Creemos en un solo Dios, Creador de todas las cosas […]; que posee un conocimiento perfecto y exhaustivo del pasado, presente y futuro»
Declaración de Fe de la Sociedad de Evangélicos Armininianos, Art. 2

Por Fernando E. Alvarado
El “Teísmo Abierto” (también conocido como “apertura teológica” y la “apertura de Dios”), es un intento por explicar la presciencia de Dios en relación con el libre albedrío del hombre. El argumento del teísmo abierto esencialmente es éste:
(1) Los seres humanos son verdaderamente libres.
(2) Si Dios conociera absolutamente todo el futuro, los seres humanos no podrían ser realmente libres.
(3) por lo tanto, Dios no sabe absolutamente todo sobre el futuro.
El Teísmo Abierto sostiene que el futuro es desconocido. Por lo tanto, Dios conoce todo lo que puede ser conocido – pero Él desconoce el futuro. El Teísmo Abierto basa estas creencias en partes de la Escritura donde se describe a Dios como “arrepintiéndose”, o “sorprendiéndose” o “cambiando de parecer” (Génesis 6:6; 22:12; Éxodo 32:14; Jonás 3:10).[1]

ARMINIANISMO Y TEÍSMO ABIERTO
En general, los teístas abiertos quieren ser considerados arminianos. La mayoría de ellos eran arminianos antes de convertirse en teístas abiertos; por tal razón, todavía se consideran a sí mismos como arminianos. Son pocos los teístas abiertos que saltaron desde una versión de la teología reformada al teísmo abierto. En general, los arminianos se oponen a la inclusión de los teístas abiertos entre sus filas, negándose a tratar el teísmo abierto como una variación del arminianismo. Hay muchas razones para eso.
Entre los evangélicos, el arminianismo ha sido aceptado como una tradición respetable incluso por la mayoría de los evangélicos reformados que están totalmente en desacuerdo con él. Por ejemplo. ¿Quién podría dudar seriamente que John Wesley sea considerado evangélico? Aunque hay algunos calvinistas y luteranos que quisieran hacer exclusivamente suya la etiqueta de «evangélico» y excluir a los arminianos, tal actitud no es vista con buenos ojos por la mayor parte del evangelicalismo moderno. Ya que consideran a los arminianos sus hermanos en la fe. Si el teísmo abierto fuese considerado arminiano, eso les daría a los teístas abiertos una voz, un lugar en la mesa, entre los evangélicos. Por otro lado, los arminianos que se oponen al teísmo abierto, e incluso algunos arminianos que simpatizan con el teísmo abierto, se oponen a que este se incluya como una variedad del arminianismo porque da crédito a la afirmación de los críticos calvinistas de que el arminianismo conduce al teísmo abierto (que afirman es herejía).
Para la mayoría de arminianos el teísmo abierto no es parte de sus filas ni debería llegar a serlo. Este mismo conflicto ha surgido también entre los arminianos evangélicos sobre el molinismo y su enseñanza del «conocimiento medio» y si es o no una versión válida del arminianismo. Muchos arminianos sí creen que Dios tiene conocimiento medio y lo usa en su providencia y predestinación de las personas. Incluso algunos estudiosos arminianos argumentan que Arminio era un Molinista (lo cual es totalmente falso). Otros arminianos se oponen rotundamente al conocimiento medio y especialmente a cualquier idea de que Dios lo usa en la providencia y la predestinación.

LO QUE DEFINE AL ARMINIANISMO
Si el calvinismo desea ser distinguido por su defensa de la soberanía de Dios, la clave del arminianismo es su defensa del carácter de Dios. Eso es lo que distingue principalmente al arminianismo del calvinismo. Todos los arminianos creemos que el Dios del calvinismo no puede ser entendido lógicamente como perfectamente bueno y amoroso y que solamente el arminianismo hace posible lógicamente ver a Dios como perfectamente bueno. Sí, por supuesto, el libre albedrío es una idea clave de la teología arminiana y la gracia preventiva como la fuente del libre albedrío con respecto a la aceptación del evangelio por parte de una persona. Pero el libre albedrío es por el carácter de Dios. Los arminianos, al menos los arminianos evangélicos, no creemos en el libre albedrío de manera humanista. Creemos en la «voluntad liberada» por gracia, porque creemos en la bondad relacional de Dios.
