Hay un mundo que se pierde en el pecado y los cristianos somos llamados a alcanzarlo. Sin embargo, algunos grupos de la línea 'Sólo Jesús' (pentecostales unicitarios), prefieren trabajar y hacer proselitismo entre los miembros de otras iglesias cristianas, difundiendo así su herejía destructiva y causando división en las iglesias. Tal actitud no sólo es sectaria, sino también digna de reprensión. Ellos afirman ser poseedores exclusivos de la verdad y consideran que los demás cristianos estamos en error. El bautismo en el Nombre de Jesús suele ser la punta de lanza en sus argumentos sectarios. Pero bautizar en el nombre de Jesús es sólo uno de los muchos errores de los pentecostales unicitarios. Ellos tampoco creen en la Trinidad y, como es de esperarse, no bautizan en el triple nombre ordenado por Jesús en Mateo 28:19 sino “en el nombre de Jesús solo”, extrayendo algunos textos fuera de su contexto.
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Eusebio, Shem-Tov y la fórmula trinitaria de Mateo 28:19
En ausencia de mejores argumentos, algunos antitrinitarios (unitarios, Movimiento “Solo Jesús”, algunos judíos mesiánicos y otros grupos sectarios más) están recurriendo últimamente a la ridícula afirmación de que Mateo 28:19-20 no está en los textos bíblicos originales y que fue agregado por Constantino o alguien más en el siglo IV.” Estos grupos sectarios afirman erróneamente que los discípulos nunca bautizaron en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sino únicamente “en el nombre de Jesús solo”. El texto en cuestión dice: “Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.” (Mateo 28:19, NBLA). Dicho pasaje, conocido por contener lo que llamamos la Gran Comisión, es uno de los pasajes más conocidos en la Biblia. Aquellos que creemos en la Trinidad vemos allí la igualdad de Dios, la presencia de las Tres Personas de la Trinidad actuando y confirmando la autoridad bajo la cual debemos ir a anunciar las buenas nuevas a todas las naciones. Para los antitrinitarios, dicho versículo es el enemigo a vencer, el texto a refutar y, por qué no, exiliar de la Biblia.