Por Fernando E. Alvarado
INTRODUCCIÓN
El Premilenialismo (o Premilenarismo, conocido históricamente como Quiliasmo y más propiamente como Milenarismo), es una enseñanza escatológica que dice que la Segunda Venida de Cristo ocurrirá antes de Su Reinado Milenial, y que el Reino Milenial es literalmente de un período de 1,000 años donde Cristo va a reinar sobre la tierra.[1]
Este modelo de interpretación se puede dividir en dos corrientes principales: el Premilenialismo Histórico y el Premilenialismo Dispensacional. Esta postura teológica se desprende primordialmente de Apocalipsis 20, pero está vinculada concomitantemente a las promesas de reino futuro tanto en el Antiguo Testamento como en las palabras de Jesús (Hechos 1:6-7).
ORÍGENES DEL PREMILENIALISMO
El término Premilenialismo o Premilenarismo no era manejado sino hasta mediados del siglo XIX. Hasta ese momento solo se lo conocía como milenarismo, que fue el término acuñado por los primeros padres de la Iglesia. De hecho, el punto más impactante en la escatología de la edad pre-nicena es el prominente quiliasmo, que es la creencia en un reino visible del Cristo glorificado sobre la tierra con los santos resucitados por un período de mil años y antes de la resurrección general y juicio final.[2]
Aunque la doctrina del Quiliasmo o milenarismo no fue plasmada en algún credo o forma de devoción, distinguidos eruditos de los primeros siglos del cristianismo como Bernabé, Papías, Justino Mártir, Ireneo, Tertuliano, Metodio y Lactancio confirman, a través de sus escritos, que el quiliasmo era la doctrina aceptada por la iglesia primitiva.[3] Fue en siglos posteriores que autores y teólogos como Cayo, Orígenes, Dionisio Magno, Eusebio (y más adelante Jerónimo y Agustín) se opusieron al milenarismo, abandonando la fe de la iglesia antigua.[4]
El quiliasmo puede trazar sus orígenes incluso con anterioridad al período neotestamentario. Existe literatura judía temprana que alude a un reino mesiánico temporal previo al estado eterno, como IV Esdras 12:34, II Baruc 24:1-4; 30:1-5; 39:3-8; 40:1-4; Jubileos 1:4-29 y 23:14-31. La creencia judía en una era mesiánica terrenal transitoria continuó expandiéndose durante y más allá del tiempo de la redacción del libro del Apocalipsis.[5]
Entre los denominados Padres de la Iglesia Primitiva, Justino Mártir, en el siglo II, fue uno de los primeros escritores cristianos que declaró concordar con la creencia judía de un reino mesiánico temporal previo al estado eterno. En sus ideas escatológicas, Justino comparte los puntos de vista de los quiliastas respecto al milenio. Justino afirmó que habrá dos resurrecciones, una de los creyentes antes del reino de Cristo y luego una resurrección general más adelante. Justino escribió en el capítulo LXXX de su obra Diálogo con Trifo:
“Yo y otros cristianos en nuestros justos juicios estamos convencidos de que habrá una resurrección de muertos, y un bloque de mil años en Jerusalén que luego será erigido… porque Isaías habló en esos términos respecto a este período de mil años”.[6]
Ireneo (130-202), el otrora Obispo de Lyon en el siglo II, fue un premilenialista declarado. Es mejor conocido por sus tomos voluminosos escritos contra la amenaza gnóstica del segundo siglo, comúnmente conocido como Contra Las Herejías. En el quinto libro Contra Las Herejías, Ireneo se concentra primordialmente en escatología. En un pasaje él defiende el Premilenialismo al argüir que un futuro reino terrenal era necesario por causa de la promesa de Dios a Abraham. En otra porción Ireneo también explica que la bendición a Jacob “pertenece incuestionablemente a los tiempos del reino cuando los justos llevarán espada luego de levantarse de entre los muertos”.[7]
Muchos de estos teólogos y otros de la iglesia primitiva expresaron su creencia en el Premilenialismo por medio a su aceptación de la tradición sexta-septimilenial. Esta postura aduce que la historia humana continuará por 6,000 años y luego disfrutará de un sabático de 1000 años (el reino milenial), de ese modo toda la historia humana consistirá de un total de 7.000 años previo a la nueva creación.
Por todo lo anterior, aunque hay otras posturas en relación con el Milenio, es evidente que la historia de la iglesia tiene un marcado énfasis premilenial. Hoy en día, el premilenialismo se divide en dos escuelas de pensamiento principales: El premilenialismo histórico y el dispensacional. Analicemos brevemente cada una de estas posturas premilenialistas.
