Por Fernando E. Alvarado
«Por tanto, dejando a un lado la falsedad, hablad verdad cada cual con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.» (Efesios 4:25, LBLA)
«Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto meditad.» (Filipenses 4:18, LBLA)
» La gente confiable es discreta.» (Proverbios 11:13, NVI)

¡Ten cuidado con lo que crees y compartes a través de las redes! En plena pandemia de COVID-19 otra pandemia igual de peligrosa se cierne sobre nosotros: la desinformación y los fake news. Los fake news (noticias falsas) son un tipo de contenido pseudoperiodístico difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y redes sociales y cuyo objetivo es la desinformación. Dichas noticias falsas se emiten con la intención deliberada de engañar, inducir a error, manipular decisiones personales, desprestigiar o enaltecer a una institución, entidad o persona u obtener ganancias económicas o rédito político. Los fake news a menudo buscan provocar histeria y generar pánico, principalmente en épocas de calamidad o desastre, como la actual pandemia de COVID-19. De hecho, todos hemos sido testigos de muchas publicaciones falsas en línea, las cuales han distorsionado los síntomas del virus y hasta venden curas milagrosas. Otras buscan robar lo que queda de la ya escasa paz de algunos, anunciando nuevos brotes de la epidemia, terremotos, desastres o accidentes. Todos ellos falsos.

Anteriormente, el acceso a los medios masivos de comunicación era muy limitado y restringido. Por eso solo un pequeño porcentaje de personas podían tener su mensaje amplificado a través de los medios. Sin embargo, hoy en día el acceso a la tecnología y a las redes sociales hacen posible que cualquier persona, tan solo con un teléfono móvil, pueda desarrollar prácticamente de la noche a la mañana, y de la nada, una audiencia global. Son personas que por el tamaño de su audiencia influencian mercados y tendencias.

En medio de esta realidad, ¿qué voces escuchamos? ¿En cuáles voces confiamos? ¿Confiamos en las de los medios masivos, las redes sociales, los expertos, o los denominados “influencers”? Hay personas que hasta esperan para tomar ciertas decisiones en alguna área de su vida, hasta que uno de estos ”influencers” comparta sus opiniones al respecto. Por eso me impactan las palabras de Jesús ante el cuestionamiento de Pilato:
“Para esto Yo he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha Mi voz” (Juan 18:37).

Poder discernir la verdad en un mundo de “fake news” está ligado a la realidad de pertenecer a Cristo y de poder escuchar y discernir su voz. Es como el niño perdido en el mercado, que ante una multitud de voces reconoce inmediatamente el llamado de su mamá. Es una gran bendición saber que, ante la realidad de los conflictos que vivimos en este mundo caído, podemos experimentar un gozo sobrenatural que viene como resultado de escuchar la voz de Dios por encima de todas las demás voces a nuestro alrededor. Las voces de condenación, miedo, inseguridad, desconfianza, o incredulidad no vienen de Él, mientras que las voces de fe, arrepentimiento, obediencia, confianza, y gozo vienen de Su Espíritu, hablando a nuestro corazón:
“El ladrón sólo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

Las buenas noticias para ti y para mí son que, gracias a la obra de Cristo Jesús en la cruz del Calvario en nuestro lugar y a nuestro favor, podemos reconocer su voz en medio de este universo infinito de voces, y confiar en su buena intención para nosotros en los momentos de incertidumbre y dificultad:
“Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas.” (Juan 10:11).

Piensa en esto y encuentra tu descanso en Él. Y por favor, ¡No difundas noticias falsas! Investiga bien la autenticidad de tus fuentes antes de compartir algo. La paz de otro podría depender de eso.
