La creciente aceptación pública del pluralismo religioso merece ser confrontada debido a su efecto nocivo en la cultura Occidental. En el mundo de la postverdad la salvación está disponible para todos los hombres y mujeres en todas las religiones, y esto suena bien, suena tolerante, inclusivo, placentero y, sobre todo, políticamente correcto. Pero hay un problema con dicha afirmación: Es totalmente falsa. Por otro lado, declarar que solamente una fe tiene el único camino a la salvación suena inaceptable, ofensivo, retrógrada e intolerante para la mentalidad liberal postmoderna de hoy. Sin embargo, esa es la cruda verdad.