𝙋𝙤𝙧 𝙁𝙚𝙧𝙣𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙀. 𝘼𝙡𝙫𝙖𝙧𝙖𝙙𝙤
Dios es el creador y el sustentador de todos y de todo. Él es eterno, infinito e inmutable en su poder y perfección, bondad y gloria, sabiduría, justicia, y verdad. Nada sucede si no es a través de Él y por su voluntad. Ninguna mente humana puede comprender completamente «qué» es Dios, sin embargo, lo que se ha revelado proporciona un conocimiento abrumador de nuestro Creador que, con razón, conduce a la adoración, el amor y el servicio al único y verdadero Dios.
A través de esta serie de artículos te invito a estudiar el Catecismo de Heidelberg, una de las Tres Formas de Unidad de las Iglesias Reformadas y a la cual también nos adherimos los arminianos clásicos. En ellos analizaremos cada una de las 52 secciones del Catecismo a la luz de la Palabra y la cosmovisión arminiana. Al hacerlo podremos determinar porqué Jacobo Arminio (teólogo y fundador del arminianismo) afirmó su adherencia al Catecismo de Heidelberg.

𝗖𝗔𝗧𝗘𝗖𝗜𝗦𝗠𝗢 𝗗𝗘 𝗛𝗘𝗜𝗗𝗘𝗟𝗕𝗘𝗥𝗚 — 𝗧𝗘𝗥𝗖𝗘𝗥𝗔 𝗣𝗔𝗥𝗧𝗘 (𝗗𝗜𝗢𝗦 𝗣𝗔𝗗𝗥𝗘)
𝗣𝗥𝗘𝗚𝗨𝗡𝗧𝗔 𝟮𝟲
¿Qué profesas creer cuando dices “creo en Dios Padre, todopoderoso, creador del cielo y de la tierra”?
𝗥𝗘𝗦𝗣𝗨𝗘𝗦𝗧𝗔
Que el eterno Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien de la nada creó el cielo y la tierra y todo lo que en ellos hay (Gen. 1-2; Ex. 20:11; Sal. 33:6; Isa. 44:24; Hch. 4:24; 14:15), quien los sostiene y gobierna por su eterno consejo y providencia (Sal. 104; Mt. 6:30; 10:29; Ef. 1:11), es mi Dios y Padre a causa de Cristo su Hijo (Juan 1:12-13; Rom. 8:15-16; Gal. 4:4-7; Ef. 1:5). Confío tanto en Dios que no dudo que él proveerá de todo lo que necesite para mi cuerpo y alma (Sal. 55:22; Mt. 6:25-26; Lc. 12:22-31), y que cambiará para mi bien cualquier adversidad que él me envía en este mundo afligido (Rom. 8:28). Dios puede lograrlo porque es Dios todopoderoso (Gen. 18:14; Rom. 8:31-39), y quiere hacerlo porque es mi Padre fiel (Mt. 7:9-11).
𝗣𝗥𝗘𝗚𝗨𝗡𝗧𝗔 𝟮𝟳
¿Qué entiendes por la providencia de Dios?
𝗥𝗘𝗦𝗣𝗨𝗘𝗦𝗧𝗔
Es el poder todopoderoso y siempre presente de Dios (Jer. 23:23-24; Hch. 17:24-28) por el cual Dios sostiene en su mano el cielo y la tierra y todas las criaturas (Heb. 1:3), y las gobierna de tal manera que las hojas y la hierba, la lluvia y la sequía, los años fructíferos y magros, la salud y la enfermedad, la prosperidad y la pobreza– (Jer. 5:24; Hch. 14:15-17; Juan 9:3; Prov. 22:2) de hecho, todas las cosas que nos acontecen no ocurren por azar (Prov. 16:33) sino por su mano paternal (Mt. 10:29).

