Por Fernando E. Alvarado
“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.» (1 Corintios 15:51-52)
“Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.” (2 Tesalonicenses 2:1-10)

INTRODUCCIÓN
Cuarenta días después de Su resurrección, Jesús y Sus apóstoles estaban reunidos en el Monte de los Olivos. Había llegado el momento en que Jesús debía dejar la tierra; ya había terminado la obra que se le había encomendado y tenía que regresar con nuestro Padre Celestial hasta el momento de Su segunda venida. Luego de dar instrucciones a Sus apóstoles, Jesús ascendió al cielo. Mientras los apóstoles miraban hacia el cielo, dos ángeles se pararon junto a ellos y les dijeron:
“…Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido llevado de entre vosotros arriba al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11).
Desde ese día hasta el presente, los seguidores de Jesucristo esperan con ansiedad la Segunda Venida.

¿CÓMO Y CUÁNDO TENDRÁ LUGAR LA SEGUNDA VENIDA, Y EN QUÉ FORMA DEBEMOS PREPARARNOS PARA DICHO EVENTO?
La Segunda Venida de Cristo es enseñada con claridad en las Escrituras. Jesús prometió a sus discípulos que él regresaría otra vez. En Juan 14:1-4 Jesús dijo:
«No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino».
Los ángeles prometieron que Jesús regresaría. En Hechos 1:10-11 leemos:
«Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo».
Sin embargo, a pesar de su realidad e importancia la Segunda Venida de Cristo es, en opinión de muchos, una de las enseñanzas más confusas de la Biblia. El miedo, el fanatismo religioso, la negligencia en el estudio de la Palabra de Dios, todo ello conspira para hacer de esta doctrina una enseñanza ininteligible. Así las cosas, no es de extrañarnos que sus detalles sean tan poco conocidos por la mayoría de las personas, incluso creyentes. ¿Qué tal si dejamos que la Biblia hable por sí misma acerca de este importante tema?

¿Cómo regresará Jesús?
Lucas 21:27 nos dice:
«Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria».
¿Cuántos le verán cuando él regrese?
En el libro de Apocalipsis 1:7 leemos:
«He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él».
¿Qué veremos y qué oiremos cuando él venga?
1 Tesalonicenses 4:16-17 responde a esta pregunta:
«Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor».
¿Cuán visible será su venida?
En Mateo 24:27, Jesús mismo responde a esta pregunta:
«Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre».
¿Puede un relámpago pasar desapercibido? ¡No! Tampoco la Venida del Señor. Todo ojo le verá.

¿Sabe alguien el tiempo exacto de la segunda venida de Cristo?
No, Nadie lo sabe. Mateo 24:36 afirma:
«Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo el Padre».
Sabiendo que la pereza y el descuido espiritual es algo muy humano, Cristo también nos advirtió:
«Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.» (Mateo 24:42)
¿Qué advertencia ha dado Cristo para que no seamos tomados por sorpresa por este gran evento?
«Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.» (Lucas 21:34-36)
¿Por qué se demora la segunda venida de Cristo?
«Mas, Oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.» (2 Pedro 3:8-9)
¿Cómo debemos vivir mientras esperamos a Jesús?
«Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo, quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.» (Tito 2:11-14)
¿Cómo será el mundo cuando Jesús venga?
«Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.» (Mateo 24:37-39)

¿QUÉ HARÁ JESÚS CUANDO VENGA NUEVAMENTE?
De acuerdo con la Biblia, cuando Jesucristo vuelva a la tierra hará lo siguiente:
- Purificará la tierra: Cuando Jesús venga nuevamente, vendrá con poder y gran gloria. Ese será el momento en que los inicuos serán destruidos, todo lo que esté corrupto será quemado y la tierra será purificada con fuego. La segunda venida es relatada con grandes detalles en Apocalipsis 19:11-16.
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en Su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino Él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y Su nombre es; EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De Su boca sale una espada aguda para herir con ella a las naciones, y Él las regirá con vara de hierro; y Él pisa el lagar del vino del furor de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en Su muslo tiene escrito este nombre; REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”.
- Completará la salvación de sus escogidos:
Cuando venga Jesús por segunda vez, experimentaremos completamente la realidad de nuestra salvación:
«Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.» (Hebreos 9:28)
“De tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Corintios 1:7-8)

