Por Fernando E. Alvarado.
A principios del siglo XX, un fuego espiritual se encendió en diferentes rincones del mundo, transformando vidas, comunidades y el curso de la historia religiosa. A través de esta serie de artículos queremos invitarte a explorar los avivamientos pentecostales que surgieron casi simultáneamente en lugares tan distantes como Los Ángeles, Gales, India, Corea, Chile y África. Aunque cada uno de estos movimientos tuvo sus propias características culturales y contextos únicos, todos compartían un elemento en común: una experiencia profunda y transformadora con el Espíritu Santo.
Desde el humilde edificio de la Calle Azusa en California, donde el avivamiento pentecostal moderno tomó forma, hasta las reuniones fervientes en la Misión de Mukti en India y los encuentros cargados de emoción en Pyongyang, Corea, estos avivamientos no solo revitalizaron la fe de miles, sino que también sentaron las bases para uno de los movimientos cristianos de más rápido crecimiento en la historia.
En esta, y en las siguientes entregas, nos adentraremos en las historias de estos avivamientos, examinando sus orígenes, sus líderes y su impacto duradero en la espiritualidad global. A través de este recorrido, descubriremos cómo el Espíritu Santo unió a personas de diferentes culturas, idiomas y tradiciones en una experiencia común de renovación y poder. Esto nos ayudará a entender cómo estos eventos, aparentemente aislados, formaron parte de un movimiento divino que cambió el mundo para siempre.

EL AVIVAMIENTO DE GALES (1904-1905): PRECURSOR DEL MOVIMIENTO PENTECOSTAL
El Avivamiento de Gales (1904-1905) es uno de los eventos espirituales más significativos del siglo XX, caracterizado por una intensa renovación espiritual, un fervor de oración sin precedentes y una manifestación emocional profunda en los servicios religiosos. Aunque no es considerado estrictamente pentecostal en términos teológicos, su impacto fue determinante en la preparación del terreno para el posterior auge del movimiento pentecostal a nivel mundial (Evans, 1996).
El Avivamiento de Gales no surgió en un vacío histórico, sino en un contexto de descontento social y espiritual. La Revolución Industrial trajo consigo una serie de cambios drásticos que afectaron profundamente a la sociedad galesa. La industrialización transformó la economía rural de Gales en una economía basada en la minería del carbón y la producción de acero, lo que generó un rápido crecimiento urbano y la migración de personas a las ciudades industriales (Jones, 2004). Sin embargo, este progreso económico tuvo un costo social elevado. Las condiciones de vida en las ciudades industriales eran precarias, con viviendas hacinadas, salarios bajos y jornadas laborales extenuantes (Morgan, 1999).
A finales del siglo XIX, la sociedad galesa enfrentaba una crisis moral que se manifestaba en varios aspectos. El consumo de alcohol, especialmente entre los trabajadores industriales, había alcanzado niveles alarmantes, contribuyendo a problemas sociales como la violencia doméstica, la pobreza y la desintegración familiar (Jones, 1995). Además, el declive de la práctica religiosa y el aumento del secularismo eran evidentes, especialmente entre las generaciones más jóvenes, que se sentían desconectadas de las tradiciones religiosas de sus padres (Morgan, 1999).
Las iglesias, aunque aún influyentes, luchaban por mantener su relevancia en un mundo cada vez más secularizado. Muchas congregaciones experimentaron una disminución en la asistencia a los servicios religiosos, y los líderes eclesiásticos expresaban preocupación por la falta de fervor espiritual entre los creyentes (Evans, 2004). Este declive moral y espiritual creó un terreno fértil para el avivamiento, ya que muchas personas anhelaban una renovación que les permitiera reconectar con Dios y restaurar los valores comunitarios. El énfasis desmedido en lo material generó una sensación de vacío espiritual entre muchos galeses, quienes comenzaron a cuestionar el rumbo de la sociedad y a buscar respuestas en la fe (Evans, 2004). Además, la influencia del movimiento de santidad, que enfatizaba la experiencia de la santificación y el poder del Espíritu Santo, preparó el terreno para un avivamiento (Evans, 2004).
