Catolicismo, Mariología, Teología Dogmática

La Inmaculada Concepción de María | ¿Es enseñada en la Biblia?

Por Fernando E. Alvarado

Un dogma de acuerdo al DRAE, es una «proposición que se asienta por firme y cierta, como principio innegable»;​ Es una doctrina o un sistema de pensamiento que se tiene por cierto y que no puede ponerse en duda dentro de su sistema.​ En el catolicismo romano, uno de los dogmas más importantes de la mariología es el de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Este dogma de fe declara que por una gracia especial de Dios, María fue preservada de todo pecado desde su concepción. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX el 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus.

«…Declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles…» (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)

De acuerdo con el dogma católico, debido a la forma de redención que se aplicó a María en el momento de su concepción, ella no solo fue protegida del pecado original, sino también del pecado personal. Esto implicaría que ella nunca pecó. El Catecismo de la Iglesia Católica explica en el número 493 que los padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios «la Toda Santa» (Panaghia), la celebran «como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo».

Así pues, en la dogmática católica María permaneció pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida. Tal enseñanza, sin embargo, no puede ser sustentada en la Biblia, sino en la tradición. No es de extrañar que la doctrina de la Inmaculada Concepción no sea aceptada por la mayoría de iglesias protestantes, las cuales consideran que el desarrollo dogmático de la teología no es un referente de autoridad y que la mariología en general, incluida la doctrina de la Inmaculada Concepción, no se enseña en la Biblia. Sin embargo, el iniciador del movimiento protestante, Martín Lutero, dijo:

«Es dulce y piadoso creer que la infusión del alma de María se efectuó sin pecado original, de modo que en la mismísima infusión de su alma ella fue también purificada del pecado original y adornada con los dones de Dios, recibiendo un alma pura infundida por Dios; de modo que, desde el primer momento que ella comenzó a vivir fue libre de todo pecado.» (Martín Lutero, Sermón: «Sobre el día de la Concepción de la Madre de Dios», 1527)

No obstante, el que Martín Lutero creyera en la doctrina de la Inmaculada Concepción de María no significa que todos los protestantes deban creerlo también. Puesto que nos apegamos al principio de la Sola Scriptura (solamente la Escritura tiene autoridad para la fe y la práctica del cristiano) y sostenemos que la Biblia es completa, autoritativa y verdadera (2 Timoteo 3:16), los protestante no estamos obligados a creer en nada que las Escrituras no enseñen, venga de quien vega. Los católicos, sin embargo, afirman basar su doctrina en pasajes como Genesis 3:15, conocido como el Proto-evangelium por contener una promesa directa de que vendría un redentor. En la interpretación católica el nacimiento de Cristo manifestaría su obra maestra: La preservación perfecta de todo pecado de su Madre Virginal.

Pero ¿de qué parte del texto se deduce tal doctrina? O peor aún, ¿dónde se dice que la Inmaculada Concepción de María es la «obra maestra» en toda esta trama redentora? La respuesta es simple: en ninguna parte.La interpretación católica se fundamenta a menudo en las declaraciones de ciertos Padres de la Iglesia como Justino Mártir (Dialog. cum Tryphone, 100), Ireneo (Contra Haereses, III, xxii, 4), Tertuliano (De carne Christi, xvii), Cirilo of Jerusalén (Catecheses, xii, 29), Epifanio (Hæres., lxxviii, 18) y otros, los cuales se referían a la Virgen María como la Segunda Eva (cf. I Cor. 15:22), pues, según ellos, al ser la madre del Salvador, ella desató el nudo causado por la primera Eva. Además, puesto que la primera Eva fue creado sin mancha alguna de pecado, es lógico que la segunda Eva también deba serlo ¿o no? Tal analogía, sin embargo, no es del todo convincente.