Este, por ejemplo, es el punto de ruptura entre el molinismo y el arminianismo, ya que el molinismo plantea interrogantes sobre la bondad de Dios, en la medida en que sugiere que Dios usa el conocimiento medio para determinar las decisiones y acciones de las personas. Debe recordarse que el punto central del conocimiento medio molinista es reconciliar el libre albedrío y el determinismo. Sin embargo, el arminianismo es esencialmente no determinista. El determinismo divino, incluso en su forma molinista, conduce lógicamente, inexorablemente, al mismo problema que el calvinismo clásico, una sombra proyectada sobre la bondad de Dios. El tema, por supuesto, es la intencionalidad divina con respecto al pecado y al mal y especialmente al infierno. Por lo tanto, resulta irónico que algunos arminianos sean molinistas y que el molinismo exista entre los arminianos.
El teísmo abierto, por otro lado, está más cerca del «corazón» del arminianismo en cuanto a que el carácter de Dios es absolutamente bueno. Sin embargo, existen también diferencias marcadas entre el arminianismo clásico y el teísmo abierto.

DIFERENCIAS ENTRE EL TEÍSMO ABIERTO Y EL ARMINIANISMO
Cuando el teísmo abierto apareció por primera vez en la escena evangélica con la publicación de “The Openness of God” a mediados de la década de 1990, muchos de los principales líderes evangélicos protestaron enérgicamente al respecto, negándose a aceptar el teísmo abierto como una opción evangélica legítima. Muchos arminianos, identificando ciertos peligros y errores teológicos en el teísmo abierto, lo rechazaron de inmediato. Los calvinistas, por su parte, vieron en el teísmo abierto una herejía peligrosa, otros argumentaron de forma maliciosa que el teísmo abierto es el arminianismo, ya sea como una rama de él, o argumentando que el teísmo abierto es el arminianismo llevado a su extremo lógico. Obviamente, estoy en desacuerdo con ambas afirmaciones. Arminio no era un teísta abierto y, si estuviera vivo hoy, indudablemente rechazaría el teísmo abierto. Si bien rechazó el supralapsarianismo, Arminio creía firmemente en la doctrina de la Divina Providencia sobre todas las cosas; creyó en la soberanía de Dios y creyó que Dios conoce todas las cosas desde el principio hasta el final.
Esto claramente va en contra de las enseñanzas del teísmo abierto que, en esencia, cree que el futuro está parcialmente abierto en el sentido de que no todas las decisiones de las criaturas de libre albedrío son conocidas por Dios, sino que Dios «aprende» de las decisiones que tomamos y las ajusta a su plan. Arminio, por otro lado, creía que todo sucede de acuerdo con el propósito soberano de Dios y, si bien Dios no es la causa directa de todo, todas las cosas caen bajo su escrutinio y la mirada de su ojo soberano. Dios, en su omnisciencia, sabe todas las cosas. Como dice Isaías 41:23, este es uno de sus atributos naturales como Dios: “Digan qué nos depara el futuro; así sabremos que ustedes son dioses. Hagan algo, bueno o malo, para verlo y llenarnos de terror.” (NVI). No solo conoce el pasado y el presente, sino que también conoce el futuro. Jesús mismo, siendo Dios en la carne, sabía todas las cosas: “Jesús, que sabía todo lo que le iba a suceder, les salió al encuentro. —¿A quién buscan? —les preguntó.” (Juan 18:4, NVI).
