La declaración de 𝙎𝙞𝙢𝙪𝙡 𝙄𝙪𝙨𝙩𝙪𝙨 𝙚𝙩 𝙋𝙚𝙘𝙘𝙖𝙩𝙤𝙧 toma una postura muy seria sobre el pecado. No rehuye la realidad bíblica de que el pecado ha corrompido totalmente a la humanidad y al mundo (1 Juan 1:9; Romanos 3:23; Romanos 8:22). Es una confesión de que la criatura humana no puede por su propio poder vencer el pecado o que dejará, en esta vida, de ser pecadora. El daño causado por el pecado al alma humana es tan indescriptible que no puede ser reconocido por nuestra razón, sino solo por la Palabra de Dios. El daño es tal que sólo Dios, a través de su bendita gracia y el poder de su Santo Espíritu, puede separar la naturaleza humana y la corrupción entre sí.
Etiqueta: Nueva Criatura
Just Thinking | Gente rota e imperfecta
Si alguien conociese todo lo que hay dentro de nosotros, no solo nos sentiríamos descubiertos sino que escaparíamos llenos de vergüenza. Lo curioso de todo esto es que sí hay alguien que sabe todo lo que hay dentro de nosotros, que conoce nuestros más íntimos y sucios secretos. Dios conoce hasta lo más profundo de nuestro corazón, sabe todos nuestros pensamientos y puede ver lo más oscuro y negro de cada uno de nosotros. Y, a pesar de ello, Dios es quien más nos ama.
Y tú, ¿Has nacido de nuevo?
Aquel que ha nacido de nuevo cree en el Cristo crucificado y resucitado como fuente de su eterna salvación (1 Juan 5:1). Se ha arrepentido del pecado y ahora quiere vivir para la gloria de Dios. Pero eso no es todo. Aquel que ha nacido de nuevo tiene una nueva disposición en el corazón. Una persona renacida simplemente no puede seguir viviendo como antes porque el eje de su ser ha sido revolucionado. No podrá vivir en paz con sus ídolos. ¡Imposible! Empieza a odiar las cosas que antes amaba y comienza a amar las cosas que antes odiaba (1 Juan 3:9). Hay un cambio radical en sus afectos y deseos. Si este cambio no se ha dado, es probable que no haya nuevo nacimiento. Dicho cambio de vida irá acompañado por una manifestación continua del fruto del Espíritu Santo en la vida del regenerado. Esto no quiere decir que el nacido de nuevo ya no falle, pero sí significa que la vida del creyente se caracterizará por “amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza” (Gálatas 5:22-23). O como lo expresa Juan, “Saben también que todo el que hace justicia es nacido de El” (1 Juan 2:29).