𝗣𝗥𝗘𝗚𝗨𝗡𝗧𝗔 𝟮𝟴
¿Cómo nos ayuda saber de la creación y la providencia de Dios?
𝗥𝗘𝗦𝗣𝗨𝗘𝗦𝗧𝗔
Nos ayuda a ser pacientes cuando las cosas van mal (Job 1:21-22; Stg. 1:3), y agradecidos cuando todo va bien (Dt. 8:10; 1 Tes. 5:18), y podemos mirar al futuro con gran confianza en nuestro Dios y Padre fiel porque sabemos que nada en la creación nos separará de su amor (Sal. 55:22; Rom. 5:3-5; 8:38-39). Porque todas las criaturas están completamente en la mano de Dios, de modo que sin su voluntad no pueden moverse ni ser movidas (Job 1:12; 2:6; Prov. 21:1; Hch. 17:24-28).

𝗟𝗔 𝗣𝗘𝗥𝗦𝗣𝗘𝗖𝗧𝗜𝗩𝗔 𝗔𝗥𝗠𝗜𝗡𝗜𝗔𝗡𝗔
Más allá de nuestras diferencias en materia soteriológica, arminianos y calvinistas nos aferramos por igual a las verdades fundamentales de la fe cristiana. Como arminianos, concordamos plenamente con las afirmaciones hechas en la tercera sección del Catecismo de Heidelberg y sus enseñanzas sobre Dios el Padre.
𝗦𝗢𝗕𝗥𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦 𝗘𝗟 𝗣𝗔𝗗𝗥𝗘
El único Dios verdadero se ha revelado como el eterno existente en sí mismo «YO SOY», el Creador del cielo y de la tierra y Redentor de la humanidad. Se ha revelado también encarnando los principios de relación y asociación como el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Fieles a la Palabra revelada ,los arminianos creemos que hay tres Personas en la Deidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y que ellas son un solo Dios. La Primera Persona es designada como el Padre. El Nuevo Testamento se centra en revelar a Jesucristo, pero a la vez, presenta a Cristo como el Hijo de Dios, la verdad de Dios el Padre es, de esta manera, revelada. Dado el orden irreversible del Padre mandando y comisionando al Hijo, y el Hijo mandando y comisionando al Espíritu Santo, el Padre se designa correctamente en teología como la Primera Persona sin rebajar en ninguna manera la inefable deidad de la Segunda o la Tercera Persona.
En los relatos de la creación de Génesis, y a través del Antiguo y Nuevo Testamento, la Biblia enfatiza que Dios es el Creador, no sólo de la tierra y de sus habitantes, sino de todo lo que existe (Éxodo 20:11; Nehemías 9:6; Salmo 146:6; Hechos 14:17; Apocalipsis 4:11; 10:6). La Biblia acepta y enseña con claridad que Dios existía antes de todas las cosas (Salmo 90:2). Él trajo el universo a la existencia a partir de la nada (ex-nihilo); es decir, sin materiales preexistentes (Romanos 4:17; Hebreos 11:3). Por tanto, la creencia en la eternidad de la materia, y la teoría de que el universo evolucionó por sí mismo son inconsistentes con la fe bíblica y contrarias a ella.

Creemos asimismo que, en la creación, Dios tenía un propósito establecido. Él creó “para sí mismo” (Proverbios 16:4) y para su gloria (Isaías 43:7). Él “es Dios, el que formó la tierra, para que fuese habitada” por sus criaturas animadas (Isaías 45:18). Por ende, toda la creación es una expresión de su voluntad y su poder. Los relatos bíblicos exhiben intencionalmente una planificación cuidadosa e inteligente, y descartan la idea de que cualquier parte de la creación llegara a existir de pura casualidad. Dios procedió con sabiduría, mantuvo el control en todo momento (Salmo 136:5; 148:5; Isaías 45:12; 48:12-13), y llevó todo el orden creado a una culminación bien planeada (Génesis 1:31). Como arminianos, afirmamos que Dios, y sólo Dios, es el artífice y Creador del universo y de la vida. La Biblia, de principio a fin, identifica a Dios como el Creador. “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Hebreos 11:3). “Porque él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió” (Salmo 33:9).