Los arminianos sostenemos que Dios es soberano y que el futuro no está parcialmente abierto, sino que todos los eventos, todos los pensamientos, todas las acciones, todas las palabras, etc., son conocidos por Dios antes de que tengan lugar. ¿Cómo reconciliar esto con el libre albedrío? Los arminianos apelamos al conocimiento previo y exhaustivo de Dios. Dios conoce de antemano los eventos, elecciones, palabras, etc., antes de que tengan lugar y Él o bien permite que eso suceda o impone Su voluntad soberana. Cuando se trata de la salvación, creemos que la voluntad de Dios es que todos sean salvos (2 Pedro 3: 9) y creemos que Él ha dado a Su Hijo unigénito para cumplir Su voluntad (Juan 3:16) y que puede ser salvado todo aquel que cumpla las condiciones que Dios mismo por su soberanía ha impuesto para alcanzar la salvación, es decir, tener fe en Jesús (Juan 1: 12-13; 3: 16-17; 5:24; Romanos 5: 1; 10: 9 -10; Efesios 2: 8-9; Tito 3: 5-7; 1 Juan 5: 1) y arrepentirse (Lucas 13: 5; 24:47; Hechos 2: 38-39; 3:19; 11:18 17:30; 26:20; Romanos 2: 4; 2 Corintios 7:10; 2 Pedro 3: 9).
Muchos teístas abiertos se autodefinen como arminianos. Se dan cuenta de que parte de su teología es arminiana, pero se dan cuenta también de que gran parte de lo que creen acerca de la presciencia de Dios no se basa en las obras de Arminio. Son libres de mantener sus creencias sobre el futuro y las decisiones libres de los hombres, pero el teísmo abierto no es el arminianismo. De hecho, los arminianos tenemos mucho más en común con los calvinistas con respecto a la naturaleza de la omnisciencia de Dios que con los teístas abiertos.

PELIGROS EVIDENTES EN LAS AFIRMACIONES DEL TEÍSMO ABIERTO
Las implicaciones teológicas del teísmo abierto, ya sea que sus adherentes lo reconozcan o no, son sumamente peligrosas. Por ejemplo, los teístas abiertos jamás dirán que Dios es débil o impotente. Sin embargo, esa es la conclusión lógica de su doctrina, Ellos dicen, que Dios es capaz de predecir y ordenar ciertos eventos futuros debido a que es capaz de trabajar en el mundo y hacer que pasen ciertos acontecimientos cuando haya necesidad de estos. Por lo tanto, Dios pudo inspirar a los escritores del Antiguo Testamento a profetizar ciertos eventos y entonces, pudo asegurarse de que esos eventos ocurrieran en el momento preciso. Sin embargo, eso está lejos de presentar a Dios como plenamente soberano, lo cual sí enseñan las Escrituras.[2]
Aún más, los teístas abiertos afirman que ellos no niegan la omnisciencia de Dios. Ellos, de la misma manera como hacen los teólogos clásicos, declaran que Dios es, indudablemente, omnisciente. Pero ellos se diferencian en que Dios solo puede conocer lo que es conocible, y debido a que el futuro no ha sucedido todavía, el mismo no puede ser conocido ampliamente por Dios. Más bien, Dios solo conoce ampliamente el presente, incluyendo las inclinaciones, los deseos, los pensamientos y esperanzas de todas las personas. Tal Dios no es el Dios de la Biblia.[3]
Para empeorar las cosas, en el teísmo abierto, Dios puede cometer errores debido a que Él no conoce todas las cosas que ocurrirán en el futuro. De acuerdo con el teísmo abierto, Dios también toma riesgos y se adapta a las escogencias del libre albedrío de las personas. Ellos afirman tener apoyo bíblico para esta posición al citar Escrituras donde Dios se arrepiente (Éxodo 32:14; Isaías 5:3-7; Génesis 22:12; etc.).
Finalmente, el teísmo abierto presenta al Dios de la ortodoxia cristiana, como distante, controlador e inflexible, mientras que el Dios de la “apertura” se involucra, se adapta, es amoroso, interactúa y cuida de la humanidad.[4] Todo eso suena atractivo humanísticamente hablando, pero no encaja totalmente con lo que la Biblia dice de Dios. Y es ahí donde reside el problema: Un dios que no encaja con la descripción bíblica del Ser Supremo no es un Dios real, sino una creación de la mente humana.
