Navidad

Los pastores de Belén y el invierno en Tierra Santa ¿Un argumento en contra de la Navidad?

Por Fernando E. Alvarado

¿Nació Jesús un 25 de diciembre? En ninguna línea de la Biblia o de otros textos considerados canon al cristianismo existe referencia de una fecha en específico en la que haya nacido Jesús. Como ya lo he dicho en publicaciones anteriores, considero que la fecha en sí misma no es importante, sino más bien el suceso que recordamos cada 25 de diciembre. Por esa razón, me uno a mis hermanos alrededor del mundo que por milenios han celebrado la Encarnación de nuestro Señor en esta fecha.

Aquellos que se oponen a las celebraciones navideñas argumentan que la Navidad debe ser rechazada debido a que el nacimiento de Jesús no pudo haber sido en diciembre, ya que en Lucas se menciona que «había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño» (Lucas 2:8), pero en el frío de Belén de diciembre (en Israel, la temporada fría y lluviosa corresponde a los meses de noviembre a marzo, y el 25 de diciembre ya es invierno), suena poco probable que hayan estado en las afueras, particularmente porque no crecen muchas cosas en los campos. Pero ¿Es esto cierto? ¿O es solo otro débil argumento anti navideño más?

Este argumento es comúnmente usado por los Testigos de Jehová en su intento por negar la Encarnación. Como buenos arrianos, niegan la deidad de Cristo y, evidentemente, la Navidad, la festividad que constituye el testimonio más grande de la Encarnación del Dios Hijo, es una molesta piedra en su zapato. Para un Testigo de Jehová negar la Encarnación de Dios es de vital importancia. Lo verdaderamente extraño es que los evangélicos (esos mismos que clasifican a los Testigos de Jehová como una secta destructiva), adopten tal creencia, usen los mismos argumentos y citen las mismas fuentes que los “herejes”.[1]

Este argumento tan popular tropieza, sin embargo, en muchos puntos. Para empezar, “en Belén en diciembre hace frío, pero no tanto frío que no se pueda sobrellevar al raso con buena ropa de lana y abrigo y mantas y fuego (de las que no carecían los pastores antiguos ni los actuales). Belén, en diciembre, oscila entre los 7 y los 14 grados. Y puede nevar un día o dos de diciembre. Nada que no se soporte bien equipados. Además, pasar la fecha para estar al raso a marzo no cambia nada: en marzo la temperatura es idéntica, entre 7 y 16 grados, aunque quizá con menos lluvia. Más o menos, la temperatura invernal es similar y los pastores saben cómo enfrentarla: ¡con lana, como las ovejas! […] Por otra parte, las ovejas Awassi, que son las que se crían en Israel y Oriente Medio, y llevan allí unos 5.000 años, tienen su temporada de parición precisamente en diciembre y enero. Y por lo tanto tiene toda la lógica que los pastores estuvieran velando en diciembre, haciendo turnos de guardia, al raso, porque estaban esperando los partos, el nacimiento de los corderitos.[2]

Este dato es fácilmente verificable incluso en publicaciones seculares. De hecho, en 1985 la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación) publicó un detallado estudio de uno de los mayores expertos de la época en el tema de las ovejas Awassi, el profesor emérito de Cría Animal de la Universidad Hebrea de Jerusalén, H. Epstein. En una de sus partes, dicho informe afirma que «en Irak, la principal temporada de parición de las ovejas Awassi es noviembre, y en el Líbano, la República Árabe de Siria e Israel, en diciembre y enero».[3]

En dicho informe leemos también que «Los pastores beduinos y fellahin no saben nada de tiendas o casas, sino que viven enteramente al aire libre junto con los rebaños a su cuidado. Trabajan 365 días al año, de 13 a 16 horas. Su trabajo incluye pastorear, vigilar por la noche, cuidar los animales enfermos, entrenar a las ovejas líderes, esquilar, destetar a los corderos y atar a las hembras para ordeñarlas, algo que suelen hacer las mujeres».[4]

