Por Fernando E. Alvarado
Pareciera que el famoso término «Theotokos» se ha puesto de moda últimamente en el mundo evangélico. Y no siempre en el buen sentido. Para muchos evangélicos latinoamericanos este término enciende las señales de alarma, es sinónimo de herejía y hasta suena a blasfemia. Sobre todo por nuestra tendencia a satanizar todo lo que huela a catolicismo o suene como tal. En días recientes cierto hermano en Cristo publicó en Twitter lo siguiente:
«Los evangélicos sostenemos que María es madre de Dios (Theotokos)».

En respuesta a ese post el pastor Miguel Núñez expresó su desacuerdo retuiteando lo siguiente:
«El Concilio de Calcedonia (451), declaró a María portadora de Dios para aclarar la confusión generada por el Concilio de Éfeso (431) que declaró a María como madre de Dios. Si Cristo existió desde el principio (Jn. 1:1-3) no puede tener madre».
Lo dicho por Miguel Núñez ha generado en las redes sociales mucha controversia, ya que Núñez parece estar defendiendo una forma moderna de nestorianismo, una vieja herejía condenada por la iglesia antigua. Muchos han dado ya buenos argumentos refutando el error o la confusión del pastor Núñez. El pastor y teólogo reformado R. C. Sproul arroja luz acerca de la frase “madre de Dios” tan cuestionada por Núñez. R. C. Sproul afirmó lo siguiente:
«El Concilio de Éfeso (431) le dio a María el título en griego Theotokos, que literalmente quiere decir “la que dio a luz a Dios”. Al tomarla de manera menos literal quiere decir “madre de Dios”. Este título fue ratificado en el Concilio de Calcedonia (451)… ¿Pero qué quiere decir realmente este título? En los tiempos en que se llevó a cabo el Concilio de Éfeso, Theotokos se refería a que María era la madre de Dios, pero no en el sentido de que Jesús hubiera recibido Su naturaleza divina por parte de María. Simplemente significaba que María, siendo la madre de Jesús, era la madre de Dios en ese sentido—Jesús es Dios y María es Su madre, hablando de Su naturaleza humana. No había ninguna confusión en Éfeso o en Calcedonia en cuanto a sacar de esa frase alguna noción de deidad en María. Simplemente articulaba el hecho de que María era la madre terrenal de Aquel que es Dios encarnado. El historiador Jaroslav Pelikan nos ha dado una muy buena traducción de Theotokos, una que encapsula muy bien su significado histórico: “aquella que da a luz a Aquel que es Dios”. Con esta definición, históricamente nunca ha habido una objeción oficial de los protestantes ante el título “madre de Dios”. Obviamente, este título puede significar mucho más hoy en día de lo que significaba en Éfeso o en Calcedonia, pero las palabras en sí mismas, propiamente calificadas y definidas, no son causa de controversia».

Así las cosas ¿Por qué algunos grupos cristianos se oponen de forma casi violenta a que a María se le otorgue el título de 𝚃𝙷𝙴𝙾𝚃𝙾𝙺𝙾𝚂 (Portadora de Dios / La Paridora, la que da a luz, la Madre de Dios)? Aunque el uso de este título incomoda a algunos evangélicos fundamentalistas por asociarla con Roma (ya el pastor dominicano Miguel Nuñez dejó esto en evidencia a través de un desafortunado post en el que evidenció su postura nestoriana), lo cierto es que (tal como ya lo dijo Sproul y muchos grandes teólogos de diferentes corrientes) dicho título ya era usado en la Iglesia de los primeros siglos, aun antes del nacimiento del catolicismo como tal, aunque no por las razones que los romanistas lo usan hoy. Theotokos (en griego antiguo, Θεοτόκος, en latín, Deīpara o Deī genetrix), literalmente, ‘la que dio a luz a Dios’, es un término aplicado en la Iglesia antigua a María, a fin de subrayar la doble naturaleza de Cristo en su encarnación sobre la unidad de su persona, es decir es un término por cristología, en oposición a los que negaban tal unidad. Jamás fue usado en sentido mariológico.