El avivamiento comenzó en Loughor, una pequeña localidad galesa, cuando Evan Roberts, un joven minero convertido en predicador, de apenas 26 años, comenzó a compartir su experiencia de un encuentro sobrenatural con Dios. Roberts insistía en cuatro puntos clave: el arrepentimiento total, la obediencia al Espíritu Santo, la confesión de Cristo sin reservas y la completa entrega a Dios (Davies, 2010). Pero, ¿Quién era este joven predicador?

EVAN ROBERTS, EL JOVEN LÍDER DEL AVIVAMIENTO EN GALES
Evan Roberts nació en 1878 en Loughor, una pequeña localidad galesa, en el seno de una familia metodista devota. Desde joven, Roberts mostró un profundo interés por la espiritualidad y pasaba horas en oración y estudio bíblico (Jones, 1995). Sin embargo, fue durante su adolescencia y juventud que experimentó un creciente anhelo por una relación más profunda con Dios. Este deseo lo llevó a asistir a reuniones de oración y a buscar la guía de líderes espirituales, como Seth Joshua, quien influyó significativamente en su vida (Cartwright, 2010).
La experiencia transformadora de Evan Roberts ocurrió en septiembre de 1904, durante una reunión de avivamiento en Blaenanerch, Gales. Según los relatos históricos, Roberts experimentó una manifestación poderosa de la presencia de Dios que cambió su vida para siempre. Durante una sesión de oración, sintió una abrumadora sensación de amor divino y fue lleno de una profunda convicción de pecado, seguida de una liberación y gozo indescriptibles (Morgan, 1999).
Roberts describió esta experiencia como un «bautismo en el Espíritu Santo«, que lo llevó a un nivel más profundo de comunión con Dios. En sus propias palabras, sintió que «el amor de Dios lo envolvía por completo» y que recibió una unción especial para predicar el mensaje de arrepentimiento y renovación espiritual (Evans, 2004). Esta experiencia no solo lo llenó de un fervor evangelístico, sino que también le dio una claridad y autoridad espiritual que atrajo a multitudes.
La experiencia sobrenatural de Evan Roberts fue el catalizador que encendió el Avivamiento de Gales. Después de este encuentro divino, Roberts regresó a su comunidad en Loughor y comenzó a compartir su testimonio en reuniones de oración y servicios religiosos. Su mensaje, centrado en cuatro puntos clave—arrepentimiento, fe, bautismo en el Espíritu Santo y santificación—resonó profundamente con los asistentes (Jones, 1995).
Las reuniones lideradas por Roberts se caracterizaron por una intensa presencia espiritual, con manifestaciones de llanto, alegría y testimonios personales. Multitudes se congregaban para escuchar su mensaje, y muchos experimentaron conversiones y renovaciones espirituales similares a las de Roberts (Cartwright, 2010). Este fervor se extendió rápidamente por todo Gales, dando lugar a un avivamiento que transformó comunidades enteras.

EL AVIVAMIENTO SE EXTIENDE
La predicación apasionada de Evan Roberts y su llamado al arrepentimiento encontraron un eco profundo en la población. “El Espíritu de Dios parecía moverse en las reuniones como un viento irresistible”, señala Morgan (2006, p. 112), destacando el clima de intensa oración y adoración que caracterizaba estos encuentros.
Las reuniones, caracterizadas por una atmósfera de oración continua, cantos espontáneos y testimonios de transformación personal, rápidamente se expandieron a lo largo del país. Miles de personas se convertían en cada servicio, y las reuniones podían durar toda la noche sin ninguna estructura predefinida. “No era el hombre quien dirigía las reuniones, sino el Espíritu Santo mismo”, menciona Hughes (2012, p. 67), reflejando el fuerte sentido de entrega a la dirección divina.
Aunque Evan Roberts pronto se convirtió en el rostro más conocido del Avivamiento de Gales, llegando a ser el líder espiritual del avivamiento, él mismo insistía en que el verdadero líder era el Espíritu Santo (Cartwright, 2010). Otras figuras importantes incluyen a Seth Joshua, quien influyó en Roberts durante su formación teológica, y a Jessie Penn-Lewis, una escritora y líder espiritual que documentó y promovió el avivamiento (Evans, 2004). Estos personajes, junto con miles de creyentes anónimos, fueron instrumentos clave en la expansión del movimiento.