Por lo tanto, lo que cuenta el evangelio de Lucas encaja perfectamente con lo que ocurre aún hoy entre los pastores beduinos y lo que ocurrió hace 2.000 con los pastores en Tierra Santa: pasar la noche al raso, montar guardia, hacer turnos, en diciembre, marzo o cualquier día del año. Y esto hace que no tenga nada de raro que los pastores que “velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño» lo hicieran aún en diciembre como sugiere la tradición navideña, ya que es el tiempo en el cual paren las ovejas Awassi, el tipo de ovejas criadas en el Medio Oriente durante la época de Jesús. Contrario a lo que sugieren los Testigos de Jehová, los del movimiento de raíces hebreas (que también se oponen a la navidad) y sus discípulos evangélicos, no tiene nada de extraño o improbable que hubiera pastores un 25 de diciembre a cielo abierto cuidando sus ovejas (en un invierno que nunca es tan cruel en Tierra Santo, y menos aún en la época de Jesús), ya que era la época en la cual estas parían y estaban habituados a ello.

Aportando evidencia adicional, el estudioso del Nuevo Testamento Harry Mulder testifica, en una carta con fecha 16 de enero de 1967 (mientras visitaba el Campo de los Pastores de Belén para Navidad) que: «Justo a nuestro lado unos pocos rebaños de ovejas se recogen. No faltan ni corderos. Por lo tanto, definitivamente, no es imposible que el Señor Jesús naciera en diciembre».[5]

Cuando el argumento de los “pastores y el invierno” falle, Los TJ y su séquito anti navideño recurren a la cuestión del censo como argumento indiscutible en contra del mes de diciembre como mes del nacimiento de Cristo. En una de sus publicaciones señalan:

“Aunque María, la madre de Jesús, se encontraba en estado avanzado de gravidez, tuvo que viajar de Nazaret, donde vivía, a Belén. Realizó ese viaje junto con su esposo para cumplir con el censo que decretó el gobernante romano César Augusto. (Lucas 2:1-7.) La población judía, resentida por la gobernación romana y los fuertes impuestos, estaba al borde de la rebelión. ¿Por qué iban los romanos a irritar innecesariamente a los judíos obligándolos a viajar para registrarse en el tiempo más difícil y traicionero del invierno? ¿No es mucho más razonable que se hubiera decretado para una estación en la que se pudiera viajar con facilidad, como la primavera o el otoño?”[6]

El problema con tal afirmación es el siguiente: Ya vimos que el invierno en Tierra Santa (particularmente en la época de Jesús) no era tan cruel como suponen los TJ y sus discípulos. Aunque para muchos resulta inverosímil que José y María (a punto de dar a luz) viajaran en invierno, la verdad es que probabilidad de que María y José viajaran a Belén en cualquier otra época para un censo es también anómala (y esto en cualquier época del año). Ningún censo romano exigía que las personas viajaran desde sus propios hogares a los de sus antepasados lejanos; y el censo de Judea no habría afectado a José y su familia, que vivían en Galilea[7].

Surge también otro problema. Se ha dicho que, aunque José estuviera obligado a viajar por motivo de un censo, María no habría estado obligada a hacerlo. José podría haber declarado por sí mismo que vivía con su esposa y que estaba esperando un hijo. Sobre los motivos del viaje de María no sabemos prácticamente nada. Lucas solamente dice que viajó en un estado avanzado de embarazo. Se han propuesto distintas explicaciones:

