Por Fernando E. Alvarado
Si conoces algo de sectas seguramente sabrás que la organización de los Testigos de Jehová, también conocida como Watch Tower Bible and Tract Society, enseña que Jesús existía como el arcángel Miguel antes que viniera a la Tierra, y se convirtió otra vez en el arcángel Miguel después de su resurrección. Ellos alegan que Jesús era solo un hombre perfecto cuando estuvo en la Tierra y que, cuando Él murió, el “hombre” Jesús cesó de existir, siendo resucitado como un “criatura espiritual”, el arcángel Miguel. En el libro Perspicacia para Comprender las Escrituras, una publicación oficial de los Testigos de Jehová se enseña:
“La Biblia indica que el nombre Miguel aplicaba al Hijo de Dios tanto antes de que partiera del cielo para llegar a ser Jesucristo, como después de su regreso al cielo. Miguel es el único al que se llama «arcángel», que significa «primer ángel» o ángel principal… Antes de hacerse hombre, a Jesús s e le llamaba «la Palabra» (Jn 1: 1), y también tenía el nombre personal de Miguel. Al conservar el nombre Jesús después de su resurrección (Hch 9: 5), se demuestra que la «Palabra» es la misma persona que el Hijo de Dios en la Tierra. El que volviese a asumir su nombre celestial, Miguel, y su título (o nombre), «La Palabra de Dios» (Rev. 19: 13), le vincula con su existencia prehumana. El mismísimo significado del nombre Miguel: » ¿Quién Es Como Dios? “, señala que Jehová Dios no tiene semejante o igual y que Miguel, su arcángel, es su gran Defensor o Vindicador”[1]

Sin embargo, los Testigos de Jehová no son los únicos en promover dicha enseñanza. Los Adventistas del Séptimo Día enseñan también que Jesús es el Arcángel Miguel. Esta antigua herejía adventista apareció en varios libros y artículos publicados por dicha iglesia. Ellen G. White, su profetisa y fundadora, enseñó:
«Moisés pasó por la muerte, pero Miguel vino y le dio vida antes que su cuerpo hubiera visto corrupción. Satanás trató de apropiarse de su cuerpo, reclamándolo como suyo; pero Miguel resucitó a Moisés y se lo llevó al cielo. Satanás insultaba amargamente a Dios… pero Cristo no reprendió a su adversario… Humildemente lo remitió a su Padre, diciéndole: ‘El Señor te reprenda’»[2]
«Cuando Jesús se levante; cuando su trabajo esté concluido en el Lugar Santísimo entonces no habrá otro rayo de luz para ser impartido al pecador… La luz es hecha para llegar bien distante, en donde todo es oscuridad total. Miguel se levanta»[3]
«Cuando Cristo y los ángeles se aproximaban a la tumba, Satanás y sus ángeles se aparecieron en la tumba, y estuvieron custodiando el cuerpo de Moisés, para que no fuera removido. Cuando Cristo y sus ángeles se aproximaban, Satanás resistió su proximidad, pero fue forzado por la gloria y poder de Cristo y sus ángeles y cayó de espaldas. Satanás reclamaba el cuerpo de Moisés, por su sola transgresión; pero Cristo humildemente lo remitió a su Padre, diciéndole: ‘el Señor te reprenda’»[4]
«Justo antes de ir a la reunión, volví a recordar algunas escenas interesantes que habían pasado delante de mí en visión…Me parecía que los ángeles estaban haciendo una hendidura en la nube y dejando que pasaran los rayos de luz del cielo. El tema que fue presentado tan impactantemente fue el caso de Moisés…Los ángeles lo enterraban, pero el Hijo de Dios descendió y lo levantó de los muertos y se lo llevó al cielo»[5]
“Como un pueblo debemos hacer como hizo el Redentor del mundo. Cuando estaba en controversia con Satanás respecto al cuerpo de Moisés, Cristo no se atrevió a insultarlo»[6]
Sin embargo, los Adventistas del Séptimo Día se diferencian de los Testigos de Jehová en que, para ellos, Miguel (Jesucristo) es parte de la Trinidad y por lo tanto Dios Encarnado; mientras que, para los Testigos de Jehová, Cristo es sólo el ángel de mayor jerarquía en los cielos, a través del cual Jehová (Dios el Padre) creó todas las otras cosas.