Dios Padre es el creador de todo según la Biblia, y revela su paternidad de muchas maneras. Los arminianos creemos que en la revelación concerniente a la paternidad de Dios pueden observarse cuatro aspectos diferentes:
(1) DIOS COMO EL PADRE DE TODA LA CREACIÓN: Aunque las tres Personas participaron en la creación y participan en el sostenimiento del universo físico y de las criaturas que existen en él, la Primera Persona , o sea Dios el Padre, en una manera especial es el Padre de toda la creación. De acuerdo a Efesios 3:14-15, Pablo escribe: «Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra.» Aquí toda la familia de criaturas morales, incluyendo ángeles y hombres, son declaradas para constituir una familia de la cual Dios es el Padre. De una manera similar, en Hebreos 12:9 la Primera Persona es nombrada como «el Padre de los espíritus», lo que parece otra vez incluir todos los seres morales tales como ángeles y hombres. De acuerdo a Santiago 1:17, la Primera Persona es el «Padre de las luces», una expresión peculiar que parece indicar que Él es el originador de toda luz espiritual. En Job 38:7 los ángeles se describen como hijos de Dios.

(2) DIOS EL PADRE POR RELACIÓN ÍNTIMA: El concepto y relación del padre y el hijo se usan en el Antiguo Testamento en muchas instancias para relacionar a Dios con Israel. De acuerdo a Éxodo 4:22, Moisés instruyó al Faraón: «Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.» Esto era más que ser meramente su Creador y era menos que decir que ellos eran regenerados, pues no todo Israel tenía vida espiritual. Afirma una relación especial de cuidado divino y solicitud para con Israel similar a la de un padre hacia un hijo. Prediciendo el favor especial sobre la casa de David, Dios reveló a David que su relación hacia Salomón sería como de un padre hacia un hijo. El dijo a David: «Yo le seré a él padre, y él me será a mi hijo» (2 S.7:14). En general, Dios declara que su cuidado como un Padre será sobre todos quienes confían en El como su Dios. De acuerdo al Salmo 103:13, la declaración se hace: «Como el padre se compadece de sus hijos, se compadece Jehová de los que le temen.»
(3) DIOS COMO EL PADRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO: La revelación más importante y extensa con respecto a la paternidad de Dios se relaciona con la vinculación de la Primera Persona a la Segunda Persona. La Primera Persona se describe como «el Dios y Padre de Nuestro Señor Jesucristo» (Ef. 1:3). La revelación teológica más comprensiva del Nuevo Testamento es que Dios el Padre, la Primera Persona , es el Padre del Señor Jesucristo, la Segunda Persona.

(4) DIOS COMO EL PADRE DE TODOS LOS QUE CREEN EN JESUCRISTO COMO SALVADOR Y SEÑOR: En contraste al concepto de Dios el Padre como el Creador, el cual se extiende a todas las criaturas, está la verdad de que Dios es el Padre, en una manera especial, de aquellos que creen en Cristo y han recibido la vida eterna. El hecho de que Dios es el Padre de toda la creación no asegura la salvación de todos los hombres ni tampoco les da a todos vida eterna. La Escritura declara que hay salvación sólo para aquellos que han recibido a Cristo por la fe como su Salvador. La afirmación de que Dios el Padre es el Padre de toda la Humanidad, y que hay, por lo tanto, una hermandad universal entre los hombres, no significa que todos son salvos e irán al cielo. La Escritura enseña, en lugar de lo anterior, que sólo aquellos quienes creen en Cristo para salvación son hijos de Dios en un sentido espiritual. Esto no es en el terreno de su nacimiento natural dentro de la raza humana, ni en el terreno en el cual Dios es su Creador, sino más bien está basado sobre su nacimiento segundo, o espiritual, nacimiento dentro de la familia de Dios.

