Pablo hace una pregunta retórica en 1 Corintios 12:30: “¿hablan todos lenguas?” Algunos señalan esto como evidencia de que no todos hablan lenguas cuando reciben el bautismo en el Espíritu Santo. Sin embargo, esto contradice el contexto de las declaraciones de Pablo.
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Hablar en “lengua de ángeles” | ¿Sólo una hipérbole?
Cuando Pablo habla en 1 Corintios 13:1 sobre “lenguas humanas y angélicas” ¿Está usando una hipérbole? ¿O es que realmente existen las lenguas angelicales y los creyentes pueden hablarlas bajo la influencia del Espíritu a través de la glosolalia?
Por qué no deberías menospreciar el don de lenguas
La práctica balsfema e irrespetuosa de menospreciar los dones espírituales, y particularmente el don de lenguas (emblema y distintivo del pentecostalismo), se ha extendido no solo en iglesias tradicionalmente cesacionistas, sino incluso en muchas iglesias que se denominan pentecostales (a veces solo de nombre), pero que han asimilado la pobre pneumatología reformada. No es de extrañar que el ejercicio de este don haya disminuido en muchas iglesias que se dicen pentecostales o carismáticas. Y no porque Dios así lo quiero o porque tal don no sea necesario, sino por nuestra propia incredulidad o ignorancia sobre el mismo. ¿Por qué deberíamos revalorizar la experiencia conocida como glosolalia?
Charles Fox Parham, pentecostalismo y Ku Klux Klan
La validez de hablar en lenguas, o de estas como evidencia inicial del bautismo en el Espíritu Santo, no está en duda por cualquier acción, creencia adicional o afiliación de Parham. Él no fue la primera persona en la historia que inició dicha práctica. Fue en el día de Pentecostés, hace casi 2000 años, cuando todo comenzó con la iglesia primitiva. Incluso muchos grupos antes que los pentecostales, incluidos los anabaptistas, pietistas y otros, practicaron la glosolalia y la reconocían como evidencia de la llenura del Espíritu.
La voz del Pentecostés se oye ¿Cómo la escuchas tú?
A muchos les parece risible el “balbuceo” de muchos pentecostales, pero el verdadero problema nos es la forma en que nosotros ejercemos el don de lenguas (o glosolalia). El problema es que ellos, al igual que los israelitas de antaño, se niegan (por temor o incredulidad), a escuchar la voz de Dios expresada a través de este fenómeno. Así pues, se cumple la palabra del Señor para aquel que rehúsa ser sensible a la voz del Espíritu: “al que tiene, se le dará; y al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará." (Marcos 4:25). Quien teme o viene prejuiciado ante las manifestaciones del Espíritu solo hallará cosas que no entenderá. El que acude dispuesto y sin prejuicios, sin duda oirá a Dios “en su propia lengua” y será edificado. Y usted ¿está dispuesto? ¿Oirá el mensaje de Dios, o sólo balbuceos que le harán pensar que los pentecostales estamos llenos de mosto?
La Glosolalia como evidencia del bautismo en el Espíritu en la patrística
Al examinar el testimonio de los primeros lideres cristianos, cuyo ministerio representa prácticamente cada área del imperio romano desde aproximadamente 100 a 400 d. C., descubrimos que los dones milagrosos del primer siglo jamás expiraron y siempre siguieron siendo considerados como una señal para establecer el cristianismo verdadero de aquel que lo era meramente de nombre. Incluso la glosolalia (que muchos hoy desvirtúan como evidencia inicial del bautismo en el Espíritu) era una experiencia cristiana normal y esparcida en el cristianismo auténtico
3 Maneras en que las personas malinterpretan las lenguas como «evidencia inicial» del bautismo en el Espíritu
Algunas personas tanto fuera como dentro del movimiento pentecostal (principalmente carismáticos y neopentecostales) se oponen a la doctrina de la evidencia inicial diciendo que hay otras evidencias posibles, como una vida justa, un testimonio empoderado, participar en los dones espirituales y otras señales de la obra del Espíritu. ¡Les parece absurdo que los pentecostales clásicos insistamos en defender esta doctrina! Sin embargo, como he podido comprobar ¡no siempre comprenden lo que los evidencialistas queremos decir cuando afirmamos que la glosolalia es la evidencia inicial del bautismo en el Espíritu.
¿Qué creen los pentecostales? | Las Asambleas de Dios (VIII) – La Evidencia Física Inicial del bautismo en el Espíritu
El bautismo de los creyentes en el Espíritu Santo se evidencia con la señal física inicial de hablar en otras lenguas como el Espíritu los dirija (Hechos 2:4). El hablar en lenguas en este caso es esencialmente lo mismo que el don de lenguas, pero es diferente en propósito y uso (1 Corintios 12:4-10; 1 Corintios 12:28).
Corrie ten Boom y su experiencia con el Espíritu Santo
¿Sabías que Corrie ten Boom hablaba en lenguas? Corrie ten Boom fue una escritora, relojera y activista neerlandesa y cristiana, célebre por brindar refugio a los perseguidos por el régimen nazi durante el holocausto. Después de la Guerra, la institución judía Yad Vashem la nombró Justa entre las Naciones. La hermana Corrie fue criada en el seno de la Iglesia reformada neerlandesa (Nederlandse Hervormde Kerk), una iglesia calvinista y cesacionista. Curiosamente, su experiencia con el Espíritu Santo trascendió las barreras y oposición a los carismas dentro de su denominación.
9 preguntas sobre el hablar en lenguas y el bautismo en el Espíritu Santo
Una de los distintivos del pentecostalismo clásico es la creencia de que la experiencia de hablar en nuevas lenguas es la señal o evidencia inicial física que siempre acompaña el bautismo en el Espíritu Santo. Para nosotros, los pentecostales clásicos, esto no significa que la persona que jamás haya hablado en lenguas no ha recibido el Espíritu Santo y que, por ende, no tiene la salvación, debido a que para nosotros la fe misma es una obra del Espíritu (1 Corintios 12:3) y la fe en Jesucristo es lo que salva. El bautismo en el Espíritu mencionado en el libro de los Hechos tiene el propósito de dar poder al creyente para servir (Hechos 1:8). De manera que, aunque no es un requisito para la salvación, cada creyente en Jesucristo debe buscarlo ansiosa y ardientemente, esperándolo con fe hasta que reciba la prometida bendición de Dios. El bautismo en el Espíritu Santo es una segunda bendición, una segunda obra de la gracia posterior a la salvación.