- Juzgará a Su pueblo: Cuando Jesús venga nuevamente, juzgará a las naciones y separará a los rectos de los inicuos (Mateo 25:31–46). Juan el Revelador escribió acerca del juicio:
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dada facultad para juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios… y vivieron y reinaron con Cristo mil años”. Y de los inicuos dijo: “…no volvieron a vivir sino hasta que se cumplieron mil años” (Apocalipsis 20:4–5).
«Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.» (Mateo 16:27)
«He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.» (Apocalipsis 22:12)
- Vendrá a dar principio al Milenio: El Milenio es un período de mil años durante el cual Jesús reinará sobre la tierra. Los justos serán arrebatados para recibir a Jesús en Su venida (1 Tesalonicenses 4:17). Su venida también dará comienzo al reino milenario.

- Completará la Primera Resurrección: Los que hayan obtenido el privilegio de salir en la resurrección de los justos se levantarán de sus tumbas y serán arrebatados para ir a recibir al Salvador cuando Él descienda del cielo. Después de que Jesucristo se levantó de los muertos, otras personas justas que habían muerto también resucitaron y se aparecieron en Jerusalén (Mateo 27:52–53). Ése fue el comienzo de la Primera Resurrección. Aquellos que ya han resucitado, y los que lo serán en el momento de Su venida, heredarán el Reino. Los inicuos que vivan en el momento de la segunda venida del Señor serán destruidos en la carne y, junto con los inicuos que ya han muerto, habrán de esperar hasta la última resurrección.
- Jesucristo tomará Su lugar como Rey del cielo y de la tierra: Cuando Jesús venga, establecerá Su gobierno sobre la tierra y la Iglesia reinará con él. El Señor gobernará a toda la gente de la tierra en paz por un período de mil años (Apocalipsis 20). Cuando Jesús vino por primera vez a la tierra, no lo hizo en gloria; nació en un humilde establo y durmió en un pesebre de heno; no vino con grandes ejércitos como los judíos lo esperaban de su Salvador, sino que llegó diciendo: “…Amad a vuestros enemigos… haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan” (Mateo 5:44); fue rechazado y crucificado. Sin embargo, no será rechazado en Su segunda venida. Él será recibido como “…Señor de señores y Rey de reyes…” (Apocalipsis 17:14); y será llamado “…Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6). El Milenio será un tiempo de rectitud y paz sobre la tierra. El Señor ha revelado que en ese día incluso la enemistad del hombre y la enemistad de las bestias cesará (Isaías 11:6–9). Satanás también será atado para que no tenga cabida en el corazón de los hombres (Apocalipsis 20:1–3).

¿CÓMO SABREMOS QUE SE ACERCA LA VENIDA DEL SALVADOR?
Cuando Jesucristo nació, muy pocas personas supieron que el Salvador del mundo había nacido; pero cuando Él venga otra vez, no existirá la menor duda de quién es Él. Nadie sabe con exactitud cuándo el Salvador vendrá nuevamente, pues “el día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre” (Mateo 24:36). Sin embargo, tampoco estamos en completa ignorancia al respecto. El Señor utilizó una parábola para darnos una idea del momento de Su venida:
“De la higuera aprended la parábola: Cuando su rama ya está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis suceder estas cosas, sabed que está cerca, a las puertas” (Marcos 13:28–29).

