Cesasionismo, Continuismo, Pentecostalismo, Pentecostalismo Clásico, Pluralismo Religioso, Postmodernidad, Satanismo, Sincretismo, Vida Cristiana, Vida Espiritual

Kundalini y experiencia pentecostal (Parte II)

Por Fernando E. Alvarado

INTRODUCCIÓN

Tal como lo enfaticé en mi artículo anterior, los pentecostales clásicos, defensores de la sana doctrina y praxis cristiana, rechazamos las acusaciones de los cesacionistas. Los pentecostales creemos en la continuidad de los dones espirituales. Atribuir a Satanás toda manifestación moderna de los dones espirituales es absurdo, sería igual a firmar que el diablo actúa libremente en el mundo mientras Dios tiene las manos atadas. Asimismo, rechazamos la absurda idea que afirma que la experiencia conocida como bautismo en el Espíritu Santo y la kundalini son iguales, semejantes, o la misma experiencia.

Afirmamos categóricamente que la kundalini y el bautismo o llenura del Espíritu Santo no son, ni remotamente, la misma cosa. Esto lo sabe muy bien cualquier creyente pentecostal que ha experimentado personalmente dicha bendición espiritual. Sin embargo, debemos admitir que no todo lo que ocurre en algunas iglesias que se identifican como pentecostales o carismáticas puede ser atribuido a la obra divina del Espíritu Santo. Hemos sido testigos de aberraciones aisladas de comportamiento y de doctrina entre los que se autoidentifican como pentecostales o carismáticos, principalmente en movimientos pseudocristianos como la Nueva Reforma Apostólica, la Confesión Positiva, el Evangelio de la Prosperidad, el dominionismo y muchas otras herejías.

A

MANIFESTACIONES EXTRAÑAS Y FENÓMENOS CONFUSOS QUE HAN INVADIDO EL CRISTIANISMO PENTECOSTAL Y CARISMÁTICO

En dichos grupos heterodoxos nacidos de un cristianismo postmoderno, es común escuchar a muchos líderes eclesiásticos que dicen que tenemos que reinventar el cristianismo. La Palabra de Fe (con su moda de declarar y decretar), la Nueva Reforma Apostólica y diversos grupos neopentecostales heréticos están creando alternativas al cristianismo bíblico. Es su punto de vista que es necesario recrear el cristianismo para llegar a la generación posmoderna. En estos movimientos, la verdad es subjetiva, por lo tanto, es relativa. El subjetivismo es la negación de la verdad absoluta, por lo tanto, todos poseen su propia verdad y todos podemos unirnos en uno solo. Han intercambiado un cristianismo racional por un cristianismo irracional basado en experiencias subjetivas humanas y experiencias emocionales.

En lugar de aferrarse a la Palabra de Dios, la generación posmoderna desea un encuentro más emocional, místico y esotérico con Dios. Como resultado, se cristianizan el yoga, la oración contemplativa, la oración profunda y muchas prácticas místicas ocultistas. Muchos buscan incorporar experiencias espirituales provenientes de otras religiones en el cristianismo y no están interesados ​​en la Palabra de Dios, sino que buscan probar, sentir y tocar a Dios. Ven a Jesús como alguien que vino a mostrarnos nuestra divinidad, pero el dios que predican no es el Dios de la Biblia, sino una deidad en el sentido ocultista. No es el Dios judeocristiano, sino un dios que resuena con los conceptos hindúes y budistas de dios, un dios con el que podrías tener experiencias místicas, un dios que puedes abrazar a través de prácticas de meditación y espiritualidad de la nueva era. Obviamente, el dios que puedes acceder con estas prácticas no es otro más que el dios de este mundo, Satanás, el ser caído que se convirtió en enemigo de Dios y de nuestras almas.

B

Tristemente, debemos admitir que muchos de los fenómenos que ocurren en algunas iglesias no tienen su origen en Dios. Son más bien expresiones espiritistas y de la Nueva Era infiltradas en el cristianismo. El dios que muchos “cristianos” postmodernistas adoran tienen más parecido con Buda, Brahma o cualquiera de los dioses hindúes, que con el Dios de la Biblia. Las experiencias espirituales derivadas de tales enseñanzas son también cuestionables, pareciéndose más a mera hipnosis, histeria colectiva, esoterismo, espiritismo, parapsicología, ocultismo descarado y magia blanca, entre otras cosas. Poco o nada ha quedado de las verdaderas manifestaciones de Dios en algunas iglesias denominadas pentecostales, neopentecostales, apostólicas o proféticas.

Las sospechosas expresiones del Espíritu que se producen en algunas reuniones carismáticas (estados de embriaguez, saltos paroxísticos, rigidez corporal, derrumbes, risa santa, sudoraciones, temblores, pérdida de la conciencia, y demás síntomas misteriosos), comparadas con la verdadera acción del Espíritu, reflejada a través del fruto: «amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza» (Gálatas 5:22), descubren, a todas luces, que la diferencia entre unas manifestaciones y otras, son verdaderamente contrapuestas. Y este marcado contraste logra descubrir, como parece evidente, la falta de coherencia bíblica que existe en algunas prácticas modernas. Pero ¿Significa esto que debemos descartar todo tipo de manifestación espiritual en nuestras iglesias? ¿Acaso el Espíritu Santo ya no se manifiesta de forma auténtica en las congregaciones? ¿Debemos rechazar como del diablo toda manifestación de dones y milagros en nuestras congregaciones? No. Absolutamente no. La misma existencia de tales falsificaciones espirituales es un fuerte argumento a favor de la continuidad de los dones espirituales auténticos. O ¿Quién se molesta en falsificar algo que no existe? Solo se falsifica o se imita lo que es real y de valor.