No. El término Theotokos no fue inventado por el catolicismo. Fue adoptado en el concilio de Éfeso (431 d. C.) y de Calcedonia (451 d. C.) principalmente en contra el nestorianismo. Para los primeros cristianos hablar de María cómo madre de Dios como lo hizo la iglesia antigua, no significa que María es madre del Hijo antes de su encarnación. Tampoco significa que María sea divina. Tampoco significa que ella tenga algún tipo de poder. Y tampoco es justificación para agregarle a María más títulos como lo ha hecho el catolicismo romano. El propósito es cristológico, para afirmar la unión indivisible de las dos naturalezas de Cristo, verdaderamente Dios y verdaderamente hombre. Así pues, María, bendita entre todas las mujeres, es madre de Dios encarnado. Por eso, lejos de antagonizar con María de Nazaret, los cristianos evangélicos reconocemos, junto a Elizabeth, la madre de Juan el Bautista, la santa y virginal maternidad de María, la madre de nuestro Señor. Elisabet, madre de Juan el Bautista, así lo reconoció cuando dijo: «¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? (Lucas 1:43)
Los credos de la Iglesia Antigua sólo dieron carácter oficial a lo obvio, todo con el propósito de preservar la fe cristiana y distanciarse de la herejía nestoriana. La fórmula dogmática de Calcedonia afirma:
«Siguiendo, pues, a los Santos Padres, todos a una voz enseñamos que ha de confesarse a uno solo y el mismo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en la divinidad y el mismo perfecto en la humanidad, Dios verdaderamente, y el mismo verdaderamente hombre de alma racional y de cuerpo, consustancial con el Padre en cuanto a la divinidad, y el mismo consustancial con nosotros en cuanto a la humanidad, semejante en todo a nosotros, menos en el pecado [Heb 4:15]; engendrado del Padre antes de los siglos en cuanto a la divinidad, y el mismo, en los últimos días, por nosotros y por nuestra salvación, engendrado de María Virgen, MADRE DE DIOS (THEOTOKOS), en cuanto a la humanidad; que se ha de reconocer a uno solo y el mismo Cristo Hijo Señor unigénito en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación, en modo alguno borrada la diferencia de naturalezas por causa de la unión, sino conservando, más bien, cada naturaleza su propiedad y concurriendo en una sola persona y en una sola hipóstasis, no partido o dividido en dos personas, sino uno solo y el mismo Hijo unigénito, Dios Verbo Señor Jesucristo, como de antiguo acerca de Él nos enseñaron los profetas, y el mismo Jesucristo, y nos lo ha trasmitido el Símbolo de los Padres. Así, pues, después de que con toda exactitud y cuidado en todos sus aspectos fue por nosotros redactada esta fórmula, definió el santo y ecuménico Concilio que a nadie será lícito profesar otra fe, ni siquiera escribirla o componerla, ni sentirla, ni enseñarla a los demás».

En vista de lo anterior, nos preguntamos de nuevo: ¿Es realmente incorrecto llamar a María «Theotokos» (Madre de Dios)? No, no lo es realmente. Para que María merezca dicho título, se necesita cumplir con dos condiciones:
(1.- Que Jesús sea Dios.
(2.- Que María sea su madre.
