Teología, Teología del Pacto, Teología del Reemplazo

Teología Pactual y dispensacionalismo

Por Fernando E. Alvarado

El lema del dispensacionalismo es «Dividiendo correctamente la Palabra de Verdad». Curiosamente, la crítica mas importante en contra del dispensacionalismo es que divide innecesaria o erróneamente las Escrituras. Las deficiencias de la teología dispensacional se han hecho más que evidentes con el paso del tiempo, dando origen a tres variantes de dicho sistema: 𝘥𝘪𝘴𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘪𝘴𝘮𝘰 𝘤𝘭á𝘴𝘪𝘤𝘰, 𝘥𝘪𝘴𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘪𝘴𝘮𝘰 𝘳𝘦𝘷𝘪𝘴𝘢𝘥𝘰 𝘺 𝘥𝘪𝘴𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘤𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘪𝘴𝘮𝘰 𝘱𝘳𝘰𝘨𝘳𝘦𝘴𝘪𝘷𝘰. Pero ¿Cuáles son las deficiencias más notorias del sistema de interpretación dispensacionalista? En primer lugar su excesiva discontinuidad. De hecho, la discontinuidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento es quizá el distintivo principal del dispensacionalismo. Es evidente que el desarrollo histórico mismo del dispensacionalismo demuestra como, inicialmente, la distinción entre Israel y la Iglesia era extrema. Por eso, muchos dentro del dispensacionalismo moderno están buscando corregir este error y tratan de lograr un mejor balance entre discontinuidad y continuidad. Esto se ha logrado en parte gracias al surgimiento del dispensacionalismo progresivo.

John Nelson Darby fue un evangelista angloirlandés y una figura de gran influencia entre los primeros Hermanos de Plymouth. Es considerado el padre del Dispensacionalismo moderno y del Futurismo.

Sin embargo, no todo ha sido corregido, ya que esta no es la única debilidad del dispensacionalismo. Históricamente, el dispensacionalismo ha mostrado propensión a abusos hermenéuticos específicos. En ocasiones, su literalismo exegético le ha llevado a excesos. Otro punto de crítica ha sido el abuso de algunos teólogos dispensacionalistas en relación a los aspectos proféticos y escatológicos asociados con dicho sistema. Muchos en Latinoamérica, la cual se ha convertido en bastión del dispensacionalismo, están abandonando dicho sistema de interpretación. Sin embargo, muchos otros se preguntan: ¿Qué alternativa teológica y bíblica tenemos aquellos que hemos abandonado el dispensacionalismo como sistema de interpretación bíblica? La respuesta quizá podrían hallarla en la denominada Teología del Pacto, Teología Pactual o su variante, el federalismo.

La Teología del Pacto ve las Escrituras como manifestaciones, o bien del pacto de las obras o del pacto de la gracia. La narración completa de la historia redentora puede ser vista como Dios desplegando el pacto de la gracia desde sus etapas iniciales (Génesis 3:15) hasta el final, a través de su culminación en Cristo. La Teología del Pacto es, por lo tanto, una manera muy cristocéntrica de ver la Escritura, porque ve el AT como la promesa de Cristo y el NT como el cumplimiento en Cristo. 

¿QUÉ ES LA TEOLOGÍA DEL PACTO?

La teología del pacto es una manera de leer la Biblia que trata de explicar la trama de las Escrituras, mostrando cómo las diversas partes de la Biblia se integran en una unidad que presenta un solo mensaje de salvación por la fe en Jesús. La teología del pacto pretende resumir la enseñanza de toda la Biblia con el concepto de pacto. Un pacto es un acuerdo formal entre dos o más personas que establece y define los límites de la relación. La teología del pacto sostiene que Dios toma la iniciativa de relacionarse con el ser humano siempre por medio de pactos. También sostiene que existe cierta continuidad entre varios de estos pactos, y que reconocer esta continuidad nos ayuda a entender el mensaje principal de la Biblia. Una forma en la que la teología del pacto resume los tratos de Dios con su pueblo es según tres pactos: el de las obras, el de gracia, y el de la redención.

Ireneo de Lyon, uno de los primeros teólogos y Padres de la Iglesia en proponer el sistema pactual.

EL PACTO DE LAS OBRAS

Dios entró en un pacto condicional con Adán en el cual este tenía que obedecerle en el jardín para evitar la muerte y ser confirmado para siempre en justicia. Adán era el representante de la raza humana, de modo que, cuando desobedeció, Dios consideró a todo ser humano culpable. Romanos 5 dice que el pecado entró en el mundo y se extendió no debido a la desobediencia de cada ser humano, sino —de acuerdo a Pablo, inspirado por Dios— a la culpa a un individuo: Adán. Todos sufrimos las consecuencias de su pecado porque fue nuestro representante en el pacto de las obras.

