La mayoría de religiones principales enseñan que Jesús fue un profeta, o un buen maestro, o un hombre devoto. La Biblia, sin embargo, nos dice que Jesús fue infinitamente más que un profeta, un buen maestro, o un hombre devoto. La Biblia nos presenta a Jesucristo como Dios en la carne, nuestro Maestro y Ejemplo Perfecto, nuestro Intercesor, Mediador ante el Padre, Sumo Sacerdote, Rey venidero y futuro Juez Universal. La cristología arminiana considera a Jesucristo como la segunda persona de la Santísima Trinidad, el Hijo, la Palabra o Verbo del Padre, quien se encarnó por obra del Espíritu Santo y se hizo hombre. Esta es también la doctrina formulada en el Catecismo de Heidelberg.
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El Catecismo de Heidelberg y la doctrina arminiana sobre Dios (III)
Dios es el creador y el sustentador de todos y de todo. Él es eterno, infinito e inmutable en su poder y perfección, bondad y gloria, sabiduría, justicia, y verdad. Nada sucede si no es a través de Él y por su voluntad. Ninguna mente humana puede comprender completamente "qué" es Dios, sin embargo, lo que se ha revelado proporciona un conocimiento abrumador de nuestro Creador que, con razón, conduce a la adoración, el amor y el servicio al único y verdadero Dios.
Arminianismo, credos, confesiones y catecismos
Ante los ataques de sus enemigos que lo acusaban de pelagianismo, Jacobo Arminio siempre insistió en que sus enseñanzas se enmarcaban dentro de los límites de los credos de la iglesia reformada, particularmente del Catecismo de Heidelberg y la Confesión Belga. No obstante, y a pesar de tal adhesión, de todos es conocido que Arminio jamás vio tales confesiones como infalibles. Arminio se opuso a la idea de que las normas doctrinales escritas por los hombres pudieran tener autoridad sobre el sistema de predicación y creencia de la iglesia.
Jacobo Arminio, el teólogo reformado
¿Sabías que Jacobo Arminio vivió y murió considerándose a sí mismo un fiel reformado? Jacobo Arminio es el más conocido fundador de la escuela “anticalvinista” en la teología protestante reformada, de tal modo que su nombre dio origen al arminianismo como denominación que representaba su ideología, aunque al principio sus seguidores eran llamados “remonstrants”, debido al célebre documento de cinco puntos en el que disentían con Calvino, llamado Remonstratioe (1560).
Confesión Arminiana | Capítulo XII
Sobre tipos de buena sobras y una exposición del decálogo.
Confesión Arminiana | Capítulo XI
Sobre la fe en Jesucristo.
Confesión Arminiana | Capítulo X
Sobre los mandamientos de Cristo en general: Fe y arrepentimiento, o volver a Dios.
Confesión Arminiana | Capítulo IX
Sobre el conocimiento de la voluntad de Dios revelada en el Nuevo Pacto.
Confesión Arminiana | Capítulo III
Sobre la Santa y Sagrada Trinidad