POSTULADOS DEL PREMILENIALISMO HISTÓRICO[8]
El Premilenialismo Histórico o Clásico es distintivamente no Dispensacional. Esto significa, entre otras cosas, que no ve distinción teológica radical entre Israel y la Iglesia. A menudo se perfila como post-tribulacional, lo cual significa que el arrebatamiento de la iglesia ocurrirá luego de un período de tribulación. El Premilenarismo Histórico se adhiere al Quiliasmo por causa de su enfoque de que la Iglesia será arrebatada para recibir a Jesús en el aire y de inmediato escoltarlo a la tierra, a fin de establecer su gobierno de mil años literales. Entre los proponentes de esta postura se encuentran Charles H. Spurgeon, George Eldon Ladd, Francis Schaeffer y Albert Mohler. A grandes rasgos, el Premilenialismo Histórico, o clásico, enseña que:
(1. La Iglesia de la era del Nuevo Testamento es la fase inicial del reino de Cristo como fuese profetizado por los profetas del Antiguo Testamento.
(2. La Iglesia al final no tendrá éxito en su misión de discipular a todas las naciones a medida que la maldad crezca mundialmente hacia el final de la era eclesiástica.
(3. La Iglesia atravesará la Gran Tribulación, un tiempo de prueba mundial sin precedentes que marcará el cierre de la historia contemporánea.
(4. Cristo retornará al final de la Tribulación a arrebatar a la Iglesia, a resucitar a los santos fallecidos y al juicio de los justos en “un abrir y cerrar de ojos”.
(5. Cristo luego descenderá a la tierra con Sus santos glorificados, peleará la batalla del Armagedón, atará a Satanás y establecerá un reino político mundial que será personalmente administrado por Él por 1,000 años desde Jerusalén.
(6. Al final del milenio (Ap. 20:3-8), Satanás será suelto y se materializará una rebelión masiva contra Cristo, contra Su reino y contra Sus santos.
(7. Dios interviene con álgido juicio para librar a Cristo y a Sus santos. La resurrección y juicio de los malvados se lleva a cabo e inicia el estado eterno.
POSTULADOS DEL PREMILENIALISMO DISPENSACIONAL[9]
El Premilenialismo Dispensacional inició alrededor del 1830, como fuese planteada por John Nelson Darby. Simplificando un poco esta postura, podríamos decir que el Premilenialismo Dispensacional entiende que la nación de Israel será salvada y restaurada a un lugar de preeminencia durante el Milenio. Además, y de manera general, los que se suscriben a esta enseñanza creen en un rapto pre-tribulacional. Es decir, que los escogidos no han de pasar por toda o la mayor parte de la Gran Tribulación. Esta postura es sostenida por eruditos modernos como Donald Barnhouse, Norman Geisler y Evis L. Carballosa. Entre los principales postulados del Premilenialismo Dispensacional podemos mencionar:
(1. La era eclesiástica es una era totalmente distinta y no anticipada en el plan de Dios. En toda su amplitud, era desconocida e inesperada por los profetas del AT. Es entendida como un “paréntesis”.
(2. Dios tiene un programa separado y un plan distinto para el Israel étnico que se distingue del de la Iglesia.
(3. Cristo volverá secretamente desde los cielos para arrebatar a los santos que aún viven (1.ª fase de su Segunda Venida) y resucitar los cuerpos de los santos ya fallecidos (1.ª Resurrección). Estos serán sacados del mundo antes de la Gran Tribulación. El juicio de los santos se efectuará en los cielos durante el período de los 7 años de Tribulación antes del retorno corporal de Cristo a la tierra.
(4. Al cierre de los 7 años de la Gran Tribulación, Cristo descenderá visiblemente con Sus santos a la tierra (2.ª fase de su Segunda Venida), a fin de establecer y administrar personalmente un reino político judío con sede en Jerusalén por 1,000 años. Durante este tiempo, Satanás será atado y el templo y sistema de sacrificios será restablecido en Jerusalén como memorial. Es en este tiempo cuando Dios cumple las promesas que hizo a los judíos.
(5. Hacia el final del Reino Milenial, Satanás será desatado para nuevamente salir a engañar a las naciones.
(6. Cristo hará descender fuego del cielo para destruir a Sus enemigos. Ocurre entonces la resurrección (Muerte Segunda) dando paso al juicio del Gran Trono Blanco para los impíos, iniciando el estado eterno.
