En Números 11:29, Moisés nos comparte un deseo profundo: "¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuera profeta, que el Señor pusiera su Espíritu sobre ellos!" En ese contexto, dos hombres, Eldad y Medad, habían recibido el Espíritu de Dios y profetizaban en el campamento, lo que preocupó a Josué. Sin embargo, Moisés, lejos de verlo como algo negativo, expresó su anhelo de que todos los israelitas pudieran experimentar la presencia y el poder del Espíritu de Dios. Para nosotros, ese ideal de Moisés refleja el anhelo de una comunidad carismática, donde todos podamos ser partícipes del Espíritu divino (Números 11:29). Este deseo de Moisés es la anticipación del sueño de Dios para su pueblo: una comunidad donde todos estén capacitados por el Espíritu, y no unos pocos privilegiados.
Categoría: Teología Lucana
El valor teológico de los escritos lucanos (Parte II): Lucas, historiador y teólogo del Espíritu
Si se lee y escucha sólo a Lucas, parece bastante claro que el derramamiento del Espíritu que él tiene en mente no se relaciona con la salvación [iniciación/incorporación], tal como en Pablo, sino con el servicio y el testimonio. Por lo tanto, Lucas no vincula la venida del Espíritu con el suceso de la salvación. Aun los no carismáticos por muy sensibles y abiertos que están a la renovación, parecen incapaces de conceder que los pentecostales puedan entender Hechos mejor que ellos mismos
Pentecostalismo y teología lucana
Lucas fue mucho más que un médico o un buen historiador. Lucas fue un gran teólogo. Nadie puede, ni debe, minimizar el valor de la teología (y particularmente de la pneumatología) lucana.