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Los «hijos de Dios» y los Nefilim de Génesis 6: ¿Quiénes y qué eran?

Por Fernando E. Alvarado.

El texto de Génesis 6:1-4 menciona a los nefilim en un contexto intrigante, donde «los hijos de Dios» y «las hijas de los hombres» se unieron y engendraron a «hombres poderosos» o «gigantes». Este pasaje ha suscitado debates teológicos y académicos, pues combina elementos históricos, espirituales y, en opinión de algunos, mitológicos.

El término «nefilim» proviene del hebreo נְפִילִים (nephilim), cuyo significado literal se asocia con «caídos» o «derribados». Algunos eruditos lo relacionan con la raíz hebrea נפל (naphal), que significa «caer». Esto ha llevado a interpretaciones variadas: algunos los ven como gigantes caídos en desgracia, mientras que otros los asocian con seres sobrenaturales. Según Wenham (1987), la ambigüedad del término refleja tanto su importancia como su naturaleza misteriosa en la narrativa bíblica (p. 139).

Por otro lado, la figura de los nefilim tiene paralelos en mitologías mesopotámicas, especialmente en los relatos del Enuma Elish y las epopeyas de Gilgamesh, donde héroes y gigantes son producto de la unión entre deidades y humanos. Las mitologías griegas y cananeas también incluyen relatos de seres semidivinos que surgieron de la unión entre dioses y humanos. Los apkallu babilónicos y los titanes griegos son ejemplos de cómo esta idea estaba presente en el imaginario cultural de la época. Estas narrativas presentan a los gigantes como figuras imponentes y problemáticas, similares a los nefilim, quienes aparecen en un contexto de juicio divino. Sin embargo, mientras que estas mitologías glorifican a estos híbridos, la narrativa bíblica los presenta como un símbolo de corrupción y juicio divino (VanderKam & Flint, 2002, p. 89). Según Heiser (2015), estas similitudes sugieren un trasfondo cultural compartido en el antiguo Cercano Oriente que Génesis redimensiona teológicamente para subrayar la soberanía de YHWH (p. 110).

Los nefilim son descritos como «hombres poderosos de renombre» (Génesis 6:4, NVI), lo que los identifica como figuras sobresalientes en términos de fuerza y notoriedad. Su aparición precede al diluvio, indicando que su presencia marcaba una corrupción moral y espiritual significativa en la humanidad. Walton (2001) señala que los nefilim simbolizan el cruce de límites divinamente establecidos, una rebelión contra el orden de Dios (p. 273).

¿CÓMO SURGIERON?

La tradición judía y cristiana ofrece diversas interpretaciones sobre el origen de estos misteriosos seres, y cada una de ellas refleja las luchas y perspectivas de las comunidades que han interpretado estos textos.

1. – LOS NEFILIM COMO EL RESULTADO DE LA UNIÓN ENTRE ÁNGELES Y MUJERES HUMANAS: Una de las interpretaciones más extendidas, y quizás la más fascinante, es la que identifica a los «hijos de Dios» como ángeles caídos que se unieron con mujeres humanas, produciendo a los nefilim. Esta visión se apoya en textos como el Libro de Enoc, que describe a los ángeles caídos conocidos como «vigilantes» corrompiéndose con la humanidad (Nickelsburg, 2001, p. 21). En la literatura judía posterior, como el Libro de Enoc, los nefilim son presentados como gigantes nacidos de ángeles caídos y mujeres humanas, responsables de introducir la maldad y el conocimiento prohibido en la tierra. Esta visión apócrifa refuerza la interpretación de los nefilim como agentes de caos, lo que se alinea con su juicio en la narrativa bíblica. En el Nuevo Testamento, pasajes como 2 Pedro 2:4 y Judas 6 parecen hacer referencia a estos eventos, conectándolos con el juicio de Dios. Como pueblo pentecostal, reconocemos la realidad del mundo espiritual y su interacción con lo físico, lo que nos lleva a reflexionar sobre cómo estos relatos destacan el conflicto entre el bien y el mal en el plan de Dios.

2. – LOS NEFILIM COMO DESCENDIENTES DE LA LÍNEA DE CAÍN: Otra interpretación, más naturalista, sostiene que los «hijos de Dios» eran los descendientes de Set, la línea piadosa, mientras que las «hijas de los hombres» eran de la línea de Caín, marcada por la rebelión. En esta lectura, los nefilim serían el resultado de matrimonios mixtos que llevaron a la corrupción moral de la humanidad (Walton, 2015, p. 312). Esta perspectiva enfatiza la importancia de la pureza espiritual y moral dentro del pueblo de Dios, un principio que sigue siendo relevante para nosotros hoy. Sin embargo, esta interpretación tiene menos apoyo textual y depende de una construcción teológica basada más en el contexto que en el lenguaje directo del pasaje.

3. – LOS NEFILIM COMO UNA CLASE DE HOMBRES PODEROSOS: Una tercera interpretación ve a los nefilim simplemente como una clase de hombres poderosos o tiranos, descritos en términos míticos como «hombres de renombre». Esta perspectiva se alinea con lecturas que enfatizan la corrupción humana y la violencia desenfrenada que precedió al diluvio (Sarna, 1989, p. 45). Para nosotros, como creyentes, esta interpretación subraya la soberanía de Dios frente a los poderes humanos que se oponen a Su voluntad, un recordatorio de que incluso los más poderosos deben someterse al juicio divino.

MÁS ALLÁ DE LA INTERPRETACIÓN QUE ELIJAMOS SEGUIR ¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE GÉNESIS 6Y EL RELATO DE LOS NEFILIM?

Desde una perspectiva pentecostal, los nefilim nos recuerdan la realidad de la guerra espiritual y el impacto de la desobediencia a los límites divinos. Este relato enfatiza la necesidad de vivir bajo la autoridad de Dios y de rechazar cualquier influencia que busque corromper el propósito divino para la humanidad. La conexión entre los nefilim y el diluvio subraya la justicia de Dios al restaurar la creación a través de su juicio, pero también su gracia al preservar un remanente fiel.

REFERENCIAS

  • Heiser, M. S. (2015). The Unseen Realm: Recovering the Supernatural Worldview of the Bible. Lexham Press.
  • Nickelsburg, G. W. E. (2001). 1 Enoch: A Commentary on the Book of 1 Enoch. Fortress Press.
  • Sarna, N. M. (1989). Genesis: The Traditional Hebrew Text with New JPS Translation. JPS
  • VanderKam, J. C., & Flint, P. (2002). The Meaning of the Dead Sea Scrolls. HarperCollins.
  • Walton, J. H. (2001). Genesis: NIV Application Commentary. Zondervan.
  • Wenham, G. J. (1987). Genesis 1–15. Word Biblical Commentary.

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