Dios estableció un pacto con Abraham. El pacto abrahámico es un pacto incondicional. Dios hizo promesas a Abraham que no requerían que Abraham hiciera algo. Génesis 15:18-21 describe una parte del pacto abrahámico, que específicamente trataba con las dimensiones de la tierra que Dios prometió a Abraham y a sus descendientes.

EL PACTO DE LA GRACIA

Se suele explicar que este pacto entra en vigor a partir de Génesis 3:15 (la maldición de la serpiente). Este pacto establece la manera en que Dios salva a su pueblo: por gracia por medio de la fe en el mediador, que es el Cristo. Se argumenta (aunque con matices y diferencias, según el teólogo) que los pactos sucesivos en la Biblia incluyen y revelan este principio de salvación por gracia por medio de la fe. Esta continuidad se resume en el pacto de la gracia.

Dios estableció un pacto con David. El pacto davídico se refiere a las promesas de Dios a David por medio del profeta Natán, y se encuentran en 2 Samuel 7 y posteriormente se resume en 1 Crónicas 17:11-14 y 2 Crónicas 6:16. Este es un pacto incondicional entre Dios y David, a través del cual Dios promete a David y a Israel que el mesías (Jesucristo) saldría del linaje de David y de la tribu de Judá, y establecería un reino que permanecería para siempre. El pacto davídico es incondicional porque Dios no impone ninguna condición de obediencia para su cumplimiento. La garantía de las promesas hechas, se basa únicamente en la fidelidad de Dios y no depende en absoluto de David o de la obediencia de Israel.

EL PACTO DE LA REDENCIÓN

El pacto de gracia se ejecuta en la historia humana, pero antes, en la eternidad, el Padre, el Hijo, y el Espíritu ya habían establecido un acuerdo según el cual el Padre le prometió un pueblo como herencia, del cual el Hijo sería cabeza y redentor. El Hijo, por su parte, voluntariamente decidió tomar el lugar de este pueblo en su vida encarnada y en su muerte. Y el Espíritu se comprometió a aplicar las bendiciones ganadas por Cristo a todo el pueblo. Este pacto encuentra apoyo bíblico, por ejemplo, en los salmos mesiánicos, en el lenguaje de Jesús cuando habla de la necesidad que tiene de cumplir la voluntad de su Padre, y en Efesios capítulo uno donde se habla de los roles de cada persona de la Trinidad en la redención.

Hay teólogos antiguos que perciben continuidad entre los pactos bíblicos, como Ireneo (siglo II). No obstante, la teología del pacto recibe mayor desarrollo y énfasis a partir de la Reforma. Representantes de esta teología incluyen a Zuinglio y Calvino (siglo XVI). La teología del pacto fue detallada mucho más en los escritos de teólogos como Cocceius, Witsius (siglo XVII); Hodge, Warfield (XIX); Berkhof, Murray, Kline (siglo XX); Grudem, Horton (actuales). Las grandes confesiones de la Reforma también reflejan esta teología.

Dios estableció un pacto con Israel, el pacto mosaico. El pacto mosaico es un pacto condicional entre Dios y la nación de Israel en el monte Sinaí (Éxodo 19-24). A veces se le llama el pacto del Sinaí, pero generalmente se le conoce como el pacto mosaico, ya que Moisés fue al líder de Israel escogido por Dios en ese momento. El modelo del pacto es muy similar al de los otros pactos antiguos de ese tiempo, porque es entre un rey soberano (Dios) y su pueblo o sujetos (Israel).

ERRORES COMUNES EN RELACIÓN CON LA TEOLOGÍA PACTUAL

En Latinoamérica, donde el dispensacionalismo es de lo más común y se acepta sin cuestionamientos, olvidando por completo el pensamiento crítico, se suelen distorsionar las verdades enseñadas en la teología pactual, encasillándose dicha teología con cierta línea específica del protestantismo. Por ejemplo:

(1.- Generalmente se supone que si crees en la teología del pacto eres, necesariamente, calvinista. Esto no es cierto. Arminio y Wesley, padres del arminianismo, sostenían la teología del pacto (Wesley incluso incorporó elementos propios a dicha teología).