El cristianismo ortodoxo declara que Dios conoce todas las cosas ampliamente, aun todo lo futuro (1 Juan 3:20; Juan 21:17). La soberanía de Dios (sin caer en los extremos del determinismo calvinista) es claramente enseñada en la Escritura y Su soberanía está ligada a Su omnisciencia. El cristianismo ortodoxo enseña que Dios es muy amoroso, que está involucrado con Su creación y aun condesciende a colocarse a nuestro nivel e interactúa con nosotros de manera que podamos entender. Esto significa que veremos lo que parecen ser ejemplos de Dios como, arrepintiéndose, sorprendiéndose, y adaptándose. Pero todo esto se debe a que Dios trabaja con criaturas que tienen una visión limitada, tienen períodos cortos de vida y son pecadores. Dios debe entonces trabajar a nuestro nivel debido a que nosotros no podemos hacerlo al Suyo.
Ahora bien, la pregunta acerca del conocimiento de Dios del futuro es muy importante ya que trata con la definición verdadera de la naturaleza de Dios con relación a la naturaleza del futuro. ¿Es o no Dios omnisciente acerca del futuro? ¿Existe o no Dios en el futuro? ¿Está o no Dios limitado solo al presente? Las respuestas a estas preguntas reflejan la misma naturaleza y el ámbito de la existencia de Dios. Los teístas abiertos están impulsando una descripción de Dios que lo reduce de conocer todas las cosas. Para el teísta abierto Dios conoce el pasado y el presente, pero posee un desconocimiento absoluto del futuro. En el teísmo abierto, la omnipresencia de Dios también se encuentra en juego debido a que niega la existencia del futuro y, por lo tanto, niega la omnipresencia de Dios en el futuro

¿ES REALMENTE EL TEÍSMO ABIERTO EL SIGUIENTE PASO LÓGICO DEL ARMINIANISMO? ¿NO ES MÁS BIEN EL DETERMINISMO CALVINISTA LO QUE ESTÁ LLEVANDO A MUCHOS A ABRAZAR EL TEÍSMO ABIERTO?
No, no lo creo. En realidad, es el determinismo calvinista, y no el arminianismo, lo que conduce al teísmo abierto. Tanto los calvinistas como los teístas abiertos están de acuerdo en que, si Dios no determinó «todo lo que suceda», entonces Dios no podría saberlo infaliblemente. Así que los calvinistas toman la bifurcación en el camino que dice que Dios lo sabe todo, porque lo ha determinado todo, mientras que los teístas abiertos toman la bifurcación en el camino que dice que Dios no lo determinó todo y, por lo tanto, no debe saberlo. Los teístas abiertos están de acuerdo con los calvinistas deterministas de que cualquier futuro que no esté cien por ciento escrito por Dios, sería información lógicamente incognoscible. En contraste, los arminianos declaramos que una supuesta «bifurcación en el camino» es un malentendido tanto de la omnisciencia divina como de la eternidad. Los arminianos adoptamos una perspectiva del «eterno ahora», ya que Dios sabe lo que Él sabe. En la concepción arminiana Dios es independiente del tiempo y, sin embargo, también puede interactuar con nosotros, pues es en el tiempo que lo conocemos.