CALVINO, LUTERO, SPURGEON Y OTROS…
No nos extraña cuando las sectas enseñan doctrinas extrañas como esta, las cuales se apartan de la ortodoxia cristiana. La herejía está en su naturaleza. Pero ¿Qué pensarías si Calvino, Spurgeon o cualquier otro famoso teólogo protestante (y particularmente reformado) enseñara algo así? Muchos quizá negarían que ellos enseñaron tal cosa y otros quizá argumentarían que sus comentarios han sido sacados de contexto y que sólo deseamos calumniarlos, pero eso no cierto ¡Ellos sí enseñaron tal cosa! Los primeros eruditos protestantes, incluido Lutero, Calvino y otros, identificaron a Miguel con el Cristo pre-encarnado. Incluso el pintoresco Charles Haddon Spurgeon afirmó que Jesús es Miguel «el único arcángel», el «ángel líder” y «Príncipe o líder de la hueste» celestial. Otros teólogos protestantes fueron aún más lejos.
En su obra Essay on Spirit, el obispo anglicano Robert Clayton llegó a proponer incluso que Miguel era el Logos y Gabriel el Espíritu Santo (una creencia que, por cierto, es compartida por algunos musulmanes). Sus creencias, con justa razón, fueron declaradas heréticas más adelante por la Iglesia de Inglaterra.
Pero los grandes héroes de la Reforma no estuvieron libres de tal herejía. De hecho, fueron ellos mismos quienes la propagaron. Martín Lutero afirmó:
«Miguel es realmente Cristo mismo en una lucha espiritual contra poderes y principados. El nombre es un grito de guerra en Hebreo, «¿Quién es como Dios?» Nadie sino Jesucristo es nuestra confesión. ¡Jesucristo es como Dios!»[7]
Ciertamente Lutero no era calvinista (Es más, él llegó a aborrecer y combatir ciertas creencias calvinistas, las cuales consideraba heréticas), pero la confusión entre Miguel y Cristo fue llevada a niveles mayores por los teólogos reformados. El propio Juan Calvino, considerado el teólogo por excelencia de la teología reformada, y a quien muchos calvinistas citan desmesuradamente en sus argumentos (como si de un Papa Protestante se tratase) y a cuya interpretación los calvinistas suelen asignarle un carácter casi infalible (por no decir casi idolátrico), enseñó también tal herejía. Calvino dijo:
«Algunos piensan que la palabra Miguel representa a Cristo, y yo no me opongo a esta opinión. Está muy claro que, si todos ángeles vigilan a los fieles y elegidos, todavía Cristo tiene el primer grado entre ellos, porque él es la cabeza, y utiliza su ministerio y su ayuda para defender a todo su pueblo»[8]

La famosa Biblia de Ginebra, una edición protestante de la Biblia francesa, publicada por primera vez en 1560 por Juan Calvino en Ginebra afirma, en una de sus notas:
«Aunque Dios podía por un ángel destruir todo el mundo, todavía asegura a sus hijos de su amor al enviar delante doble poder, es decir a Miguel, esto es, a Cristo Jesús la cabeza de los ángeles»[9]
A imagen y semejanza de su fundador, los herederos de Calvino siguieron propagando dicha enseñanza. Sir Isaac Newton, el famoso físico, teólogo, inventor, alquimista y matemático inglés (hijo de padres puritanos y educado en las ideas reformadas de la época), afirmó también:
«Si deseas por tanto saber por qué Jesús es llamado el Cristo, el Hijo de Dios, el hijo del hombre, el Cordero de Dios, la Palabra de Dios, etc., debes recurrir al antiguo Testamento, y allí encontrarás que él también es llamado Cristo o Mesías para significar que él es el Mesías de quien se habló en la profecía de las 70 semanas. Él también es llamado Miguel en Apoc. 12, y esto con referencia al mismo nombre en Daniel 10 y 12, para significar que él es aquel Miguel el gran príncipe que al final del mundo se levantará para los hijos del pueblo de Daniel y quien en los días de Daniel ayudó al Ángel Gabriel contra el Príncipe del reino de Persia y quien solo ayudó y asistió al Ángel Gabriel en asuntos de profecía y es llamado allí el Príncipe del pueblo de Daniel»[10]