  • Una explicación es que podrían haber existido diferencias en el pago entre hombres solteros y hombres casados. María habría viajado para que el futuro censo sobre los bienes hubiera sido menos gravoso para su familia. Esta explicación no es muy convincente, ya que los judíos aportaban indirectamente al César a través de su rey y no a partir de la valuación censal de los bienes. Aunque podría haber ocurrido que, al estar el César enemistado con Herodes en ese tiempo, hubiera decidido cambiar el régimen de impuestos.
  • Algunos autores, basándose en el Evangelio de Mateo, plantearon que la intención de María y José fue trasladarse a Belén para criar allí a su hijo, ya que se suponía que el Mesías procedería de Belén. Acercándose el alumbramiento (y deseosa de cumplir la profecía), poco le importaría a María la época del año en la cual tuviera que trasladarse: Lo importante era que el niño naciera en Belén. Esto cambiaría luego de la matanza de los inocentes, ya que según Mt 2: 19-23, la Sagrada Familia no tenía intención de habitar en Nazaret a su regreso de Egipto. El motivo para no establecerse en Judea, la tierra de José, es que allí reinaba Arquelao. Este hijo de Herodes era visto como una persona muy cruel. Si José y María estaban convencidos de que Jesús estaba destinado a ser el Mesías esperado por Israel, entonces habrían evitado ponerlo en peligro. Nazaret era una zona rural y eso podría haberles dado la seguridad que buscaban.
  • Tal vez sólo deseaba que su marido estuviese presente al momento del parto. En este caso, tampoco importaría la época del año en la cual se realizara el viaje: lo importante para María era estar cerca de su esposo y protector durante el parto. Que fuese invierno resultaría irrelevante con tal de garantizar tal fin.[8]

En todo esto, una cosa es cierta: Las circunstancias narradas por Lucas no son para nada comunes en los censos romanos provinciales. Aunque se tiene constancia de censos de este tipo a inicios del siglo II d.C en Egipto, no deja de ser extraño que María le acompañase o que tuvieran que viajar de Nazaret a Belén para el censo. Ambas cosas eran tan improbables como el hecho de que el viaje fuese hecho en diciembre. Aunque no creo que nadie pueda afirmar con seguridad que el nacimiento de Jesús ocurrió el 25 de diciembre, creo también que negarlo con base en que para el 25 de diciembre ya es invierno en Israel, no es para nada un argumento sólido. ¡Todo en el relato de Lucas es fuera de lo común!

Los evangélicos, y particularmente aquellos en círculos pentecostales, deberíamos dejar de prestar oídos a los argumentos gastados y poco creíbles de los Testigos de Jehová, el movimiento de raíces hebreas que ve paganismo en todo lo que no huela a hebreo, y de otros grupos sectarios semejantes a estos. Si no deseas celebrar la Navidad, ¡No lo hagas! Pero tampoco adoptes los errores y mentiras de grupos heterodoxos.

FUENTES:


[1] Véase el artículo: ¿Nació Jesús en tiempo de nieve?, disponible en: https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1993920

[2] Pablo J. Ginés, ¿La Navidad no podía ser en diciembre porque los pastores tendrían frío? Un mito en revisión, Revista Religión y Libertad, 24 diciembre 2021. Disponible en línea en: https://www.religionenlibertad.com/ciencia_y_fe/239817165/ALa-Navidad-no-podia-ser-en-diciembre-porque-los-pastores-tendrian-frio-Un-mito-en-revision.html

[3] H. Epstein, The Awassi Sheep, FAO (1985). Disponible en inglés en: https://www.fao.org/3/p8550e/P8550E01.htm

[4] Ibid.

[5] Dicha carta es citada por William Hendriksen en New Testament Commentary: Matthew (Grand Rapids: Baker, 1973), y Jack Finnegan, en Handbook of Biblical Chronology (2nd ed.), no. 569

[6] Véase el artículo: ¿Nació Jesús en tiempo de nieve?, disponible en: https://wol.jw.org/es/wol/d/r4/lp-s/1993920

[7] Brown, R.E. (1978). An Adult Christ at Christmas: Essays on the Three Biblical Christmas Stories. Liturgical Press.

[8] Véase: El censo romano de Augusto en el Evangelio de Lucas, disponible en:  https://catolicismodigital.com/contextos/censo-romano/#La_interpretacion_academica_dominante

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