Y hablando de Jesús y María ambas aseveraciones son ciertas: Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre y María, bendita entre todas las mujeres, fue su madre. Honestamente, llamar a María la Madre de Dios no es incorrecto, ya que ella fue la madre de Jesucristo, el Dios encarnado. Lo malo, la herejía detrás de esta expresión se haya no en el término como tal, sino en lo que algunos pretenden insinuar con ello. En palabras del pastor Alejandro González Viveros:
«Theotokos, significa “madre de Dios”. Este fue el término usado para María hace cientos de años. Pero ¿qué se buscaba comunicar con este término? El término theotokos, aunque va ligado textualmente a María, no fue acuñado en un intento de decir algo acerca de María sino de Cristo… La discusión que hubo al rededor del término no fue: ¿Quién es María? Ni, ¿qué tan venerada o exaltada debe ser María? Ni tampoco ¿quién es María en relación con Dios? El término “theotokos” NO se acuñó en relación a María. La discusión que hubo al rededor del término fue: ¿Qué dio a luz María? ¿Qué salió de María? Hubo dos opciones: (1) ¿De ella salió una persona meramente humana sobre quien, después, el Verbo Divino vendría a morar (y entonces de ella salió un ordinario ser humano llamado Jesús quien serviría como mera habitación y portador de la divinidad del Verbo Eterno)?; (2) ¿o, más bien, de María salió una sola persona divino-humana, perfectamente Dios y perfectamente hombre; verdadero Dios y verdadero hombre? Lo segundo es lo que se buscó enfatizar con la expresión “theotokos”, pues de María salió una sola persona divino-humana. María, entonces, dio a luz una persona que no fue meramente hombre, Maria fue, en este sentido “madre de Dios”… El término theotokos, entonces, no constituye una exaltación a María, sino una aclaración en relación a la personas y naturalezas del Salvador. No es un término mariológico, sino uno cristológico.»

Así pues:
«Cuando los creyentes no-romanistas afirmamos que María es “madre de Dios” no queremos decir que María está por encima de Dios en autoridad, no queremos decir que la esencia Divina se originó en María, no queremos decir que María sea divina en algún sentido, ni tampoco queremos decir que María sea solo madre de la naturaleza humana pero no de la divina. María es madre de Dios, tanto de su humanidad como de su divinidad, ¿en qué sentido? En el sentido de que aquello que salió de María NO FUE UN MERO HOMBRE, por eso María no puede ser madre solo de la naturaleza humana. Aquello que salió de María FUE EL DIOS-HOMBRE.»
Es cierto que muchas personas del sector anticatólico del evangelicalismo piensan que llamar a María Theotokos es una forma de elevar a María por sobre de Dios, que es una forma para justificar la mariolatría, y por tanto niegan la doctrina de Theotokos. Pero eso no es cierto. Otros sectores del evangelicalismo niegan que María es la madre de Dios porque piensan que eso es ilógico ya que Dios es eterno y existe antes que María. Por lo tanto, esgrimen el argumento de que María no puede ser la madre de Dios porque eso implicaría que María debió existir antes que Dios. La lógica bíblica, sin embargo, parece apuntar en otra dirección.
Escrituralmente el hijo de María (Jesús) era completamente divino, por lo tanto, Jesús era Dios, eso significa que María dio a luz a Dios encarnado, por lo tanto; el título Theotokos (madre de Dios) esta enfocado en Jesús y no en María, Jesús es Dios por eso quien lo parió es Theotokos. La segunda objeción comete un error y no comprende la diferencia entre «creadora» y «progenitora», si María fuera la creadora de Dios, esta debería existir antes que Dios para poder crearlo, pero la doctrina de Theotokos no implica que María haya creado a Dios. Dios verbo es eterno y solo usó el vientre de María para poder tomar un cuerpo humano y habitar entre nosotros, María por lo tanto no lo creó sino que sólo fue un vehículo para que el verbo espiritual entrara como humano en nuestro mundo físico, María pues sólo «parió» al verbo y no lo «creó’. A las que paren se les llama «madres», dado que María parió a Dios verbo, ella es la «madre de Dios» y no la «creadora de Dios», la doctrina de Theotokos no implica un absurdo lógico (como algunos piensan) ya que ser la madre de Dios no implica ser la creadora de Dios.
Jamás permitamos que el anticatolicismo imperante en algunos círculos evangélicos nos lleve a abrazar viejas herejías renovadas. Los evangélicos rechazamos la mariolatría católica, pero esto no implica nuestro abandono de la fe bíblica e histórica del cristianismo, sino su verdadera interpretación.