(7. Los dispensacionalistas entienden que los judíos y la iglesia pertenecen a dos distintos pueblos de Dios.
La mayoría de los dispensacionalistas creen en un arrebatamiento secreto antes de la Gran Tribulación. A esto se lo conoce como pretribulacionismo. Otros creen que el arrebatamiento sucederá 3 años y medio luego del inicio de la Gran Tribulación, a lo que se le llama midtribulacionismo. Aun otros creen en el postribulacionismo presentado en el Premilenialismo histórico.
Hay premilenialistas que creen que Dios solo tiene un pueblo (el olivo silvestre en Romanos 11).
EL PROBLEMA CON EL PREMILENIALISMO DISPENSACIONAL
Como todo modelo interpretativo, el premilenialismo no está libre de cuestionamientos. La mayoría de ellos tienen que ver sobre todo con el premilenialismo dispensacional, el cual se aparta en muchos aspectos de la tradición premilenialista sostenida históricamente. A menudo se cita la restauración del templo y el sistema de sacrificios como el talón de Aquiles del premilenialismo dispensacional. El dispensacionalismo clásico enseña (basado en una interpretación literal del templo que describe Ezequiel 40–46, en Daniel 9:27; 12:11; 2 Tesalonicenses 2:4 y Apocalipsis 11:1-2) que en el reino milenial futuro se reinstaurarán los sacrificios al modo del Antiguo Testamento. Una poderosa refutación y crítica a este punto de vista es el señalamiento de que Cristo es el Cordero inmolado que ya dio Su vida y derramó Su sangre en sacrificio por Su Iglesia, y en Su calidad de mediador y agente catalizador del Nuevo Pacto, ya no es necesario ofrecer oblaciones ni sacrificios de animales que solo constituían una sombra del sacrificio perfecto que habría de venir: habiéndolo consumado todo, hace obsoleto el Viejo.
FORTALEZAS DEL PREMILENIALISMO[10]
Ante esos dos cuestionamientos, las fortalezas del premilenialismo superan con creces cualquier aparente debilidad en dicho sistema. Por ejemplo:
(1. La frase “esta es la primera resurrección” en Apocalipsis 20:5 implica que habrá otra resurrección, separando así una resurrección de creyentes con una resurrección general para condenación (cp. Ap. 20:11-15).
(2. La pregunta hecha a Jesús: “Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?” (Hechos 1:6-7). Él pudo haberles desmentido, o al menos aclararle que no habrá tal cosa como un reino en particular destinado a un Israel étnico. Sin embargo, solo se limitó a comunicarles que no era asunto de su incumbencia.
(3. La contundente y explícita declaración de Jesús en Mateo 19:28: “vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel”.
(4. Apocalipsis 5:10 declara: “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Apocalipsis 1:6; 19:15; 12:5; 2:27).
(5. En cuanto a la literalidad de la frase “mil años”, repetida 6 veces en Apocalipsis 20:2-6, es importante entender que dentro del libro tenemos elementos concretos; el libro no es simbólico sino simbiótico. Muy pocos cuestionan el número 7 en Apocalipsis como no literal. Muy pocos ponen en tela de juicio que los 144 mil sellados no sea un número literal (Apocalipsis 7:14). Pocos argumentan que las 12 puertas de 12 perlas en la Nueva Jerusalén no sean literales (Ap. 21:21). Nadie reclama que los 4 seres vivientes o los 4 ángeles no sean 4 criaturas en específico (Apocalipsis 7:2, 11; 9:14; 14:3). Si este es el caso, ¿por qué pensar en estos “mil años” como algo no literal?
(6. Quizá la mayor fortaleza del premilenialismo es su apropiado método para la interpretación de la Escritura. El método de interpretación bíblica empleada por los premilenialistas requiere que la Escritura sea interpretada de manera que sea consistente con su contexto. Esto es, que un pasaje debe ser interpretado de manera que sea coherente con la audiencia para quién fue escrita, aquellos de quiénes se escribe, por quiénes fue escrito, etc. Es crucial conocer al autor, la audiencia a quién se proyecta, y los antecedentes históricos de cada pasaje que se interpreta. Al establecer el aspecto histórico y cultural, con frecuencia revelará el significado correcto que tiene un pasaje.