Para empezar, el paralelismo Adán-Cristo, Eva-María se rompe si tenemos en cuenta que el primer Adán y la primera Eva eran marido y mujer, no madre e hijo. El paralelismo de Adán con Cristo (Adán es nombrado nueve veces en el Nuevo Testamento) sobre todo en Romanos 5:14 y en 1 Corintios15:22-45, y con Eva en 1 Timoteo 2:13-14, en donde se presenta un paralelo de Eva con la iglesia y con cada cristiano, no con María, la madre de Jesús. Sobre este último punto Pablo es explícito:

«Os he prometido a un único esposo para presentaros a Cristo como vírgenes castas. Pero temo que así como la serpiente con su malicia sedujo a Eva, seduzca también vuestros pensamientos» (2 Corintios 11:2-3).

En la nueva creación, Cristo es el Segundo Adán, la iglesia (su esposa), es la Segunda Eva, la nueva madre de todos los vivientes en la nueva creación y el Nuevo mundo venidero de Dios: «Pero la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.» (Gálatas 4:26, RVC). Así pues, la iglesia recuerda el papel de Eva antes y después de la caída; como esposa de Adán, su ayuda (Génesis 2:18) y, con él, madre de los vivientes (Génesis 3:20).El paralelismo Eva-María no proviene en realidad de la Biblia, sino que entró al cristianismo a través de la creciente influencia gnóstica. Se encuentra ya atribuido a María en el Evangelio según Felipe (s. II), en el que se puede leer esta notable expresión:

«Adán ha sido formado por dos vírgenes: el Espíritu y la tierra virgen. Por esto Cristo ha nacido de la Virgen para poner remedio al pecado ocurrido al principio.»

Y aunque el catolicismo pretenda usar también Lucas 1:28 como indicativo de que María fue concebida sin pecado, el texto en ninguna parte tan siquiera insinúa tal cosa. Curiosamente, ni siquiera todos dentro del catolicismo han apoyado el dogma de la Inmaculada Concepción de María. Refiriéndose a dicho dogma católico, Tomás de Aquino escribió:

«Ciertamente sí fue concebida con el pecado original, como era natural… Si no hubiera sido concebida con pecado original, no habría necesitado ser redimida por Cristo y, de ser así, Cristo no sería el Redentor universal de los hombres, lo que derogaría la dignidad de Cristo.» (Tomas de Aquino. Doctor de la Iglesia Católica, Brevis Summa de fide dedicada a su compañero Fray Reinaldo. CCXXXII bis. Traducción española: Compendio de teología, Barcelona, 1985).

Acerca de sí misma, María de Nazaret también dijo:

«Entonces María dijo: «Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador. Pues se ha dignado mirar a su humilde sierva, y desde ahora me llamarán dichosa por todas las generaciones. Grandes cosas ha hecho en mí el Poderoso; ¡Santo es su nombre! La misericordia de Dios es eterna para aquellos que le temen. Con su brazo hizo grandes proezas, y deshizo los planes de los soberbios. Derrocó del trono a los poderosos, y puso en alto a los humildes. A los hambrientos los colmó de bienes, y a los ricos los dejó con las manos vacías. Socorrió a su siervo Israel, y se acordó de su misericordia, de la cual habló con nuestros padres, con Abrahán y con su descendencia para siempre.»» (Lucas 1:46-55, RVC)

Al igual que Tomás de Aquino nos preguntamos: ¿Por qué una mujer «preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente» necesitaría un Salvador? Como bien lo dijera Jesús: «No son los sanos los que necesitan de un médico, sino los enfermos.» (Mateo 9:12, RVC). María, sin embargo, confiesa su necesidad de un Salvador. Pero un Salvador solo es necesario para aquel que se haya «enfermo» del mayor de los males: el pecado.

Y tú, ¿Qué piensas? ¿Entra el dogma de la Inmaculada Concepción de María en conflicto con la fe evangélica? ¿Consideras que dicho dogma contradice la Biblia? ¿O piensas que los evangélicos deberían aceptarla como parte de su teología? ¿Es creer en la Inmaculada Concepción de María una doctrina esencial a la fe cristiana?

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