C

SATANÁS, EL PADRE DE LAS MENTIRAS Y MAESTRO DE LAS IMITACIONES

¿Cómo explicamos entonces toda la amplia gama de prácticas y manifestaciones cuasi-espiritistas que podemos observar hoy día en algunas iglesias? La respuesta es simple: Vivimos en tiempos de apostasía. De esto profetizaron las Escrituras:

«Que nadie os engañe en ninguna manera, porque no vendrá sin que primero venga la apostasía y sea revelado el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios. ¿No os acordáis de que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto? Y vosotros sabéis lo que lo detiene por ahora, para ser revelado a su debido tiempo. Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, solo que aquel que por ahora lo detiene, lo hará hasta que él mismo sea quitado de en medio. Y entonces será revelado ese inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuya venida es conforme a la actividad de Satanás, con todo poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.» (2 Tesalonicenses 2:3-10, LBLA).

Lo que ocurre en muchas iglesias que han abandonado la sana doctrina quizá no pueda ser llamado completamente kundalini, pero tiene el mismo origen y por eso se le parece: Poderes engañosos de las tinieblas que buscan engañar a las personas y llevarlas a la adoración de falsos dioses.

«Y vi otra bestia que subía de la tierra; tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero y hablaba como un dragón. Ejerce toda la autoridad de la primera bestia en su presencia, y hace que la tierra y los que moran en ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra en presencia de los hombres. Además engaña a los que moran en la tierra a causa de las señales que se le concedió hacer en presencia de la bestia, diciendo a los moradores de la tierra que hagan una imagen de la bestia que tenía la herida de la espada y que ha vuelto a vivir.» (Apocalipsis 12:11-14, LBLA).

Esto no debería extrañarnos, Cristo mismo lo profetizó:

«Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes.» (Mateo 24:24-25).

E

En los últimos días el poder de Satanás se haría presente aún dentro de las mismas iglesias, pues el espíritu satánico, tal como fue profetizado «se opone y se exalta sobre todo lo que se llama dios o es objeto de culto, de manera que se sienta en el templo de Dios, presentándose como si fuera Dios» (2 Tesalonicenses 2:4). ¿Acaso no es esto lo que está pasando en muchas congregaciones en donde un falso Espíritu Santo, que hace pasar su obra como si fuese de Dios, respalda la obra de falsos profetas y falsos maestros?

Como verdaderos pentecostales, no debería darnos miedo denunciar estas falsificaciones diabólicas ni a los falsos ministros del Espíritu, «porque los tales son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es de extrañar, pues aun Satanás se disfraza como ángel de luz. Por tanto, no es de sorprender que sus servidores también se disfracen como servidores de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.» (2 Corintios 11:13-15, LBLA). Kundalini o no, la fuente de tales manifestaciones no es Dios.

F

¿CÓMO SABEMOS QUE LA EXPERIENCIA PENTECOSTAL Y LA KUNDALINI NO SON LO MISMO?

Volvamos ahora a la acusación de que el bautismo en el Espíritu santo y las experiencias místicas de la kundalini son la misma cosa. En el artículo anterior describí los frutos amargos y manifestaciones destructivas del síndrome kundalini. Eso me lleva a preguntarle a quienes nos difaman: ¿En verdad creen que todo eso se parece a lo que hace el Espíritu Santo al bautizar a los creyentes pentecostales hoy día? Si quieren ser honestos, y si de veras han conocido a un creyente pentecostal lleno del Espíritu, tendrán que admitir que ambas cosas son tan diferentes como el día de la noche.

Si observamos con detenimiento la acción del Espíritu a lo largo de la Escritura, comprobaremos que es todo lo opuesto a las extrañas manifestaciones de la kundalini.