También es importante recordar que, en el modelo premilenialista, la Escritura interpreta la Escritura. Esto es, muchas veces un pasaje cubrirá un tópico o tema que también se trata en alguna otra parte de la Biblia. Es importante interpretar todos estos pasajes consistentemente el uno con el otro. Pero lo más importante: Los pasajes deben siempre ser tomados en su significado normal, regular, sencillo, y literal, a menos que el contexto del pasaje indique que es de naturaleza figurativa. Una interpretación literal no elimina la posibilidad de que se usen figuras literarias. Más bien, anima al intérprete a no leer el lenguaje figurativo en el significado de un pasaje, a menos que sea apropiado para ese contexto. Es crucial nunca buscar un significado “más profundo, más espiritual” que el que es presentado. Espiritualizar un pasaje es peligroso, porque cuando se hace, las bases para la verdadera interpretación se colocan en la mente del lector, en lugar de las que vienen de las Escrituras. En este caso, no puede haber parámetros objetivos de interpretación, sino que la Escritura se convierte en objeto de la impresión y significado propio de todas y cada una de las personas que la leen. Esta ha sido la falta grave cometida por modelos escatológicos como el amilenialismo y el postmilenialismo. En cambio, 2 Pedro 1:20-21 nos recuerda:
“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo”.
(7. El premilenialismo distingue entre Israel (los descendientes físicos de Abraham) y la Iglesia (todos los creyentes del Nuevo Testamento), considerándolos dos grupos diferentes. Entender que Israel y la Iglesia son distintos es de vital importancia porque, si esto no es comprendido, la Escritura será malinterpretada. Específicamente, los pasajes que tratan con las promesas hechas a Israel (tanto cumplidas como por cumplir) son propensos a malentenderse y malinterpretarse si uno trata de aplicarlos a la iglesia, y viceversa. Por ejemplo, en Génesis 12:1-3, leemos:
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.
Aquí Dios promete a Abraham tres cosas: que Abraham tendría muchos descendientes, que esta nación ocuparía y poseería una tierra, y que del linaje de Abraham (los judíos) vendría una bendición universal que llegaría a toda la humanidad. En Génesis 15:9-17, Dios ratifica Su pacto con Abraham. En la manera en que esto es hecho, Dios coloca toda la responsabilidad del pacto sobre Él mismo. Esto es, no había nada que pudiera hacer Abraham que ocasionara el fracaso del pacto que Dios hizo. También en este pasaje, se establecen las fronteras para la tierra que los judíos eventualmente ocuparían. Para una lista detallada de los límites, basta con leer Deuteronomio 34. Otros pasajes que tratan con la promesa de la tierra son Deuteronomio 30:3-5 y Ezequiel 20:42-44.
También, en 2 Samuel 7:10-17 vemos la promesa hecha por Dios al rey David. Aquí Dios le promete a David que tendrá descendientes y que de esos descendientes Dios establecerá Su reino eterno. Esto se refiere al gobierno de Cristo durante el Milenio, y para siempre. Es importante tener en mente que esta promesa debe ser cumplida literalmente, y que aún no ha tenido lugar. Algunos creerían que el gobierno de Salomón fue el cumplimiento literal de esta profecía, pero hay un problema con eso. El territorio sobre el cual Salomón reinó, no es propiedad de Israel en la actualidad, y Salomón tampoco reina sobre el Israel actual. Puesto que Dios prometió a Abraham y a sus descendientes que poseerían la tierra para siempre, y que en 2 Samuel 7 se nos dice que Dios establecería un Rey que reinaría eternamente, resulta obvio que Salomón no pudo ser el cumplimiento de la promesa hecha a David. Por consiguiente, esta es una promesa que aún tiene que ser cumplida. Con esto en mente, podemos examinar lo registrado en Apocalipsis 20:1-7 y concluir que los mil años que son mencionados repetidamente en Apocalipsis 20:1-7 corresponden literalmente al reinado de 1,000 años de Cristo sobre la tierra. ¿Por qué? Porque la promesa hecha a David respecto al reinado, tiene que ser cumplida literalmente, y aún no ha tenido lugar. El Premilenialismo ve que este pasaje describe el futuro cumplimiento de la promesa con Cristo en el trono. Dios hizo pactos incondicionales con ambos, Abraham y David. Ninguno de estos pactos ha sido cumplido total o permanentemente. La única manera de que estos pactos puedan ser cumplidos como Dios prometió que serían, es el literal y físico reinado de Cristo en la tierra.
La aplicación del método de interpretación literal de la Escritura empleado por el premilenialismo, da como resultado que las piezas del rompecabezas se unan. Todas las profecías del Antiguo Testamento sobre la Primera Venida de Jesucristo fueron cumplidas literalmente. Por lo tanto, debemos esperar que las profecías respecto a Su Segunda Venida, también sean cumplidas literalmente. El Premilenialismo es el único sistema que concuerda con una interpretación literal de los pactos de Dios y la profecía del fin de los tiempos.