Analicemos esto un poco más a profundidad: Según el calvinismo, Dios no puede conocer el futuro a menos que haya predeterminado el futuro. Por lo tanto, el problema evidente del calvinismo es que Dios debe predeterminar todo para saber algo. Pero ¿Por qué debemos asumir que Dios carece de la capacidad de conocer un evento sin causar que ocurra? ¿Acaso Dios no trasciende el tiempo y el espacio? Esto es lo que distingue a los arminianos tanto de los calvinistas como de los teístas abiertos. Los arminianos afirmamos que Dios conoce las elecciones indeterminadas y no causadas de los agentes libres, en virtud de su naturaleza eterna. De esta manera, los arminianos creemos que Dios puede conocer las elecciones futuras y autodeterminadas de los agentes libres porque Dios ya está allí, presente en lo que llamamos «el futuro» e interactuando con ellos. Esto es lo que a menudo se conoce como la perspectiva del «Eterno Ahora». Lo contrario ocurre con el calvinismo, el cual, en su intento por afirmar la soberanía de Dios y sostener sus ideas deterministas, sin darse cuenta niega la omnisciencia de Dios en su repudio de cualquier motivo sobre el cual basar el conocimiento previo divino exhaustivo de los acontecimientos futuros fuera del decreto de Dios. ¿Por qué se convierto esto en una negación de la omnisciencia de Dios? Sencillamente porque Si Dios debe decretar el futuro para saberlo, no es omnisciente.[5]
Para un calvinista determinista, esto simplemente significa que Dios también predeterminó todas las contingencias. Así que, en otras palabras, lo que tal o cual persona «habría» hecho, también habría sido predeterminado. Simplemente no existe el libre albedrío. El Dios calvinista debe predeterminar todo para saber algo. Es un ser limitado. Y puesto que para que Dios lo sepa todo, Él tuvo que decretarlo todo, esto inevitablemente conduce a la forma más estricta de determinismo, lo que inevitablemente conduce a la acusación de Dios como el «autor del pecado» que los calvinistas buscan evitar (aunque otros lo admitan francamente). El teólogo arminiano Michael Brown, señala de forma inteligente que “Hay algunos calvinistas que dicen que, si eres un verdadero arminiano, vas a seguir el camino del Teísmo Abierto, y por supuesto que lo rechazo categóricamente. Podría decirse también que, si eres un verdadero calvinista, seguirás el camino del fatalismo».[6]

CONCLUSIÓN
A la luz de muchas otras Escrituras que declaran el pre-conocimiento de Dios del futuro, declaraciones donde se describe a Dios como “arrepintiéndose”, o “sorprendiéndose” o “cambiando de parecer” (Génesis 6:6; 22:12; Éxodo 32:14; Jonás 3:10) deben ser entendidas como descripciones que Dios hace de Sí Mismo, de maneras que puedan ser entendidas por nosotros. Dios sabe qué acciones y decisiones tomaremos, pero Él “cambia de parecer” respecto a Sus acciones, basándose en las nuestras. El que Dios se “sorprenda” y se decepcione ante la maldad de la humanidad, no significa que Él desconociera lo que iba a ocurrir. En contradicción al Teísmo Abierto, el Salmo 139, versos del 4 al 16, dice que, “Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, Tú la sabes toda…. Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.” ¿Cómo pudo Dios predecir en el Antiguo Testamento los intrincados detalles acerca de Jesucristo, si Él no conociera el futuro? ¿Cómo pudo Dios de alguna manera garantizar nuestra eterna salvación, si Él no supiera lo que sucedería en el futuro?
Por último, el Teísmo Abierto falla en que trata de explicar lo inexplicable – la relación entre la presciencia de Dios y el libre albedrío del hombre. Al igual que fallan las formas extremas del calvinismo, en donde hacen de los seres humanos solo robots preprogramados, así en el Teísmo Abierto falla al rechazar la verdad de la omnisciencia de Dios. Dios debe ser comprendido a través de la fe, porque “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6). Por lo tanto, el concepto del Teísmo Abierto no es escrituralmente aceptable. Es simplemente otra manera en que el hombre finito trata de entender a un Dios infinito con una mente infinita. Es como tratar de beberse el océano entero. El Teísmo Abierto debe ser rechazado por los seguidores de Cristo. Por lo tanto, el Teísmo Abierto es una explicación para la relación entre la presciencia de Dios y el libre albedrío del hombre – y su explicación no es bíblica.

REFERENCIAS:
[1] Pinnock, Clark, et. al., “La apertura de Dios” (“The Openness of God”), Downers Grove, Illinois: Intervarsity Press, 1994.
[2] Frame, John, “No hay otro Dios, una respuesta al teísmo abierto” (“No Other God, a response to Open Theism”), Phillipsburg, New Jersey: P & R Publishing, 2001.
[3] Ware, Bruce A., “Un Dios con menor Gloria: El Dios disminuido del teísmo abierto” (“God’s Lesser Glory: The diminished God of Open Theism”), Crossway Books, 2001.
[4] Sanders, John, “El Dios que arriesga” (“The God who Risks”), Downers Grove, Illinois: Intervarsity Press, 1998.
[5] Hunt Dave, Debating Calvinism, p.389.
[6] Brown, Michael, Soteriology, p. 101..