(2.- Muchos creen que todos aquellos que sostienen la teología pactual son paidobautistas (que practican el bautismo de niños). Esto también es falso. Muchas denominaciones bautistas e iglesias independientes sostienen la teología del pacto y rechazan paidobautismo (bautismo de niños), identificándose más bien como credobautistas y practicando sólo el bautismo de creyentes.

(3.- Muchos creen que si eres pactual en tu teología eres, automáticamente, amilenarista (no crees en un milenio literal). Eso, nuevamente, es falso. En la teología del pacto hay creyentes que profesan tanto el postmilenarismo (muchos puritanos, por ejemplo), como el amilenarismo (las iglesias reformadas) y el premilenarismo histórico (Wesley, Spurgeon, etc.).

(4.- Muchos asocian la teología del pacto con la teología del reemplazo. Esa es una generalización incorrecta. No todos los teólogos pactuales creen en la teología del reemplazo. Aunque la teología del pacto postula un solo pueblo de Dios a lo largo de la historia, aun con diferencias en sus leyes, instituciones, e integrantes bajo diferentes administraciones pactuales, no todos los teólogos pactuales aceptan la teoría del reemplazo. En su lugar, muchos teólogos pactuales sostienen que las promesas hechas incondicionalmente al pueblo de Dios en el Antiguo Testamento deben tener un cumplimiento literal e histórico para el Israel étnico. El fracaso del pueblo de Israel como el “siervo del Señor” no cancela absolutamente todas las promesas hechas por Dios a Abraham y a David si se reconoce que muchas de ellas fueron otorgadas incondicionalmente. Al mismo tiempo que reconoce una futura restauración del Israel étnico a través de la fe en Jesús, la teología pactual hace justicia a Pablo cuando dice que los que tienen fe son hijos de Abraham (Gál. 3) y a Pedro cuando describe la iglesia usando el lenguaje que antes se aplicaba a Israel, como «real sacerdocio» y «nación santa» (1 P. 2:9). La teología del pacto afirma una continuidad no solo en el mensaje de salvación, sino en el pueblo que Dios está salvando.

(5.- Finalmente, muchos afirman que si eres un creyente en la teología pactual eres, por defecto, cesacionista (rechazas la vigencia actual de los dones espirituales). Sin embargo, nada podría ser más falso que eso. De hecho, la negación de los dones es más bien una característica del dispensacionalismo original, no de la teología pactual. Hay cesacionistas y continuistas en ambos extremos, tanto dispensacionalistas como teólogos pactuales. Hoy en día existen incluso denominaciones e iglesias independientes que afirman su fe pentecostal (o carismática) al mismo tiempo que sostienen una teología pactual.

Dios estableció un pacto con Noé.  Este pacto general se hizo entre Dios y Noé después de la salida de Noé, su familia y los animales del arca. Se encuentra en Génesis 9:11: «Este es mi pacto con ustedes: Nunca más serán exterminados los seres humanos por un diluvio; nunca más habrá un diluvio que destruya la tierra.» Este pacto incluía una señal de la fidelidad de Dios para guardarlo: el arco iris.

EN CONCLUSIÓN

En conclusión, la Teología del Pacto ve las Escrituras como manifestaciones, o bien del pacto de las obras o del pacto de la gracia. La narración completa de la historia redentora puede ser vista como Dios desplegando el pacto de la gracia desde sus etapas iniciales (Génesis 3:15) hasta el final, a través de su culminación en Cristo. La Teología del Pacto es, por lo tanto, una manera muy cristocéntrica de ver la Escritura, porque ve el Antiguuo Testamento como la promesa de Cristo y el Nuevo Testamento como el cumplimiento en Cristo. Algunos han acusado a la Teología del Pacto de enseñar lo que se llama «Teología del Reemplazo» (es decir, la Iglesia reemplaza a Israel). Esto no podría estar más lejos de la verdad. A diferencia del Dispensacionalismo, la Teología del Pacto no ve una distinción clara entre Israel y la Iglesia. Israel constituyó el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, y la Iglesia (que está compuesta de judíos y gentiles), constituye el pueblo de Dios en el Nuevo Testamento; ambos forman un solo pueblo de Dios (Efesios 2:11-20). La Iglesia no reemplaza a Israel; la Iglesia es Israel e Israel es la Iglesia (Gálatas 6:16). Todas las personas que ejercen la misma fe que Abraham son parte del pacto del pueblo de Dios (Gálatas 3:25-29). Así pues, aunque se pueden decir muchas más cosas con respecto a la Teología del Pacto, lo importante a tener en cuenta es que la Teología del Pacto es un instrumento interpretativo para la comprensión de las Escrituras.

Arcoíris, símbolo del pacto de Dios con Noé.

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