John Gill, teólogo bautista reformado británico dijo:
«Llamado Arcángel en el Nuevo Testamento, Príncipe de los ángeles, Cabeza de todo principado y potestad; y no es otro que Cristo el Hijo de Dios, un Ángel no creado; quien es «uno», o «el primero de los Príncipes, superior a los ángeles en naturaleza, nombre y oficio»»[11]
Albert Barnes, teólogo presbiteriano (reformado) dijo:
««El primero». Esto es, el primero en rango de los «príncipes», o los ángeles. En otras palabras, Miguel, el arcángel. El significado exacto de este nombre (מיכאל mîykâ’êl) es «Quien es como Dios», y es un nombre dado, indudablemente, por algún parecido con Dios»[12]
El famoso teólogo Matthew Henry, comentarista bíblico presbiteriano (reformado) también afirmó algo similar:
«Miguel significa «Quien es como Dios», y su nombre, con el título «el gran Príncipe», señala a nuestro Divino Salvador. Cristo se levantó por los hijos de nuestro pueblo en su lugar como sacrificio, llevó la maldición para ellos, para llevarla por ellos. Se levanta por ellos al pedir por ellos ante el trono de gracia. Y después de la destrucción del anticristo, el Señor Jesús se levantará en el último día sobre la tierra; y aparecerá para redención completa de todo su pueblo»[13]

HEREJÍAS QUE ENGENDRAN HEREJÍAS
Los reformados suelen afirmar que ser reformado es ser bíblico y que, a diferencia del Movimiento Pentecostal, del Metodismo o de otros grupos arminianos y carismáticos, ellos no engendran herejías. Sin embargo, parecen ignorar (por amnesia selectiva voluntaria) que el arrianismo moderno debe su revitalización al calvinismo y sus ideas primigenias. Charles Taze Russell, originalmente formado en la iglesia presbiteriana y luego miembro de la iglesia congregacional (una extensión del puritanismo), ambas denominaciones calvinistas, puede ser considerado con pleno derecho el padre del arrianismo moderno (Herejía cristiana que tuvo su origen en las ideas de Arrio (siglo III) y que se caracterizaba por negar que Jesús tuviera la misma condición divina que Dios Padre). Russell fundaría, con inspiración en esas viejas herejías cristológicas predicadas por el calvinismo, la secta moderna conocida como los Testigos de Jehová.
Pero ¿En qué basaron Calvino y sus seguidores su creencia de que Jesús y el arcángel Miguel eran la misma persona? ¿En qué se basan actualmente Adventistas y Testigos de Jehová para enseñar tal cosa? El libro Perspicacia para Comprender las Escrituras explica las bases de dicha doctrina de la siguiente manera:
“En 1 Tesalonicenses 4: 16 se dice que la voz del resucitado Señor Jesucristo es la de un arcángel, lo que da a entender que él mismo es, en realidad, el arcángel. El texto menciona que desciende del cielo con una «llamada imperativa”. Por lo tanto, es lógico que la voz que expresaba esta llamada imperativa se designase con una palabra que no disminuyera o rebajara la gran autoridad que Cristo Jesús tiene ahora como Rey de reyes y Señor de señores. (Mt 28: 18; Rev. 17: 14.) Si la denominación «arcángel» no aplicara a Jesucristo, sino a otros ángeles, la referencia a una «voz de arcángel» no sería apropiada, pues designaría una voz de menor autoridad que la del Hijo de Dios. Hay también otras correspondencias que demuestran que Miguel es realmente el Hijo de Dios. Después