El mensaje de la Navidad es más grande de lo que crees. Su esencia es la Encarnación del Dios-Hombre para salvarnos de nuestros pecados (Mateo 1:21); y dicha salvación implica la ruptura de las viejas maldiciones de la Caída: el pecado, la muerte, la enfermedad y la miseria de la vida y sí, la discriminación de la mujer: «Y desearás controlar a tu marido, pero él gobernará sobre ti» (Génesis 3:16, NTV).