¿Cuáles cosas? El Señor no solo nos ha dicho que vuelve, Él también nos ha dado algunas señales para hacernos saber cuándo se acerca Su llegada:
- EL PRINCIPIO DE DOLORES:
Acercándose al final de Su ministerio el Señor Jesucristo se sintió conmovido por todo lo que habría de ocurrir con Jerusalén por haberle rechazado (Mt. 23:37-39). Esto impactó profundamente a los discípulos que todavía en ese momento estaban esperando que Cristo instaurara Su reino mesiánico en cualquier momento, teniendo como sede la ciudad de Jerusalén. En ese contexto surge la pregunta que da pie al discurso del Monte de los Olivos:
“Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” (Mateo 24:3).
En la mente de los discípulos la destrucción de Jerusalén y del templo eran eventos tan catastróficos que debía preceder el fin del mundo. Pero el Señor les hace ver en el resto del discurso que una cosa no sucedería inmediatamente después de la otra:
“Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores” (Mateo 24:4-8).

El Señor no está enseñando aquí que esas eran las señales de Su venida, sino todo lo contrario:
“Mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin”.
Jerusalén sería destruida, como realmente ocurrió en el año 70 d. C., el templo sufriría tal destrucción que no quedaría una piedra sobre otra, exactamente como Cristo lo profetizó, pero estas señales, y todas las demás que aparecen en el texto, no eran más que “principio de dolores”. Así como los dolores de la mujer encinta son cada vez más frecuentes y más fuertes, podemos presuponer que estas señales serán también más frecuentes y más fuertes a medida que nos acerquemos a la venida del Señor. Pero la intención obvia de Cristo era la de preparar a Sus discípulos para la dilación de Su venida. La destrucción de Jerusalén, seguida por guerras, rumores de guerras, pestes, hambres y terremotos en diferentes lugares, no son más que el inicio de una serie de calamidades que habría de sobrevenir la tierra a lo largo de la historia. La intensidad de las mismas aumentaría a medida que el día se acerque.

- LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO A LAS NACIONES:
Varios pasajes del Nuevo Testamento señalan al hecho, de que el evangelio del reino debe ser predicado a todas las naciones antes de que regrese el Señor (Mat 24:14; Marc. 13:10; Rom. 11:25). La palabra «naciones» como la encontramos en Mateo 24:14 es la palabra griega “Ethnos”. El significado de dicha palabra puede ser mejor definido como una multitud de individuos de la misma naturaleza o género, o más simplemente un grupo de gente o etnia. Si pensamos en la nación como simplemente un límite geopolítico, entonces seguramente el Evangelio ha sido predicado a cada nación. Sin embargo, la comprensión bíblica nos indica no una nación como la entendemos hoy en día, sino un grupo de gente o etnia. Con esta definición la tarea dista mucho de haber sido cumplida. Cada grupo étnico debe escuchar el Evangelio antes de la Segunda Venida. Cuando esto ocurra, todo estará listo para recibir al Señor.

- LA GRAN TRIBULACIÓN:
Jesús dijo que la Gran Tribulación precedería a su Segunda Venida:
“Cuando sepan de guerras y de rumores de guerras, no se alarmen. Es necesario que eso suceda, pero no será todavía el fin. Se levantará nación contra nación, y reino contra reino. Habrá terremotos por todas partes; también habrá hambre. Esto será apenas el comienzo de los dolores. (Mr 13:7-8; véase también Mt 24: 15-22; Lc 21:20-24)
“Porque serán días de tribulación como no ha habido desde el principio, cuando Dios creó al mundo, ni la habrá jamás. Si el Señor no hubiera acortado esos días, nadie sobreviviría. Pero por causa de los que ha elegido, los ha acortado. (Mr. 13:19-20)

- FALSOS PROFETAS QUE HARÁN SEÑALES Y MILAGROS:
“Porque surgirán falsos profetas que harán señales y milagros, para engañar, de ser posible, aun a los elegidos. (Mr 13:22; véase también Mt 24:23-24).