de la primera referencia a Miguel ( Da 10 : 13 ) , Daniel registró una profecía que llegaba hasta «el tiempo del fin» ( D a 1 1 : 4 0 ) , y luego dijo: «Y durante aquel tiempo se pondrá de pie Miguel, el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu pueblo [ el de Daniel ] » . (Da 1 2: 1.) El que Miguel ‘se pusiera de pie’ estaría relacionado con «un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo”. (Da 1 2: 1.) En la profecía de Daniel, ‘ponerse de pie’ se refiere con frecuencia a una acción tomada por un rey, ya sea para obtener poder real o para actuar en su calidad de monarca. (Da 11: 2-4, 7, 16b, 20, 2 1.) Este hecho apoya la conclusión de que Miguel es Jesucristo, pues él es el rey nombrado por Jehová y ha recibido la comisión de destruir a todas las naciones en Armagedón. (Rev. 11: 15; 16: 14- 16.) El libro de Revelación (1 2: 7, 10, 1 2) menciona a Miguel con relación al establecimiento del reino de Dios y enlaza este acontecimiento con disturbios para la Tierra: «Y estalló guerra en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con el dragón, y el dragón y sus ángeles combatieron [. . .]. Y oí una voz fuerte en el cielo decir: ‘ ¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque ha sido arrojado hacia abajo el acusador de nuestros hermanos [. . . J! A causa de esto, ¡alégrense, cielos, y los que residen MIGUEL en ellos! ¡Ay de la tierra y del mar! «‘ . Después se representa a Jesucristo dirigiendo a los ejércitos celestiales en guerra contra las naciones de la Tierra. (Rev. 19: 1 1 – 16.) Esto significaría para ellas un período de aflicción que lógicamente estaría incluido en el «tiempo de angustia» que llegaría después que Miguel se pusiese en pie. (Da 1 2: 1.) Ya que el Hijo de Dios tiene que luchar contra las naciones, es razonable que fuese él quien previamente combatiera con sus ángeles contra el dragón sobrehumano, Satanás el Diablo, y sus ángeles”[14]
Sin embargo, ¿Son dichos versículos una base legítima para enseñar que Cristo y Miguel son la misma persona?

UNA CREENCIA SIN BASE BÍBLICA SÓLIDA
Definitivamente no, la Biblia no apoya la creencia herética de que Jesús y Miguel sean la misma persona, y por varias razones. En primer lugar, cuando los defensores de esta creencia usan 1 Tesalonicenses 4:16 para tratar de probar que Jesús es el Arcángel Miguel solo porque Él viene “con voz de Arcángel” cometen un error garrafal. Ciertamente, dicho versículo afirma que: “el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios”, descenderá del cielo. Sin embargo, el hecho que Jesús venga con voz de arcángel no quiere decir que Él es el arcángel Miguel. Por otro lado, el mismo versículo dice que Cristo también viene con trompeta de Dios, pero nosotros (y mucho menos los Testigos de Jehová) jamás utilizaríamos este pasaje (usando el mismo razonamiento) para decir que eso significa que Él es Dios el Padre.
En 2 Tesalonicenses 1:7-8, nosotros leemos que “…cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego…” Eso nos da a entender que Jesús vendrá junto con el ángel que da el grito, es decir, con Miguel; por lo que ambos no podrían ser el mismo individuo. En Zacarías 14:5-6, leemos que: “… vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos. Y acontecerá que en ese día no habrá luz clara, ni oscura.”. Cuando comparamos este pasaje de la venida de Jehová con la venida de Cristo descrita en 2 Tesalonicenses 1:7 y Mateo 24:29-31, es obvio que la venida de Jehová en Zacarías es la de Jesús que vendrá con “sus ángeles” en Mateo 24 y 2 Tesalonicenses. Obviamente, Cristo es Jehová, no Miguel.
