Cristología, Neumatología, Teología

Asombrados ante la eternidad de Dios

El sol y los cuerpos celestes continúan en sus órbitas siglo tras siglo. Las estaciones vienen y van en su tiempo programado; los árboles producen hojas en primavera y las pierden en el otoño. Año tras año estas cosas continúan, y nadie puede detenerlas o alterar el plan de Dios. Todo esto da fe del eterno poder de Dios y Su plan para la tierra. Un día, Él creará un nuevo cielo y una tierra nueva y ellos, como Él, continuarán hasta la eternidad. Nosotros que pertenecemos a Cristo a través de la fe, continuaremos también por la eternidad, compartiendo la eternidad de nuestro Dios a cuya imagen fuimos creados.