CARACTERÍSTICAS DEL AVIVAMIENTO DE GALES Y SU INFLUENCIA EN EL MOVIMIENTO PENTECOSTAL
El Avivamiento de Gales se distinguió por varias características notables. Hubo un énfasis en la experiencia personal con Dios, manifestada a través del arrepentimiento, la oración ferviente y la alabanza espontánea (Jones, 1995). Así pues, el avivamiento se destacaría por varios elementos que influirían en el movimiento pentecostal, entre ellos cabe destacar los siguientes:
- Énfasis en la oración intensa y continua: La intercesión y la búsqueda ferviente de la presencia de Dios eran centrales en cada reunión (Roberts, 2005).
- Manifestaciones espirituales: Las reuniones, que a menudo duraban horas, estaban marcadas por una intensa presencia espiritual, con testimonios emocionales y manifestaciones de gozo (Morgan, 1999). Aunque no se hablaba en lenguas como en el pentecostalismo posterior, sí había expresiones de gozo, llanto y éxtasis espiritual (Evans, 1996).
- Participación laica: No había un liderazgo centralizado; cualquier persona podía compartir testimonios o dirigir momentos de adoración (Jones, 2004). Además, el avivamiento se caracterizó por su espontaneidad y falta de estructura formal, lo que permitió una participación amplia de la comunidad (Cartwright, 2010).
El impacto del avivamiento de Gales no se limitó a su entorno inmediato. Misioneros y predicadores de diversas partes del mundo viajaron a Gales para presenciar y llevar la llama de este avivamiento a sus países de origen. Entre ellos, líderes como Frank Bartleman en Estados Unidos reconocieron la influencia directa de Gales en el Avivamiento de la Calle Azusa (1906), considerado el nacimiento del pentecostalismo moderno (Bartleman, 1980).
El énfasis en la experiencia del Espíritu Santo, la participación activa de los laicos y la espontaneidad en el culto se convirtieron en elementos centrales del pentecostalismo global. “El fuego encendido en Gales pronto cruzó el Atlántico y encendió el avivamiento en Los Ángeles”, escribe Synan (2010, p. 145), subrayando la conexión entre ambos movimientos.

DENOMINACIONES Y GRUPOS RELIGIOSOS INVOLUCRADOS
El Avivamiento de Gales no estuvo confinado a una sola denominación, sino que se extendió a través de diversas tradiciones cristianas. Las iglesias metodistas, que ya tenían una fuerte presencia en Gales debido al legado de John Wesley y el avivamiento metodista del siglo XVIII, desempeñaron un papel central en el movimiento (Jones, 1995). Además, las iglesias congregacionalistas y bautistas también participaron activamente, abriendo sus puertas a las reuniones de avivamiento (Morgan, 1999).
Sin embargo, el avivamiento no se limitó a las denominaciones establecidas. Grupos independientes, como las sociedades de oración y los movimientos de santidad, fueron fundamentales para su expansión (Cartwright, 2010). Estos grupos, a menudo compuestos por creyentes laicos, organizaban reuniones informales en hogares, capillas y hasta en las calles, lo que permitió que el avivamiento llegara a personas de todos los estratos sociales (Evans, 2004).
El metodismo tuvo una influencia significativa en el Avivamiento de Gales, tanto en su teología como en su práctica. El énfasis metodista en la experiencia personal de salvación, la santificación y el poder del Espíritu Santo sentó las bases para el avivamiento (Jones, 1995). Evan Roberts, el líder más conocido del movimiento, había sido criado en una familia metodista y formado en instituciones metodistas, lo que refleja la profunda conexión entre el avivamiento y esta tradición (Cartwright, 2010).