- LA VENIDA DEL HOMBRE DE PECADO Y LA APOSTASÍA:
Pablo escribe a los tesalonicenses que Cristo no vendrá hasta que el hombre de pecado sea primero revelado, y entonces el Señor Jesús lo destruirá en su venida. A este «hombre de pecado» se le identifica a veces con la bestia de Apocalipsis 13, y a veces se le llama el anticristo, el peor y último en la serie de «anticristos» mencionados en 1Juan 2:18. Pablo escribe:
“Ahora bien, hermanos, en cuanto a la venida de nuestro Señor Jesucristo… primero tiene que llegar la rebelión contra Dios y manifestarse el hombre de maldad, el destructor por naturaleza. Este se opone y se levanta contra todo lo que lleva el nombre de Dios o es objeto de adoración, hasta el punto de adueñarse del templo de Dios y pretender ser Dios… Bien saben que hay algo que detiene a este hombre, a fin de que él se manifieste a su debido tiempo. Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene. Entonces se manifestará aquel malvado, a quien el Señor Jesús derrocará con el soplo de su boca y destruirá con el esplendor de su venida. El malvado vendrá, por obra de Satanás, con toda clase de milagros, señales y prodigios falsos. Con toda perversidad engañará a los que se pierden por haberse negado a amar la verdad y así ser salvos.” (2 Ts 2: 1-10)

- LA SALVACIÓN DE ISRAEL:
Pablo habla del hecho de que muchos judíos han confiado en Jesús, pero dice que algún día en el futuro un gran número será salvo:
“Ahora pregunto: ¿Acaso tropezaron para no volver a levantarse? ¡De ninguna manera! Más bien, gracias a su transgresión ha venido la salvación a los gentiles, para que Israel sienta celos. Pero si su transgresión ha enriquecido, es decir si su fracaso ha enriquecido a los gentiles, ¡cuánto mayor será la riqueza que su plena restauración producirá! (Ro 11:11-12, NVI)
“Porque si el excluirlos a ellos es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?” (Ro. 11:15, LBLA)
“Hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que haya entrado la totalidad de los gentiles. De esta misma manera todo Israel será salvo.” (Ro 11:25-26, NVI)

- SEÑALES EN LOS CIELOS:
La ocurrencia de poderosas señales en los cielos es una señal aun venidera. Por supuesto, ha habido eclipses de sol y de luna, y han aparecido cometas, desde el comienzo del mundo. Pero Jesús habla de algo mucho mayor:
“Pero en aquellos días, después de esa tribulación, «se oscurecerá el sol y no brillará más la luna; las estrellas caerán del cielo y los cuerpos celestes serán sacudidos». Verán entonces l Hijo del hombre venir en las nubes con gran poder y gloria.” (Mr 13:24-25; compárese con Mt 24:29-30; Lc 21 :25-27).
Mateo 24:29 habla de una aún futura caída literal de las estrellas y de un oscurecimiento del sol y la luna, algo que sería un preludio adecuado a la sacudida de la tierra y los cielos y la destrucción cósmica que vendrá tras el regreso de Cristo (Hebreos 1:10-12; 12:27; 2 Pedro 3:10-11).
Luego de revelarnos esas señales, advirtió:
“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor… estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (Mateo 24:42, 44).

CONCLUSIÓN
En Su primera venida, Jesucristo vino a la tierra como un bebé nacido en un pesebre de Belén, tal como fue profetizado. Jesús cumplió muchas de las profecías del Mesías durante Su nacimiento, vida, ministerio, muerte, y resurrección. Sin embargo, hay algunas profecías respecto al Mesías, que Jesús aún no ha cumplido. La segunda venida de Jesucristo será el retorno de Cristo para cumplir las profecías restantes. En Su primera venida, Jesús fue el siervo sufriente. En Su segunda venida, Jesús será el Rey conquistador. En su primera venida, Jesús llegó bajo las más humildes circunstancias. En Su Segunda Venida, Jesús vendrá con los ejércitos celestiales a Su lado.
El resultado final y último del regreso de Cristo será el juicio de los incrédulos y la recompensa final de los creyentes, los cuales reinarán con Cristo mil años y luego, en la eternidad, vivirán en un nuevo cielo y una nueva tierra. Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo reinará y será adorado en un reino eterno donde no habrá más pecado, pena ni sufrimiento.
