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La obra del Espíritu Santo en nosotros

Hay dos experiencias identificables del Espíritu - regeneración y plenitud. Ambas están incluidas en la promesa del Espíritu en el Antiguo Testamento. Cada una complementa a la otra. En la regeneración, el énfasis está sobre el cambio de corazón y de vida. En el bautismo en el Espíritu, el énfasis está en la dotación de poder para servicio. Todos los creyentes experimentan la obra regeneradora del Espíritu; de igual forma, todos debieran experimentar su dotación de poder.

Vida Espiritual

La clase de personas que Dios usa.

El Espíritu Santo es el que determina cómo, y por medio de quién él se va a manifestar. Nosotros no somos los que escogemos cuál es la manifestación que se va a producir. Esto lo decide él, según quiere. Esta verdad corrige la idea que enseñan algunos, según la cual necesitamos aprender a usar al Espíritu Santo. No somos nosotros los que lo usamos a él. Es él en su soberanía el que nos usa a nosotros, si nos entregamos a él.

Vida Espiritual

¿Pentecostal sin frutos? ¡No es pentecostal!

Muy comúnmente, los Pentecostales y los Carismáticos frecuentemente somos acusados de descuidar el Fruto del Espíritu por los Dones, los cuales son más visibles. Sin embargo, las Escrituras nos llaman a un balance de los dos, tal como una fruta perfectamente formada en un paquete apropiado y atractivo. Juntos los dos, el paquete y la fruta, hacen un equipo perfecto. De igual manera, los creyentes del Nuevo Testamento vienen a ser como esa fruta bien envuelta y presentable.

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Una vida llena del Espíritu

La cultura occidental tiene una cosmovisión limitada, y percibe la realidad en dos ámbitos: (1) el mundo natural que opera conforme a leyes científicas comprobables, y (2) Dios que se limita a lo sobrenatural; es decir, lo interior y espiritual. Esta perspectiva es el fundamento de las filosofías humanísticas seculares. Este doble concepto no representa la manera en que gran parte del mundo ve la realidad, y por cierto no es el punto de vista bíblico del mundo de Dios. Dios nos ha dado su Espíritu Santo con el propósito de derribar las falsas barreras entre lo natural y lo sobrenatural.