  1. En primer lugar, el Espíritu Santo siempre actúa bajo el marco de la Palabra, y nunca sobre presupuestos extrabíblicos. Aquel que viene a la luz, deberá ceñirse al contenido certero de la Palabra de Dios; pues siendo que el Espíritu Santo la inspiró, parece dudoso que esté de acuerdo con doctrinas o prácticas que Él mismo no ha revelado en su Palabra. Quienes conocen la verdadera doctrina pentecostal saben que es cristocéntrica y plenamente bíblica. Honra a Dios y Dios es glorificado a través de ella porque el Espíritu Santo nos guía a toda verdad. Esto no puede decirse de las sectas practicantes del kundalini, las cuales no siquiera son cristianas ni aceptan la infalibilidad de la Biblia. Tampoco puede decirse de movimientos heréticos como la Palabra de Fe, la Nueva Reforma Apostólica, el Evangelio de la Prosperidad y otros más cuya doctrina es contraria a la Biblia. Pero es incorrecto y deshonesto identificar a tales grupos con el pentecostalismo clásico, ya que su heterodoxia delata el origen no santo de sus manifestaciones espirituales. No hay cabida alguna para las manifestaciones, del carácter que fueren, que se muevan entre la sombra y la oscuridad doctrinal.
  2. El kundalini apela a prácticas profanas, ocultistas y antibíblicas, no se basa en la autoridad de la Palabra ni la respeta, sino que escucha a espíritus engañadores y experiencias extracorpóreas. El Espíritu Santo manifestado en la experiencia pentecostal, en contraste, edifica al creyente a través de la meditación y el estudio serio de la Escritura, que es viva y eficaz; sirviéndose, además, para tal propósito, de la comunión práctica del pueblo de Dios. El pentecostalismo biblico no encuentra su edificación espiritual en el emocionalismo extremo, el ritualismo místico, el jolgorio, los espectáculos, las manifestaciones extáticas, o la excitación artificial de sus emociones (danzas extáticas, música estridente y manipuladora, sermones motivacionales, etc.). Si hay grupos que están recurriendo a dichas prácticas es su problema particular, no del pentecostalismo como tal.
  3. La kundalini esclaviza y oprime, e incluso enferma, enloquece y mata. El Espíritu Santo, por el contrario, proporciona una liberación completa. Por tanto, el cristiano que es controlado por Él, camina en este mundo con verdadera libertad y autonomía; solo condicionado por la Palabra. No se dejará manipular, ni esclavizar, por ningún líder, movimiento religioso o atadura de tipo espiritual, tal como ocurre con aquellos que practican la kundalini y otros ritos, los cuales se ven influenciados, oprimidos y poseídos por espíritus impuros que los atan a su voluntad y capricho. El Espíritu Santo trae verdadera libertad. Así es como el Espíritu de Dios, respetando la decisión del ser humano, ofrece la auténtica libertad: «donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad» (2 Corintios 3:17). Por el contrario, donde opera otro «espíritu», que no es el de Cristo, se procura una manipulación de la conciencia que, lo único que consigue, es anular por completo el sentido práctico de la libertad cristiana.
  4. El Espíritu Santo genera gozo y paz en el corazón de los verdaderos creyentes. En cambio, la intranquilidad, el tumulto, la exaltación, los desórdenes mentales, enfermedades físicas y opresión espiritual que se experimentan a través del ocultismo, la kundalini y otras prácticas místicas no concuerdan con el sosiego y la tranquilidad interior que proviene del Espíritu.
  5. El Espíritu Santo utiliza a sus siervos cuando éstos asumen una actitud de humildad y dependencia total de Dios, la cual se acompaña de paciencia y benignidad. La Nueva Era y la kundalini, por el contrario, alimentan el ego del hombre y le repiten la vieja mentira satánica: «Seréis como los dioses» (Génesis 3:5, RV1909). cuando existe jactancia o engreimiento, podemos decir que un «espíritu» oscuro planea sobre el escenario. Tal espíritu oscuro opera en los gurúes de la Nueva Era, falsos apóstoles, profetas y maestros de nuestros días, cuyo engreimiento los lleva a considerarse dioses, o casi dioses. Curiosamente, esto se asemeja mucho a la prepotencia y soberbia característica de los “ungidos” de la Nueva Reforma Apostólica, los promotores de la Palabra de Fe y otros grupos sincréticos e insanos doctrinalmente, los cuales enseñan que los creyentes son pequeños dioses con el poder de declarar, decretar y dar órdenes al mismísimo Dios (Judas 1:8-12).
  6. El Espíritu Santo engendra la virtud de la templanza –dominio propio–, y ésta encuentra su forma de expresión a través del decoro personal, el orden y la reverencia. La santidad y la pureza sexual es un fruto natural de una vida dominada por el Espíritu Santo. La kundalini, por el contrario, implica prácticas impuras y mágicas de tipo sexual. 
  7. El Espíritu Santo restaura automáticamente la salud espiritual del convertido y, según lo promete en Romanos 8:28, todo lo que acontezca –si ama a Dios– le ayudará para bien. Esto no puede decirse de la kundalini y sus efectos nocivos sobre las personas. Conocidas son ya las denominadas «emergencias espirituales» en la kundalini, las cuales le pueden costar la vida o la sanidad mental a sus practicantes. Esto no ocurre en las manifestaciones genuinas del Espíritu Santo.

G

Kundalini y experiencia pentecostal no son lo mismo. Eso es evidente. Es deshonesto de parte de nuestros detractores equiparar ambas experiencias. Claro, se ven obligados a hacerlo por necesidad, ya que los cesacionistas, principales críticos del pentecostalismo, niegan la vigencia actual de los dones y manifestaciones espirituales. Para justificar su postura se ven forzados a atribuir a Satanás cualquier señal o poder milagroso. En nuestra próxima entrega analizaremos la vigencia o no de los dones espirituales.

H

2 comentarios en “Kundalini y experiencia pentecostal (Parte II)”

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s