La doctrina del pecado original, formulada por Agustín de Hipona, se centra en la idea de que toda la humanidad, a partir de la desobediencia de Adán y Eva, hereda una naturaleza corrupta que la inclina al pecado y la aleja de Dios. San Agustín sostiene que el pecado original tiene su raíz en el libre albedrío de Adán, quien, al desobedecer a Dios, introdujo el pecado en el mundo. Este acto no solo afectó a Adán, sino que se transmitió a toda su descendencia, corrompiendo la naturaleza humana.