En segundo lugar, de acuerdo con Daniel 10:5-13, Miguel es visto como uno de los príncipes principales, pero no necesariamente el único y ni siquiera el mayor. Dichos versículos dicen:
“Y alzando mis ojos miré, y he aquí un varón vestido de lienzos, y ceñidos sus lomos de oro de Ufaz: Y su cuerpo era como piedra de Tarsis, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de metal resplandeciente, y la voz de sus palabras como la voz de ejército… Mas el príncipe del reino de Persia se puso contra mí veintiún días: y he aquí, Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y yo quedé allí con los reyes de Persia” (Daniel 10: 5-13).
Si Miguel es uno de los principales, entonces no es el principal. Jesús, por otro lado, es más que solo un “Príncipe” o un “gobernante.” La Biblia llama a Jesús “Rey de Reyes” y “Señor de Señores.” (Apocalipsis 17:14; 19:16) Este título indica una autoridad y una soberanía absoluta, algo muy diferente a ser “uno de los principales príncipes”. Además, si Miguel fuera Cristo, este ángel no se referiría a él como quien habla de un ayudante, sino como de un superior, puesto que Jesucristo es Señor y Dios.

En tercer lugar, la Biblia rechaza la idea que Jesucristo fuera un simple ángel encarnado. En Hebreos 1:5 se declara enfáticamente:
“Porque ¿A cuál de los ángeles dijo Dios jamás: ‘mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy’ y otra vez, ‘yo seré a él Padre y él me será a mí, Hijo?”
Es obvio que Jesús es de naturaleza superior a los ángeles; Él no es uno de ellos. Hebreos 1:6 dice que cuando el Padre trajo al mundo al Hijo de Dios, él dijo, “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.” Esto es así porque Cristo no es un ángel, sino superior a ellos en todo sentido.
En cuarto lugar, si analizamos lo que dice Judas 1:9 veremos que allí se presenta al arcángel Miguel contendiendo con el Diablo, disputando con él sobre algo que tenía que ver con el cuerpo de Moisés. Sin embargo, ¡Cristo no tiene que disputar con Satanás, solamente tiene que darle órdenes! Eso lo vemos incluso estando Cristo en carne, cuando se hizo un poco menor que los ángeles al hacerse hombre. Estando vestido de carne todavía podía darle órdenes a Satanás, como lo hizo durante su tentación en el desierto, que ordenó a Satanás que se fuera, y Satanás tuvo que irse, no pudo contender con Cristo (Véase Mateo 4:10-11). Desde el momento que Miguel contiende con Satanás es porque Miguel no es Cristo, sino un ser de inferior categoría que la de Cristo.
Jesús no solamente ordenaba a Satanás, sino que también le daba órdenes a una legión de demonios, como ocurrió en el asunto de los cerdos que se ahogaron. En todo el evangelio se ve que los demonios temían a Jesús. Le rogaban que no los enviase al abismo; de donde se ve la clase de potencia y autoridad que tenía el Señor, aun estando en carne. Cristo no forcejeaba con los demonios, les ordenaba que se fueran de esa persona, e inmediatamente lo obedecían. Él no tenía que contender, ni disputar con los demonios. ¿Cómo pueden decir entonces los adventistas y Testigos de Jehová que Miguel es Cristo y que tenía que forcejear con Satanás, como si ambos fueran semejantes en gloria y poder? ¿Cómo pudo Calvino y sus seguidores creer tal cosa? Leemos: «Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el Diablo, disputando sobre el cuerpo de Moisés, no se atrevió a usar de juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda.» (Judas 1: 9).

De Cristo sin embargo leemos:
“Y cuando él hubo llegado a la otra ribera, al país de los a gergesenos, le vinieron al encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, de modo que nadie podía pasar por aquel camino. Y he aquí, clamaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver contigo, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos a antes de tiempo? Y estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. Y los demonios le rogaron, diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. Y les dijo: Id. Y ellos salieron y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó al mar por un despeñadero, y murieron en las aguas.” (Mateo 8:28-32).
