia se menciona la expresión atar y desatar, pero ¿Qué enseña realmente la Biblia sobre este tema? Mateo 16:19, uno de los versos bíblicos más tergiversados hoy en día, nos dice: “Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos”.
¿Arrebatarle cosas al diablo? ¿En las manos de quién crees que estás?
Muchas veces me he preguntado: ¿Qué Biblia leen las personas que creen en esta moda de «arrebatar». Puedes leerla todas las veces que quieras, y en toda la Escritura nunca verás a un creyente «arrebatando» cosas al diablo. De hecho, en toda la historia de la iglesia, nadie ha creído en eso hasta el día de hoy. Peor aún, no hay ningún versículo en toda la Biblia que justifique esta moda.
Confesión Positiva: Cuando Satanás convence a la criatura de querer ser como el Creador
La confesión positiva es hoy un caballo de Troya dentro de la Iglesia, los seminarios bíblicos, y los pulpitos cristianos. La manera equivocada de confundir la fe bíblica con esta herejía que se llama confesión positiva es preocupante, no solo por el error garrafal de suplantar la fe, doctrinal y testimonial de la iglesia; sino, también por el lenguaje y “el pensamiento positivo” que ha venido a desplazar la enseñanza bíblica y la forma en la que hablamos y oramos cuando se enseña o predica la palabra de Dios. Muchos pentecostales, carismáticos y neopentecostales especialmente (aunque no exclusivamente) han sido seducidos por esta falsa enseñanza, con sus declaraciones y decretos, que han traído vergüenza y deshonra al movimiento pentecostal, el cual es visto con desconfianza en círculos evangélicos no carismáticos. La obra del Espíritu Santo ha sido motivo de escarnio y nuestra fe pentecostal es menospreciada por causa de tales aberraciones teológicas. Pero no todos los pentecostales creemos eso… Los pentecostales bíblicos preferimos aferrarnos a la Palabra de Dios y no a modas nacidas del espiritismo, la Nueva Era y otras corrientes heterodoxas y hasta de origen pagano.
Por qué «declarar» y «decretar» es antibíblico
En nuestros días se habla de que cristianos pueden proclamar una palabra de poder basados en lo que su corazón quiere, y así activar la fuerza de su fe, y que Dios está comprometido entonces a entregarles aquello que han activado por medio de esa palabra. Quiénes defienden tales ideas han creado un movimiento herético denominado "Confesión Positiva", "Movimiento de la Palabra de Fe" con sus declaraciones, decretos y arrebatos. Este movimiento es una deformación del cristianismo que, aferrado a una pésima interpretación del texto biblico, santifican su deseo profano de ser como dioses.
¿Por qué está pasando todo esto?
Lo bueno y lo malo nos pasa a todos. Dios permite los desastres naturales no porque quiera castigarnos por nuestros pecados o desee vengarse de la humanidad por su desobediencia, sino porque en su infinita sabiduría sabe que puede ayudar en su propósito de atraer almas a la vida eterna. A causa de la Caída, la naturaleza ya no tiene un orden perfecto. A pesar de que hay mucho bien en la naturaleza, también nos sobrevienen pestes, plagas y desastres como inundaciones, huracanes, terremotos y tornados. Estos sucesos no son directamente una “obra de Dios”, sino que son el resultado de la imperfección del mundo natural. Esta imperfección no viene de Dios sino del mal. Afirmar que todo lo que pasa en esta tierra es la voluntad de Dios, o que es causado por Él, es fallar a la verdad y acusar a Dios de maldad.
COVID-19, soberbia evangélica y otras pestes
Sí señores, el juicio ha empezado. Y empezará por la casa de Dios: "Él purificará a los hijos de Leví como se purifica la plata. Los limpiará como se limpia el oro y la plata. Luego, ellos serán sacerdotes del Señor y le presentarán ofrendas aceptables." (Malaquías 3:3, PDT)
Verdades Distorsionadas | Guerra Espiritual.
Los cristianos estamos en guerra. No cabe duda: hay una batalla, pero no es contra sangre ni carne (Efesios 6:2). Nuestro enemigo no es visible a nosotros, por lo que no podemos simplemente observar su accionar. Pero Dios sí conoce los planes y las acciones de Satanás y sus demonios, por lo que la única forma de batallar es dependiendo totalmente en Él. Desafortunadamente, Satanás ha creado fortalezas en la mente de los cristianos sobre cómo batallar, lo que ha llevado a estrategias inefectivas y enfoques erróneos. Las Escrituras autentifican la realidad del mundo espiritual, incluyendo a los ángeles (amigos) y a los demonios (enemigos). Sin embargo, a los cristianos occidentales, incluyendo a los evangélicos y pentecostales, no les resulta fácil explicar y referirse a esta dimensión transempírica de la realidad.
Herejías | La moda de «atar y desatar»
La doctrina de que podemos “atar y desatar al demonio”, muy común en algunas iglesias de nuestra época, es una de esas enseñanzas que suele distorsionarse a menudo desde el púlpito. A menudo se le asocia con el tema de la guerra espiritual. Antes de seguir quiero aclarar algo: La guerra espiritual es real. Puede no salir en las noticias; pero debería. Pablo lo admite en Efesios 6:12, “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Sin embargo, las armas de esta guerra son a menudo malentendidas de alguna forma. En algunos círculos evangélicos, por ejemplo, es común escuchar a pastores y su gente hablar de “atar a Satanás” o “renunciar a la presencia del diablo” o muestras similares de confianza. Una de las prácticas más comunes dentro de ciertas congregaciones es la de "atar y desatar", atan al diablo, demonios, enfermedades, maldiciones, ¡Hasta huracanes! y por otro lado desatan huestes celestiales, bendiciones, finanzas, riquezas, salud, autos, casas, etc.