Además, el metodismo aportó una estructura organizativa que facilitó la difusión del avivamiento. Las sociedades metodistas, que funcionaban como pequeños grupos de discipulado y oración, se convirtieron en espacios clave para la propagación del fervor espiritual (Morgan, 1999). Estas sociedades, junto con los «sabbath schools» (escuelas dominicales), fueron instrumentales en la movilización de creyentes y en la formación de líderes laicos (Evans, 2004).
El movimiento de santidad, que surgió en el siglo XIX como una extensión del metodismo, también tuvo un impacto profundo en el Avivamiento de Gales. Este movimiento enfatizaba la necesidad de una segunda obra de gracia, conocida como santificación, que permitía a los creyentes vivir una vida de pureza y poder espiritual (Jones, 1995).
Evan Roberts y otros líderes del avivamiento fueron influenciados por estas enseñanzas, lo que se reflejó en su énfasis en la santidad y la consagración personal (Cartwright, 2010). Además, el movimiento de santidad promovía la idea de que el avivamiento no era solo un evento histórico, sino una experiencia continua que podía ser buscada a través de la oración y la entrega total a Dios (Morgan, 1999). Esta perspectiva alimentó el fervor espiritual que caracterizó al avivamiento.

EL FUEGO QUE SE ENCENDIÓ EN GALES
El impacto del Avivamiento de Gales fue profundo y duradero. Se estima que alrededor de 100,000 personas se convirtieron al cristianismo durante este período, y muchas iglesias experimentaron un crecimiento significativo (Evans, 2004). Además, el avivamiento influyó en movimientos posteriores, como el pentecostalismo, al enfatizar la experiencia directa con el Espíritu Santo (Cartwright, 2010). A nivel social, el avivamiento tuvo un efecto transformador, reduciendo el consumo de alcohol y mejorando las relaciones comunitarias (Jones, 1995).
El Avivamiento de Gales marcó un antes y un después en la vida religiosa de Gales y del mundo. A través de líderes como Evan Roberts y la participación activa de miles de creyentes, este movimiento demostró el poder transformador de la fe y la oración. Su legado perdura no solo en la memoria histórica, sino también en la forma en que entendemos la renovación espiritual y el avivamiento. Como escribió Jessie Penn-Lewis: «El fuego que se encendió en Gales no fue obra humana, sino divina» (Penn-Lewis, 1905, p. 23). Su énfasis en la oración, la dirección del Espíritu Santo y la participación espontánea en el culto influyó profundamente en el desarrollo del pentecostalismo. A pesar de que no adoptó plenamente las doctrinas pentecostales, su legado es innegable en la historia del cristianismo contemporáneo.
REFERENCIAS:
- Bartleman, F. (1980). Azusa Street: The Roots of Modern-Day Pentecost. Logos International.
- Cartwright, M. (2010). El Avivamiento de Gales: Historia y legado. Editorial Vida.
- Davies, P. (2010). Revival and the Spirit: The Welsh Experience of 1904-1905. Cambridge University Press.
- Evans, E. (1996). The Welsh Revival of 1904-1905: An Analysis. Banner of Truth.
- Evans, E. (2004). El fuego del Espíritu: El Avivamiento de Gales y su impacto global. Editorial Clie.
- Hughes, D. (2012). The Fire of Gales: A Spiritual Awakening. Oxford Theological Studies.
- Jones, R. (2004). The Historical Context of the Welsh Revival. Yale University Press.
- Jones, R. (1995). Renovación en Gales: Un estudio histórico del avivamiento de 1904-1905. Editorial Caribe.
- Jones, T. (2004). La Revolución Industrial y su impacto en la sociedad galesa. Editorial Historia Press.
- Morgan, D. (1999). El despertar de Gales: Historia y testimonio. Editorial Peniel.
- Morgan, J. (2006). Spiritual Movements in the 20th Century: A Welsh Perspective. Edinburgh University Press.
- Penn-Lewis, J. (1905). El avivamiento en Gales: Una mirada espiritual. Publicaciones del Avivamiento.
- Roberts, E. (2005). My Journey in the Welsh Revival. Revival Press.
- Synan, V. (2010). The Century of the Holy Spirit: 100 Years of Pentecostal and Charismatic Renewal. Thomas Nelson