Es evidente que Cristo y Miguel no son la misma persona. Cristo, aun estando en la carne, era infinitamente más poderoso que Satanás y todos sus demonios juntos. El Arcángel Miguel no podía ordenarle a Satanás que se fuera, sino que tuvo que invocar el Nombre de alguien mayor que él. Cristo, por otro lado, se bastaba a sí mismo, no tenía necesidad de que nadie lo ayudara, tampoco necesitó invocar el nombre de alguien más que Él mismo. Por lo tanto, Miguel no es Jesucristo; es un ser celestial de rango inferior, subordinado a la autoridad del Hijo de Dios, la Segunda Persona de la Trinidad, nuestro Señor Jesucristo.

¡SORPRESA!
A menudo se suele ver a los pentecostales como el “patito feo” del protestantismo, sobre todo en círculos reformados. Muy frecuentemente al pentecostalismo se le suele designar como la fuente de las herejías modernas y las modas teológicas heterodoxas. Esto ha provocado que muchos pentecostales lleguen a sentirse avergonzados de su fe o que, en el peor de los casos, algunos de ellos opten por convertirse a la aparentemente respetable “fe reformada” que los ataca con sus burlas y argumentos mordaces. Pero lo cierto es que, en el mercado de las herejías, los grupos reformados no se quedan atrás. Bajo la consigna “ser reformado es ser bíblico” se esconde una larga historia de grupos heterodoxos y corrientes teológicas de dudosa reputación que han visto la luz gracias a este sistema. Es más bien la idolatría reformada hacia los grandes teólogos fundadores de su fe (sobre todo Calvino) lo que les impide tener una dosis suficiente de realidad. Nuestras diferencias y desacuerdos van más allá del famoso TULIP (las mal llamadas “Doctrinas de la Gracia”) y, en próximos artículos analizaremos más creencias de este tipo.

REFERENCIAS:
[1] Perspicacia para Comprender las Escrituras, Tomo II, pág. 387.
[2] Early Writings, pág. 164.
[3] Spiritual Gifts, vol. 2, pág. 276.
[4] Spiritual Gifts, vol. 4a, pág. 58.
[5] Testimonies for the Church, vol. 1, pág. 659.
[6] Testimonies for the Church, vol. 9, pág. 239.
[7] Lutero, Martín, WABL 11:2:108.
[8] Comentario sobre Daniel, Volumen 2, véase: https://www.ccel.org/c/calvin/comment3/comm_vol25/htm/v.x.htm?fbclid=IwAR3VOTc2zlsnwzrUVZV2aSq2MbgbiTyILsBF7W-AGIdfNzY9sJ4Kz0M7gpg
[9] Geneva Bible Translation Notes
[10] Newton, Isaac, Irenicum, Folio 33, The Newton Project, Bringing the Works of Isaac Newton to life. Imperial College, London, 2005
[11] Exposition on the Entire Bible. Véase: https://www.studylight.org/commentaries/eng/geb/daniel-10.html
[12] Barnes, Albert, Notes on the Bible, Dan 10:13.
[13] Comentario Conciso, Dan. 12:1-4.
[14] Perspicacia para Comprender las Escrituras, Tomo II, pág. 387.
Bendiciones… En mis lecturas de Wesley Explanatory Notes del libro de Daniel, específicamente el capítulo 10, versículos 13 y 21, John Wesley presenta como una creencia de la época el asociar al arcángel Miguel con el Mesías aunque él mismo no lo afirma de manera directa. Cito y traduzco las referencias. Daniel 10.13: “Michael here is commonly supposed to mean Christ.” (aquí Miguel comunmente se supone que significa Cristo), y en Daniel 10.21: “Michael – Christ alone is the protector of his church, when all the princes of the earth desert or oppose it.” (Miguel – Sólo Cristo es el protector de su iglesia cuando todos los príncipes de la tierra abandonan o se oponen) donde Wesley no interpreta ni afirma la correspondencia entre ambos personajes sino, más bien realiza una aplicación comparativa de así como Miguel fungió de protector para con Israel, Jesús es el Protector de Su iglesia.
A pesar de la referencia anterior, Wesley no afirma ni defiende la postura de que el Hijo de Dios y el arcángel Miguel sean la misma persona.
Que el Señor le continúe bendiciendo. Saludos desde la República Dominicana.
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