𝗦𝗢𝗕𝗥𝗘 𝗟𝗔 𝗣𝗥𝗢𝗩𝗜𝗗𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦
En el ámbito de la doctrina de Dios que como arminianos confesamos, encontramos uno de sus atributos que es muy especial: su providencia. La providencia es el poder de Dios, omnipotente y presente en todo lugar, por el cual sustenta y gobierna el cielo, la tierra y todas las criaturas de tal manera que todo lo que la tierra produce, la lluvia, la sequía, la fertilidad y la esterilidad, la comida y la bebida, la salud y la enfermedad, las riquezas y la pobreza, así como todas las cosas no acontecen sin razón alguna como por azar, sino por su consejo y voluntad. Hay al menos tres aspectos de la providencia de Dios:
(1) Preservación: Con su poder Dios preserva el mundo que ha creado. Después de exaltar a Dios como el Creador de los cielos, la tierra y todo lo que hay en ellos, Nehemías declara: “Tú vivificas todas estas cosas” (Nehemías 9:6). La confesión de David es igualmente clara: “Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.” (Salmos 36:6). Ese poder preservador de Dios se manifiesta por medio de su Hijo Jesucristo, como Pablo declara: Cristo “es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten” (Colosenses 1:17). El verbo “subsistir” significa “unir, mantener junto”; por el poder de Cristo se mantienen juntas incluso las más pequeñas partículas de vida.

(2) Provisión: Es el segundo aspecto de la providencia de Dios. Dios no sólo preserva el mundo que ha creado, sino que también suple para las necesidades de sus criaturas. Cuando Dios creó el mundo, creó las estaciones del año (Génesis 1:14) y dio alimentos para los seres humanos y los animales (Génesis 1:29-30). Después que el diluvio hubo destruido la tierra, Dios renovó esa promesa de provisión con estas palabras: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche” (Génesis 8:22). Varios salmos dan testimonio de la bondad de Dios de suplir para las necesidades de todas sus criaturas (Salmos 104 y 145). Jesús afirmó sin lugar a dudas que Dios provee para las aves del cielo y los lirios del campo como hemos leído. Su cuidado no sólo abarca las necesidades físicas del género humano, sino también las espirituales. La Biblia revela que Dios manifiesta un amor y cuidado especial por su propio pueblo, a quien él le da un gran valor (Salmo 91). Pablo les escribe a los creyentes de Filipos: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19).

(3) Gobierno: Es el tercer aspecto de la providencia de Dios. Además de la preservación de Dios de su creación y de la provisión para ella, él también gobierna el mundo. Como Dios es Soberano, los acontecimientos históricos suceden bajo su vigilancia y voluntad permisiva; a veces él interviene directamente según su propósito redentor (Daniel 2:21). No obstante, hasta la consumación de la historia, Dios ha limitado su poder y gobierno supremo en este mundo.

𝗖𝗢𝗠𝗢 𝗡𝗢𝗦 𝗔𝗬𝗨𝗗𝗔 𝗘𝗟 𝗖𝗢𝗡𝗢𝗖𝗜𝗠𝗜𝗘𝗡𝗧𝗢 𝗗𝗘 𝗗𝗜𝗢𝗦 𝗬 𝗦𝗨 𝗣𝗥𝗢𝗩𝗜𝗗𝗘𝗡𝗖𝗜𝗔
Como arminianos, creemos que el conocimiento de esta enseñanza bíblica nos debe llevar a la gratitud por el resultado favorable de todas las cosas, a la paciencia en la adversidad y a evitar la preocupación por el futuro, pues todo está bajo el control de Dios. La creencia en la providencia determina muchas de las actitudes básicas de la verdadera piedad. El conocimiento de que Dios obra en nuestras vidas nos enseña a esperar en Él en fidelidad, humildad, y paciencia para vindicarnos y liberarnos.