Al analizar todos estos aspectos, no nos resulta extraño qué la iglesia primitiva adoptara el modelo premilenialista como su sistema de interpretación escatológica.
CONCLUSIÓN
Como se mencionó al inicio de este artículo, el premilenialismo es el punto de vista de que la Segunda Venida de Cristo ocurrirá antes de Su Reinado Milenial, y que el Reino Milenial es literalmente de un período de 1,000 años donde Cristo va a reinar sobre la tierra. El premilenialismo fue el sistema escatológico creído y aceptado por la iglesia primitiva. A grandes rasgos, el premilenialismo enseña que en los últimos tiempos habrá un Período de Tribulación en el cual un anticristo emergerá y Dios derramará Su ira sobre el mundo. Al final de este Tribulación, Jesús regresará visible y físicamente a la tierra para derrotar a Satanás y al anticristo, y luego él establecerá un reino milenario en la tierra. A esta hora, aquellos que murieron tiempo atrás como creyentes recibirán cuerpos humanos glorificados y reinarán con Cristo. Aquellos creyentes que sobrevivan la Tribulación también reinarán con Cristo. Durante este período, Satanás estará atado y echado al abismo. Al final de los 1,000 años Satanás será puesto en libertad y orquestará una rebelión final en contra de Dios. Él será derrotado y enviado permanentemente al lago de fuego.[11]
Todos los premilenialistas (históricos y dispensacionales) afirman que el milenio es un reino intermedio que dará paso al Reino Eterno (o el Estado Eterno) que será el destino final y condición para todos los creyentes. El Premilenialismo, pues, ve el milenio de Apocalipsis 20:1–6 como siendo cumplido en el futuro.
La principal diferencia entre el premilenialismo histórico y el dispensacional se encuentra en el hecho que, en el premilenialismo dispensacional, se incorpora la teoría de un Rapto Secreto al inicio o en medio de la Gran Tribulación. La Segunda Venida de Cristo es considerada un evento en dos fases: Cristo volverá secretamente desde los cielos para arrebatar a los santos que aún viven (1.ª fase de su Segunda Venida) y resucitar los cuerpos de los santos ya fallecidos (1.ª Resurrección). Estos serán sacados del mundo antes de la Gran Tribulación. El juicio de los santos se efectuará en los cielos durante el período de los 7 años de Tribulación antes del retorno corporal de Cristo a la tierra. Al cierre de los 7 años de la Gran Tribulación, Cristo descenderá visiblemente con Sus santos a la tierra (2.ª fase de su Segunda Venida), a fin de establecer y administrar personalmente un reino político judío con sede en Jerusalén por 1,000 años.
Muchas denominaciones e iglesias pentecostales se adhieren al premilenialismo dispensacional. Sin embargo, y tras un proceso de revisionismo doctrinal, estudio bíblicoprofundo y análisis histórico, algunas iglesias pentecostales y otros grupos evangélicos, están abandonando gradualmente el dispensacionalismo como tal y con el la idea de un futuro rapto secreto de la Iglesia.
REFERENCIAS
[1] Ladd, George Eldon. Las últimas cosas . Grand Rapids: Eerdmans, 1988.
[2] Ernst Lee Tuveson (1949). Millennium and Utopia. Berkeley: University of California Press.
[3] Alcañiz S.J., Florentino; Castellani, Leonardo (1962). La Iglesia patrística y la parusía. Buenos Aires: Ediciones Paulinas.
[4] Phillip Schaff, Historia de la Iglesia Cristiana. Tomo I, Hendrickson Publishers, Inc. (2006)
[5] Duby, Georges (1988). El año mil: Una nueva y diferente visión de un momento crucial de la historia. Editorial Gedisa.
[6] Jústino Mártir, Diálogo con Trifo, Cap. LXXX.
[7] Ireneo de Lyon, Contra las Herejías, Libro V.
[8] Peters, FNB El Reino Teocrático . 3 Vols. Grand Rapids: Kregel, 1952.
[9] Osbourne, Grant R., Apocalipsis. Comentario Exegético Baker del Nuevo Testamento (Baker: Grand Rapids: 2002).
[10] Ryrie, Charles C. La base de la fe Premilenial . Neptuno, NJ: Loizeaux Hermanos, 1953.
[11] Walvoord, John . El Reino del Milenio . Grand Rapids: Zondervan , 1959.